
“No se gana nada cambiando de estatus”: desde Uruguay defienden la vacunación contra la aftosa
“No se gana nada cambiando de estatus”: desde Uruguay defienden la vacunación contra la aftosa
La discusión sobre la fiebre aftosa, una de las enfermedades más temidas por la ganadería mundial, vuelve a instalarse en el centro de la escena.
La reciente decisión del Gobierno argentino, acompañando un pedido de las entidades productoras, de reducir de dos a una las campañas anuales de vacunación, abre un nuevo capítulo en el histórico dilema que enfrenta a la región: ¿conviene avanzar hacia un estatus “libre sin vacunación” o seguir apostando al control preventivo?
La medida, que comenzará a regir el próximo año, no solo implica un cambio técnico en el esquema sanitario, sino también un replanteo estratégico sobre la relación entre bioseguridad, comercio internacional y confianza en los sistemas de control.
Argentina, país que lleva más de dos décadas sin brotes, busca dar un paso hacia la modernización sanitaria, aunque la discusión dista de estar saldada.
La decisión fue interpretada de diferentes maneras dentro del sector. Para algunos, la reducción a una sola campaña es el primer paso de un proceso gradual hacia la eliminación total de la vacunación, con el objetivo de que el país sea reconocido como libre de aftosa sin vacunación, similar a la estrategia seguida por Brasil, un estatus que permitiría abrir ciertos mercados de alto valor, como Japón o Corea del Sur.
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Sin embargo, otras voces advierten que el riesgo puede ser demasiado alto. “Eliminar la vacunación no es solo una cuestión técnica, sino también de confianza institucional y control epidemiológico”, señalan veterinarios y especialistas del SENASA. En un país con fronteras extensas y un flujo constante de animales, la vigilancia sanitaria sigue siendo un desafío.
La historia regional enseña que una decisión apresurada puede tener costos millonarios. El recuerdo del brote de 2001, que paralizó exportaciones y provocó un golpe duradero en la imagen sanitaria del país, aún está presente en la memoria de los productores.
EL ESPEJO URUGUAYO: FIRMEZA EN LA PREVENCIÓN
Mientras Argentina inicia este camino de revisión, Uruguay se mantiene firme en su estrategia de “país libre de aftosa con vacunación”.
Así lo expresó recientemente Rafael Ferber, presidente de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), quien sostuvo que “no hay nada para ganar cambiando de estatus” y que los riesgos superan ampliamente los posibles beneficios comerciales.
Con más de 24 años sin brotes y una inserción consolidada en mercados exigentes, Uruguay considera que la vacunación es una herramienta de estabilidad.
“Mejorar comercialmente no depende solamente del estatus sanitario”, insistió Ferber, recordando que el país exporta cortes premium a destinos como Japón, incluso con su actual categoría sanitaria.
El modelo uruguayo es observado de cerca por los técnicos argentinos. Allí, la campaña de vacunación se realiza dos veces al año y cubre el 100% del rodeo.
Para las gremiales ganaderas del país vecino, la inmunización masiva es un “seguro barato” frente a un riesgo que —aunque lejano— nunca desaparece del todo.
Ferber será uno de los oradores destacados del 4º Congreso Federal Ganadero organizado por Rosgan, que se realizará el 13 de noviembre en la Bolsa de Comercio de Rosario. Participará del panel “Fiebre Aftosa: estrategias sanitarias y experiencia regional en el control y erradicación de la enfermedad”.
Para Ferber, el riesgo de abandonar a mediano plazo la vacunación es que es muy difícil y costoso recuperarla en caso de un brote.

Rafael Ferber, presidente de la Asociación Rural del Uruguay (ARU)
“En Uruguay lo primero que dejamos en claro es que no estamos discutiendo ningún cambio de estrategia y no estamos en la etapa en que queremos entrar a discutirlo. Los productores estamos firmes, estamos bien con la estrategia tomada. No consideramos que tengamos nada para ganar cambiando de estatus. Uruguay hoy es libre de aftosa con vacunación y no vemos que lo que podamos ganar cambiando ese estatus justifique los riesgos que tenemos que asumir”, subrayó Ferber.
En este marco, insistió en que, incluso con ese estatus, logran vender a Japón productos como lengua, que vendría a ser lo más estricto. “Tenemos el ganado inmunizado contra situaciones que nadie está libre de que algún día le vuelvan a llegar”, puntualizó.
