La Universidad Nacional de Rosario sigue apuntada por la delincuencia. Las facultades continúan siendo blancos de robos y, esta vez, le tocó el turno a Derecho. Poco tiempo después de la polémica generada por las continuas sustracciones en el Centro Universitario Rosario (CUR), desaparecieron tres computadoras y un scanner del nodo informático situado en la biblioteca y que comenzó a funcionar este año. Lo llamativo es que los delincuentes utilizaron llaves para ingresar al lugar, situación repetida durante los últimos ilícitos. Las autoridades decidieron elevar una denuncia penal, mientras la policía ya comenzó a realizar las investigaciones correspondientes. «Los efectivos tomaron pruebas», dijo el decano de Derecho, Ernesto Granados.
Sin embargo, el directivo trató de apaciguar los ánimos al sostener que en esa facultad «no se registraron muchos hechos de robo» y lo ocurrido el viernes a la madrugada fue «un episodio bastante inesperado». De todas maneras, y quizás a modo de justificativo, remarcó que «el edificio es muy grande». Es más, en la actualidad está siendo visitado permanentemente por operarios de todo tipo quienes realizan tareas de refacción y pintura.
«Podría haber sido peor»
Sabedores de sus obstáculos, los aún desconocidos delincuentes no ingresaron al sector protegido con alarma. Con este dato, Granados con algo de alivio consideró que «el hecho no fue tan grave porque hay mucha seguridad en ciertos lugares».
Granados calificó lo ocurrido como «lo suficientemente molesto» y trató de tomar el suceso con cautela. La misma que evidenció al señalar muy poco acerca de lo actuado hasta el momento: «No puedo adelantar absolutamente nada porque las cosas están en etapa de investigación».
Sin embargo, hubo algunos condimentos que volvieron a llamar la atención y el propio Granados no omitió destacarlos. «El robo incluyó una característica extraña vaya a saber por qué motivo», dijo el decano. Es que los ladrones pasaron una máquina de un lado a otro. Además, trabajaron casi sin ejercer violencia.
En rigor, sólo rompieron un vidrio que vincula el sector donde se encuentran ubicadas las computadoras y la biblioteca propiamente dicha. De este último sitio se llevaron el scanner. En tanto, al resto del material de computación accedieron fácilmente a través de la puerta que fue abierta con llave.
La biblioteca de la facultad fue inaugurada recientemente y aún no se suministró el monto del equipamiento robado, al menos oficialmente. Según pudo saber La Capital, se calcula que el monto podría rondar los 10 mil pesos.
Las autoridades descartaron la existencia de alguna relación entre el robo de Derecho y los sucesivos episodios ocurridos en los últimos meses en la ciudad universitario conocida como La Siberia. Aunque, no dejaron de reconocer que «el o los autores del hecho podría haber conocido el movimiento» de la casa de estudios.
En este tipo de situaciones «hay que decir lo menos posible», advirtió Granados. Y de todos modos detalló que «el hecho está en manos de la policía y de la Justicia».
El material sustraído fue, en parte, adquirido por la cooperadora de la facultad y se intentará reponer en la medida de las posibilidades, que en realidad son pocas en medio de una Universidad que no escapa a la crisis general del país.
«Hoy se está haciendo mucho esfuerzo para arreglar el edificio», esgrimió Granados como argumento acerca de los gastos que en la actualidad debe soportar la facultad.
Las máquinas retiradas de la zona de la biblioteca eran utilizadas por los alumnos y docentes para rastrear información en Internet y también para acceder a los correos electrónicos.