
El presunto homicidio entre adolescentes que ocurrió en la ciudad de Santa Fe y que tuvo como víctima a Jeremías Monzón, un joven santotomesino de 15 años, puso en el centro del debate público la discusión acerca del carácter no punible de los menores de edad.
Tal como informó Rosario Plus, el asesinato habría sido digitado por la expareja de Monzón, una joven de 16 años, quien habría contado con la asistencia o participación de otro menor de 14.
Por eso, en las últimas horas el caso fue retomado por el gobernador Maximiliano Pullaro para defender los cambios en el Código Procesal Juvenil de la provincia, a partir de los cuales se eliminó el Juzgado de Menores y se implementó el proceso acusatorio —similar al de mayores de edad— para quienes delinquen entre los 16 y los 18 años.
La crítica a este nuevo sistema, por parte de profesionales y activistas de los derechos humanos, apunta a los contrapuntos que establece la ley santafesina con lo regido a nivel nacional, donde la Ley 22.278 establece que los menores de 16 años son inimputables y que las provincias no pueden modificar la edad de punibilidad, sino únicamente los procedimientos.
En ese contexto, Pullaro mostró el crimen de Jeremías para redoblar su apuesta de que los menores de 16 años, al menos hasta los 13, deberían ser susceptibles de un proceso de investigación, e incluso de ser juzgados.
“Ratifico mi posición. La pena tiene que ver con el delito cometido y no con la persona que lo comete. El Código Penal, cuando fijó los parámetros de minoridad entre 14 y 16 años, lo hizo con otra realidad. Otra realidad de la vida y de la Argentina. Hoy un joven de 14 años que va a matar sabe que va a hacerlo, y más en un hecho como este que fue premeditado. Desde mi criterio, tendrían que tener una pena común mayor”, señaló el gobernador ante medios santafesinos.
Su postura se basa en que, de acuerdo con expertos en la materia, el nuevo código santafesino permite una intervención “que no busca el castigo, sino la protección y la justicia restaurativa a través de medidas socioeducativas aplicadas en instituciones especializadas”, tal como explicó el abogado Néstor Oroño en diálogo con LT10.
Al respecto, agregó: “Por el contrario, la adolescente de 16 años sí es imputable por delitos graves como el homicidio, aunque su proceso se rige por un principio de especialidad que exige un tratamiento tutelar previo a cualquier condena”.
Por todo ello, Pullaro remarcó ante la prensa que el homicidio se inscribió como “un hecho aberrante cometido por menores de edad” y que “se tomaron decisiones correctas al modificar el régimen penal juvenil”.
Con las reformas, estas tareas corresponden ahora al Ministerio Público de la Acusación (MPA), cuyos fiscales fueron felicitados por Pullaro: “Nos permitieron llevar a los menores punibles ante la Justicia y que puedan enfrentar un tribunal”, hecho que consideró importante “para que se pueda mostrar el delito que cometieron, por más que sean menores de edad”. ROSARIOPLUS




