El ministro de Economía, Sergio Massa, informará este miércoles a ejecutivos de bancos, aseguradoras y fondos comunes de inversión que, por decreto, se le impondrá a los organismos públicos nacionales que deberán desprenderse de todos los títulos de la deuda pública que tienen en sus activos. En la cartera económica estiman que se trata de un stock de 35.000 millones de dólares. Una parte de ellos (los emitidos bajo legislación extranjera) serán canjeados por títulos públicos pagables en pesos (ajustados por índice CER o dólar linked) y otra (bajo legislación local) terminará licitándose en el mercado secundario local.
Según confiaron fuentes del Palacio de Hacienda, el objetivo buscado es, por un lado, «retirar de la plaza títulos de deuda por un valor nominal de unos 4000 millones de dólares». Son los emitidos bajo legislación extranjera, que tras ser recibidos como parte del canje por las autoridades económicas, «inmediatamente se dan de baja». Es decir, que se reduce la deuda en dólares en ese monto.
El segundo objetivo es que, al volcar el resto de los títulos en dólares sobre la plaza local, haya más oferta disponible de títulos para las operaciones en los mercados de dólares financieros (contado con liqui y dólar MEP). Para ello, se habilitará la operatoria de los bonos con legislación local (identificados con la sigla AL) en el mercado del «contado con liqui», para lo cual estaban hasta ahora inhibidos.
«No tiene ningún sentido que haya organismos públicos que tengan en cartera títulos públicos en dólares, cuando todas sus operaciones se hacen en pesos, porque incluso cuando tienen que importar algún insumo tienen prioridad 1 en el SIRA (sistema de autorización de importaciones de la Aduana) para acceder a los dólares a valor oficial», manifestó una fuente oficial al justificar la medida.
«Tampoco están haciendo un gran negocio, porque en las últimas semanas cayó mucho la cotización de esos bonos. Los dólares financieros pegaron un salto hasta cerca de 400 pesos con operaciones en el día de solamente 23 millones de dólares, mientras tenemos más de 35 mil millones de dólares en bonos congelados en las cuentas de ciento y pico de organismos públicos. Nos generan una marejada en una bañadera», ironizó la misma fuente.
Durante el desayuno de trabajo al que fueron convocados este miércoles los ejecutivos financieros, se les explicará que la iniciativa apunta «a colocar en el mercado una parte de los bonos AL para generar profundidad», es decir, volumen operativo.
El stock de bonos AL que no se coloquen en el mercado, se informará también durante el desayuno de trabajo, quedarán concentrados bajo el manejo del Ministerio de Economía para que, en coordinación con el Banco Central, pueda operar sobre el mercado de dólares financieros «con mayor capacidad de actuar sin afectar las reservas».
El mecanismo a utilizar para «ordenar la deuda en manos del sector público» será obligar, a partir del decreto, a los diferentes organismos nacionales a entregar los titulos públicos dolarizados a cambio de bonos en pesos que podrán elegir dentro de un menú que se les ofrecerá a través del mismo decreto.
Los títulos bajo legislación extranjera, indicó la fuente, serán entregados a la cartera económica de inmediato. Los títulos bajo legislación local, los AL, serán en cambio ofrecidos en licitación, de acuerdo a un cronograma que definirán las autoridades económicas.
Se supone que los organismos públicos obtendrán bonos en pesos a cambio de estos títulos AL y el gobierno nacional recepcionará los pesos que se paguen por los títulos adjudicados en licitación a privados. «Esto permitirá absorber excedentes de pesos del mercado, que de otra manera presionan sobre la inflación», indicó la fuente oficial.
Por otra parte, se presume que este fondo en pesos que se recaude servirá como una fuente de financiación adicional para el Tesoro, que en parte permitiría cancelar o reducir el stock de deuda en pesos que actualmente tiene el propio Tesoro con el sistema financiero. Otra fuente estimó que esta operación podría suponer una absorción de alrededor de dos billones de pesos.
Las autoridades económicas hablan de un «ordenamiento de la deuda intra sector público», que involucra títulos en dólares por un valor nominal de 35 mil millones de dólares, y una » normalización del mercado de dólares financieros» a través de un incremento de la oferta de títulos bajo legislación local por una suma de 25 mil millones de dólares. Una parte de ellos pasará a manos privadas a través de las licitaciones, y el resto quedará como un stock de intervención (en el Palacio de Hacienda reemplazan esa frase por la de «stock de actuación») en manos de las autoridades económicas.
«Una clave es que se levantan las restricciones cambiarias que hasta ahora existían sobre los bonos AL, lo cual va a ayudar a reducir la volatilidad del mercado de dólares financieros en particular, y del mercado de capitales en general, evitando así su impacto, entre otros, en la inflación». Según la lectura que hacen en el equipo económico, el salto en los dólares financieros en enero fue lo que generó incertidumbre y «terminó trasladándose a precios a partir de la segunda quincena de enero».
En el Palacio de Hacienda afirman que, con esta operación, «se sigue consolidando el programa financiero del Tesoro y continúa el camino de estabilización para superar la crisis de junio de 2022». La crisis heredada, argumento funcional a la justificación del actual programa económico.
Por otra parte, lo que no fue dicho pero queda implícito, es que con estas nuevas herramientas de estabilización, Sergio Massa hace su apuesta fuerte a superar las tormentas que atravesaba su programa financiero y cambiario, por vía de rumores y versiones lanzadas en los últimos días apuntadas a su línea de flotación.
Fuente: Economía | Página12