VIDEO: En la Semana de la No-Violencia en Mar del Plata tuvo lugar la mesa "Violencia y Medios de Comunicación. Aportes para una comunicación más inclusiva".
En la Semana de la No-Violencia en Mar del Plata tuvo lugar la mesa "Violencia y Medios de Comunicación. Aportes para una comunicación más inclusiva". Se expuso la experiencia y el aporte de Pressenza en la construcción de una agenda referida a la no-violencia, como contrapartida a la constante mirada violenta emitida por los grandes medios de comunicación en Argentina.
Pressenza Mar del Plata, 6/Oct/2011, redacción Argentina
La exposición de periodistas y comunicadores tuvo lugar en el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos de Mar del Plata. Contó con la participación de Susy Scándali (diario La Capital), Belén Cano (diario El Atlántico), Pablo Vasco (radio Cooperativa Residencias), Gonzalo Chaet (investigador en Comunicación) e Iván Novotny (Agencia de Noticias Pressenza).
A continuación se transcribe la exposición de Iván Novotny, editor de Pressenza en Buenos Aires, llevada a cabo en base a tres ejes:
1 – Que opinión les merece el hecho que los medios masivos tomen como prioridad la difusión de hechos violentos.
Es claro que existe una “intención” por parte de editores, directores, dueños de los grandes medios masivos de comunicación, sobretodo de los más conservadores, de darle mayor difusión, de potenciar la información acerca de los hechos violentos.
Lo que me interesaría tratar de dilucidar es “por qué” existe esa intención previa, ese interés por la difusión, por la maximización de los hechos violentos.
Primero quiero compartir con ustedes la definición que diera Silo en su exposición “Las Condiciones del Diálogo” en la Academia de Ciencias de Rusia en 1993. Silo dice “Para que exista un enunciado es necesario que haya una intención previa que permita elegir los términos y la relación entre ellos” (…) “La intención previa al discurso pone el ámbito, pone el universo en el que se plantean las proposiciones”.
Entonces, llevando esta descripción a nuestro tema de hoy, es claro que para que un canal, pongamos TN o C5N, emita todo el día incansablemente información sobre un secuestro o un asesinato, hay alguien que tiene la intención previa de hacerlo (el editor, el jefe de contenidos, el dueño del canal, etc). Una persona o un grupo de personas tienen esa intención de trasmitir un determinado discurso, y hacerlo de una determinada manera.
¿Hacia adonde apunta esa intención? ¿Hacia resolver verdaderamente el problema de la violencia? ¿Hacia generar temor en los receptores de ese discurso? ¿A generar fragmentación en la sociedad? ¿A generar individualismo, desconfianza? ¿A distraer de otros temas? ¿A generar un sensacionalismo que le permita tener mayor audiencia? ¿A producir una determinada consecuencia política o electoral? O sin otorgarles tanta capacidades ¿podría ser porque no saben hacer otra cosa? Y la lista de posibles hipótesis podría ser infinita.
Porque si alguien dijera que lo que hacen simplemente es informar, que la información es objetiva que simplemente se emite un hecho. Es una afirmación totalmente refutable, dado que existen múltiples hechos, que estos medios masivos no informan diariamente. Es claro que hay una selección, una mirada, un interés de generar un determinado efecto, como decíamos, una intención que lleva a conformar ese discurso informativo.
Por dar un ejemplo cercano, ayer el diario La Capital titulaba en su nota de tapa “Crece la movilización de vecinos en reclamo de mayor seguridad”. Para más abajo describir que “Mas de un centenar y medio de marplatenses se concentraron en Tejedor y Constitución y se están programando otros reclamos similares para los próximos fines de semana”.
Es llamativo, en nota de tapa una movilización de 150 personas, no cumple ni los criterios de noticiabilidad. Entiendo que en las distintas actividades de la Semana de la No-Violencia participó mucha mayor cantidad de personas, y sin embargo no gozó de una nota de tapa en este diario tan importante de Mar del Plata.
