Anoche le tuvieron que poner suero. La líder de la Tupac Amaru ya lleva 1600 días de su vida presa, entre la cárcel común y la detención domiciliaria en su casa de San Salvador de Jujuy y sigue siendo difamada.
Por Romina Calderaro / Página|12
La dirigente recibió suero anoche porque se puso nerviosa por la viralización de un video de su festejo del 31 de diciembre que hicieron pasar por actual sin desmentirlo. Sus días de encierro, el coronavirus y la lección que cree que tiene que dejar, el aislamiento obligatorio y la persecución de Gerardo Morales.
Hace unos días, se difundió como actual un video de su festejo del 31 de diciembre del año pasado, cuando la pandemia de coronavirus no existía como tal en la Argentina. Lo replicaron algunos periodistas de derecha. Esos son los momentos en los que Milagro Sala se harta. « ¿Cómo llamo lo que me están haciendo? Es odio. Me agarró mucha indignación porque expusieron a mi familia y anoche terminé con suero”, dijo sobre ese episodio.
“Dijeron de todo: inventaron estupideces. Cuando nosotros salimos a demostrar que el video correspondía al 31 de diciembre, ninguno reconoció que se equivocaron. Se quedaron callados. Para ellos es una anécdota más, pero para mí es mi familia”, agregó la líder de la Tupac Amaru en el programa Caimi a las 6, de AM 750. Fue detenida en una movilización el 16 de enero de 2016, muy cerca de la asunción de Mauricio Macri como presidente. Milagro sigue presa y cada día que pasa, más indignada. “De nada sirve que una haya hablado o haya gritado que es inocente cuando continuamente están inventando muchísimas cosas, y armando causas”, afirmó. Aunque aclaró que no se quiere victimizar, sostuvo: «me avasallaron como mujer y como sindicalista y he sufrido violencia de género”.
Con la misma dignidad, Milagro sigue sosteniendo lo que le dijo cuando Página 12 la visitó en su casa , al cumplirse cuatro años de su detención, el 16 de enero pasado: «A pesar de todo, volvería a hacer lo que hice».
Coronavirus y naturaleza
Milagro Sala es coya y tiene una visión del mundo en la que la tierra ocupa un lugar central. Por eso, cree que el coronavirus y la retracción del ser humano que generó en el mundo la cuarentena son mensajes que hay que oír. “Hay que reflexionar. La Madre Tierra nos está pidiendo que seamos más solidarios y no tratar al otro con violencia. Tenemos que valorar a la familia. Ésta es una enseñanza de la naturaleza. El coronavirus nos está dejando una lección muy fuerte. Basta ver cómo vuelven los animales, cómo se oxigena el planeta de la presencia del ser humano. Acá en Jujuy, sin el humo de las fábricas es otra cosa», dijo.