El pasado 11 de Agosto, fue inaugurada la nueva Plaza Cívica San Martín. Se cambió la característica física del lugar y se logró estimular el ánimo de los ciudadanos, para disfrutar de este nuevo espacio público El pasado 11 de Agosto, fue inaugurada la nueva Plaza Cívica San Martín. Se cambió la característica física del lugar y se logró estimular el ánimo de los ciudadanos, para disfrutar de este nuevo espacio público.
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por Alejandro Gómez, especial para sanlorencinos.com
La nueva obra forma parte de un plan para revalorizar el perfil turístico de la ciudad, en conjunto con la Av. Costanera, la Defensa de la Barranca, el Complejo Museológico y el nuevo Acceso Oeste a la Autopista.
Anteriormente la plaza de la ciudad era una manzana más del ejido urbano. La mayor concurrencia se daba sobre el mediodía o a las 17:30 horas, cuando los padres de los alumnos de la Escuela Nº 182 Martín Miguel de Güemes, concurrían para acompañarlos en el ingreso o egreso de sus aulas. Podía observarse a algunos vecinos paseando a sus mascotas o caminando alrededor de la misma, como parte de una rutina de actividad física.
Cuando la luz natural dejaba de alumbrar, el predio era un lugar esquivo para la mayoría de los transeúntes. Se utilizaban las veredas aledañas. La plaza no era un lugar confiable. Se tenía temor de cruzar por allí. Esa realidad se transformó. Actualmente, los ciudadanos han cambiado la actitud con respecto a su plaza. Cualquier día, sin importar el horario, pueden observarse personas disfrutando de la remozada Plaza Cívica. Todos quieren ver el espectáculo de la fuente de aguas danzantes. Muchos transformaron a la misma en una copia de la Fontana di Trevi y arrojan monedas esperando que se cumplan los 3 deseos. Estudiantes de distintos establecimientos educativos hacen su paso por allí, es habitual ver grupos más o menos numerosos sentados entorno a la fuente o en la glorieta. A primera hora de la tarde, los mayores, algunos con su equipo de mate, se acercan para disfrutar del sol y del espacio.
La variable es que siempre hay gente. Niños, jóvenes, adultos, todos concurren a la plaza. Por una razón u otra el predio convoca. Hubo un cambio trascendental y no se dio en el espacio físico. Es un cambio colectivo. Una transformación que va más allá de la restauración de la estatua de nuestro prócer máximo, la parquización, la fuente o los bancos. La nueva plaza cambió el ánimo y el humor de los sanlorencinos y para comprobarlo no hay más que acercarse al lugar para disfrutar del mismo.