Si ahondamos un poco más aún en la noticia de tapa del diario La Capital informan sobre un petitorio de nueve puntos de estos vecinos. Me llamó mucho la atención este párrafo que transcribo textualmente, citando a un documento de esta organización de “vecinos marplatenses” como ellos lo llamaron: “Por tanto entendemos que el acto de matar es un hecho aberrante siempre que se cometa sin motivo justificable como lo es la legítima defensa, por lo que pedir una revisión de estas leyes, para asi ajustarlas a la situación que se vive actualmente no resultaría algo tan descabellado”.
O sea estas personas están pidiendo que se pueda matar a otra persona en casos de autodefensa, que se legalice el matar a otro. Y el diario La Capital les dio la nota de tapa. Este ejemplo es sólo para ilustrar, pero podríamos dar cientos de ejemplos en Clarín, TN, C5N, La Nación, y los medios que parecen tener intereses violentos.
¿Entonces cuál es la intención que lleva a tal tratamiento informativo? Desde aquí no podemos responder a este interrogante, de cuál es la verdadera intención que lleva a estas estructuras mediáticas a generar una intoxicación con información sobre hechos de violencia, cual es la intención que lleva a manipular la información para generar determinada opinión pública, para influir de este modo en la subjetividad de quienes consumen esos medios. Sólo ellos podrían responderlo, aunque veo difícil que lo hagan con sinceridad alguna vez.
Claro que acá no estoy diciendo que no se informe sobre tales acontecimientos, tienen toda la libertad de expresión y de prensa de hacerlo. Lo que si me parece es que ese tratamiento de los hechos violentos no colabora a superar esa violencia, no tiende a concientizar sobre la necesidad de una nueva cultura de la no-violencia.
Por eso me parece muy importante ir generando una nueva cantidad de medios masivos, alternativos, comunitarios que tengan una intención distinta, más evolutiva, superadora, que quiera ayudar a que la sociedad y el ser humano avance, una mirada no-violenta que apunte a superar la violencia no solo física, no solo la de la inseguridad cotidiana, el delito callejero, sino la violencia en todas sus formas, como económicas, psicológicas, de género, étnicas.
Eso intentamos hacer desde nuestra Agencia Internacional de Noticias Pressenza, nos fundamos en la mirada no-violenta de la noticia, intentamos potenciar la acción de organizaciones sociales, instituciones, Gobiernos, individuos que lleven a una intención superadora de la violencia. Así por ejemplo dimos cobertura a la Marcha Mundial por la Paz y la No-Violencia que recorrió el planeta en 2009, ahora estamos dando cobertura a las numerosas acciones en los distintos países por el Día Internacional de la No-Violencia y así diariamente intentamos informar sobre todo aquello que lleve a potenciar los Derechos Humanos, la no-discriminación, la diversidad cultural, el humanismo y la organización de los pueblos en dirección humanizadora.
2. – Creen que hay responsabilidad de los medios y/o periodistas y comunicadores sobre la idea colectiva de que se vive en una sociedad cada vez mas peligrosa.
Si, creo que los directivos editoriales, sobretodo, y aunque es secundaria hay cierta responsabilidad del periodista que acata esa línea editorial, sobre la generación de las ideas que se van constituyendo en “sentido común”, esas ideas que generan estereotipos, sensibilidades, creencias y valoraciones. Aunque no se les puede otorgar todo el poder de crear esas ideas y creencias a los medios, también hay una “sensibilidad epocal” en los receptores, en un determinado momento histórico que acata, que acepta ciertas ideas. Es un circulo que se retroalimenta.
Porque si un canal informativo insiste con noticias sobre delincuencia, haciendo especial hincapié en los hechos donde ese delincuente tiene determinadas características (menor, pobre, morocho, etc.) esa representación queda operando en quien recibe esa noticia. Y al salir a la calle y ver a alguien con esa característica, inmediatamente aparece la asociación con esa representación, esa idea que transmitió insistentemente aquel canal. Entonces en la gente van creciendo los temores, los prejuicios y las noticias sobre inseguridad van fortaleciendo la idea de que vivimos en una sociedad cada vez más peligrosa.