Por eso, el presidente de ARU explicó que la posición de las gremiales uruguayas es seguir con el estatus de libre de fiebre aftosa con vacunación. “Mejorar en lo que podamos mejorar comercialmente no depende solamente del estatus sanitario. Podrán usarlo de excusa, pero está demostrado que no depende del estatus sanitario. Preferimos y pretendemos que nuestros vecinos estén en la misma situación por seguridad, pero respetamos lo que terminen haciendo”, insistió.
Además, consideró que “es mucho más barato y más efectivo vacunar, y en Uruguay se hace correctamente”, que “tener el control epidemiológico en caso que no se vacune”.
“Está demostrado, y lo decimos sin ningún problema, somos buenos vacunando y somos malos controlando. Como sociedad, los productores nos incluimos, las gremiales nos incluimos, para vacunar el uruguayo es responsable. Ahora, sí tenemos que controlar al Estado, al gobierno de turno que haga las cosas bien, nos cuesta mucho más. Entonces, tomamos la decisión de que lo mejor de todo es seguir el camino que tenemos hoy”, agregó.
Por todas estas razones, la discusión que Ferber intentará dar en el 4º Congreso Federal Ganadero con referentes de los países vecinos tiene como eje que “no es mejor el estatus libre de aftosa sin vacunación”.
En ese sentido, apuntó: “De hecho, creemos que es peor. Las estrategias que tomen los demás las respetamos, pero en el fondo no coincidimos. Cuando cambias de estatus, el anterior lo abandonaste. Cuando tenés un estatus de libre con vacunación y pasás a libre sin vacunación, automáticamente tu situación comercial en el mundo cambia y después no volvés a la anterior”.
Y añadió: “No podés decir, aquel vecino está teniendo problemas voy a empezar a vacunar de vuelta. Ahí tenés todo un lío y una situación de protocolos y de ventas que tenés que demostrarle al mundo por qué volvés a vacunar y vas a generar un montón de desconfianzas”.
Para el presidente de la Asociación Rural del Uruguay “del estatus libre sin vacunación se sale de la peor manera, y de la manera más cara”.
“Cuando vos no tenés el ganado inmunizado y te toca la situación, vas a tener una explosión de casos mucho más grande que si tenés un porcentaje del rodeo inmunizado. Nosotros cuanto más lo analizamos, más convencidos estamos de nuestra posición y creemos que es la mejor posible”, subrayó al tiempo que planteó su preocupación por la situación del ganado en las fronteras: “Queremos que nuestras fronteras estén inmunizadas. Creemos que es mucho más seguro para nosotros”.
BRASIL Y PARAGUAY: DISTINTAS VELOCIDADES, MISMO DESAFÍO
En lo que respecta al resto de la región, en Brasil, el proceso hacia la suspensión de la vacunación avanza de manera escalonada. Algunos estados del sur ya fueron declarados libres sin vacunación, mientras que otros mantienen los programas preventivos. La magnitud del rodeo —más de 230 millones de cabezas— y la heterogeneidad sanitaria entre regiones obligan a un manejo diferenciado.
Paraguay, por su parte, aún sostiene dos campañas anuales y considera que la vacunación es una herramienta indispensable para resguardar su creciente perfil exportador.
Los técnicos del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (SENACSA) remarcan que, más allá del estatus, la clave está en la “confianza de los mercados” y en la capacidad de respuesta ante eventuales focos.
El mapa sanitario del Mercosur, en definitiva, se encuentra hoy en plena transición: mientras algunos países avanzan hacia la eliminación de la vacuna, otros refuerzan su compromiso con la prevención.
EL DEBATE ARGENTINO: ENTRE LA OPORTUNIDAD Y LA PRUDENCIA
En Argentina, la nueva política sanitaria genera un debate profundo. Desde el sector productivo, se valora la posibilidad de reducir costos operativos y simplificar la logística de las campañas.
“Una sola vacunación anual permite optimizar recursos sin poner en riesgo el estatus sanitario”, sostienen representantes de las fundaciones de lucha sanitaria que coordinan las acciones en territorio.
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Sin embargo, desde algunos ámbitos técnicos y académicos se pide cautela. “No hay que confundir estabilidad epidemiológica con ausencia de riesgo”, advierten especialistas del INTA y del Colegio de Veterinarios. La reducción de campañas podría derivar en una menor cobertura inmunológica, especialmente en regiones fronterizas o con alta movilidad ganadera.
El dilema no es menor: mantener la vacunación significa asumir un costo permanente, pero eliminarla implica exponer a la ganadería a un posible brote con consecuencias devastadoras.
Con información de INFOCAMPO
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