Más alla de que efectivamente esa peligrosidad sea verdadera o no. Lo que pasa es que queda operando la sensación de peligrosidad, de inseguridad, se va fortaleciendo esa representación.
Entonces los medios operan directamente en el campo de la subjetividad, de las valoraciones, las ideas. Porque si los medios informaran con la misma insistencia sobre acciones no violentas de organizaciones que apuntan a superar la violencia, seguramente ayudarían a que la peligrosidad disminuya, a que quienes tienen el poder de decidir generen políticas integrales para superar la violencia. Si, como ahora, la insistencia es sobre la información de hechos violentos, se va generando un espiral de violencia, donde el enfoque violento de la violencia, genera más violencia. Creo que estos medios masivos de comunicación tienen fuerte responsabilidad en generar una violencia psicológica, esa que lleva a que los índices de fobias, depresión, y que las alteraciones psicológicas vayan en aumento.
Entonces entiendo que los medios de comunicación y los periodistas tendríamos que tener mas cuidado sobre nuestra responsabilidad, más todavía cuando se trata de medios de gran alcance. Dado que tenemos responsabilidad porque en el material periodístico que producimos no queda en nosotros, llega a otros, y en ese otro produce algo, algún registro.
Entonces si ponemos nuestro trabajo en función de ayudar a otros, ayudar a la sociedad, ponemos la ética periodística por sobre los intereses económicos y/o políticos, podemos ayudar a que si efectivamente nuestra sociedad es cada vez más peligrosa y violenta, se le de una respuesta y no vivamos cotidianamente con temor y paranoia. Y así ayudemos desde nuestro rol a que la violencia se supere crecientemente.
3. Cómo debería ser el tratamiento de la violencia en los medios y el rol adecuado del periodista.
Creo que el tratamiento de la violencia en los medios debería ser desde un enfoque no-violento. Porque si se lo hace desde un enfoque violento, la violencia aumenta en un espiral creciente. Porque a veces parece que algunos medios se regodearan con la violencia, con el sensacionalismo, parece que esperaran que aparezca algún hecho con varios muertos para tener una noticia fuerte. Esa es una mirada violenta. Estar esperando que aparezca la violencia para ir a cubrirla, es la típica actitud de la prensa amarillista.
Entonces el tratamiento debería ser con responsabilidad moral, con ética. Atendiendo a las consecuencias que produce informar sobre un hecho violento. No digo por supuesto que haya que ocultar esa información, sino informar pero con seriedad, con claridad, con responsabilidad. Atendiendo a las consecuencias del cómo se informa. Tenemos cerca el tratamiento del caso Candela en los medios hegemónicos y la irresponsabilidad en la cobertura de tal tragedia, con inventos de hipótesis, con la generación de información muchas veces fabulada que trababa el accionar judicial, etc.
En especial creo que el enfoque de los medios, la prioridad, debería ser informar sobre las acciones ejemplares, esas acciones que realizan los Gobiernos, los pueblos, las organizaciones y los individuos en dirección humanizadora. Poner el hincapié en las acciones solidarias, en las buenas acciones y dejar para un segundo plano los hechos violentos y desagradables. Porque es conocido ese dicho de que “una buena noticia no es noticia”, eso se da por el enfoque violento de la violencia que tienen numerosos medios y periodistas sensacionalistas. La buena noticia debería ser la principal en la agenda mediática. Y a la mala noticia habría que tratarla con más responsabilidad, con ética y en lo posible aparte de informar sobre el hecho en sí lo más neutramente posible, intentar también informar acerca de una respuesta superadora para el conflicto violento que se está tratando.
Si los periodistas cayéramos en cuenta de la responsabilidad social que tenemos, de que nuestro trabajo no es neutral, no es objetivo y siempre produce importantes consecuencias, si nos conectáramos con lo mejor de nosotros mismos, con lo verdaderamente humano que habita en nosotros, con la bondad, con la intención evolutiva que busca crecer en cada uno de nosotros, ese rol de periodista sería muy beneficioso para el cambio social que necesitamos en dirección a superar la violencia que nos afecta a todos.