Parece que el epicentro es «la locura» de ciertos presidentes que rechazando el proceso neoliberalizador retoman los valores y las formas organizativas de las civilizaciones originarias.
Las tan mal llamadas
«culturas precolombinas»
como si la civilización hubiese comenzado cuando arribaron a esos lares las carabelas de Colón.
Mucho miedo genera a los (pocos) dueños de todo que los indios se vuelvan a organizar. Mucho miedo. Por eso los bajan a tiros, como pasa en Oaxaca. Donde son millones de indios los que se han organizado alrededor de una asamblea plural. Donde confluyen las más de 50 tribus diversas de la zona. Con sus idiomas, su historia, su diversidad. Pero donde pueden unirse en los valores comunes, en el mismo sol que los alumbra. Y trabajan el consenso y los cargos son por méritos, no existen jerarquías hereditarias, ni amiguismos. El delegado de cada pueblo vela por el bien común, incluso aunque tuviera que defender una idea contraria a la suya. Siempre prevalece el bien común.
Suenan las alarmas en Bolivia. Los indios quieren su asamblea constituyente, quieren una nueva constitución. ¿Pero cómo no van a querer una nueva constitución si han sido ninguneados durante más de 500 años? Y les duele Chávez y les duele que Correa pueda empezar un proceso similar. No hace tanto que los otavaleños y demás indios andinos bajaron a Quito pidiendo reinvidaciones y fueron baleados sin piedad. Murieron cientos de indios pacíficos. En principio Correa cuenta con el apoyo de los originarios, se supone que su política no será discriminatoria.
Pero volvamos a Bolivia, donde los medios se han vuelto locos y mienten y mienten y mienten. Inventan una realidad a su gusto, que defienda sus intereses. Y es interesante ver como los colonizadores reaparecen encarnados en los hijos de los colonizados, repitiendo las formas de actuar del pasado. Odiando a los indios, menospreciándolos, socavándolos.
Presidente Evo morales inaugurando el Foro Humanista Latinoamericano
Evo mentiroso, Evo asesino. Esos son sus carteles, igualitos, todos bien rotuladitos, eso muestra claramente que hay presupuesto detrás de estas manifestaciones. Me recuerda al intento de golpe de estado venezolano o a la contra cubana de Miami. Política de desestabilización, política de fragmentación, política de menosprecio. «¿Pero quién se han creído estos negros patasucias?» parecieran exclamar la televisión boliviana y sus periódicos más importantes.
Ha comenzado una revolución, se están creando los cimientos para que nazca una revolución. Una revolución no violenta. Que contradice el modus operandi de los poderosos. Donde se recuperan para el pueblo los bienes esenciales: el agua, el gas, las minas. Donde se intenta construir una verdadera democracia, participativa, donde puedan estar representadas todas las minorías. Donde se niega la guerra como método de resolución de conflictos con otros estados. Siempre el pueblo ha puesto los muertos y las transnacionales son las que se han llevado los premios (y las ganancias).
La locura de Evo Morales es cumplir con lo que prometió en su campaña electoral… y casi se puede escuchar el pensamiento de los que quieren mantener las cosas como estaban… «Estos indios no entienden nada, si la política es el arte de mentir. ¿Pero dónde se ha visto tanta insolencia!! Hasta dónde vamos a llegar?
Mariano Quiroga
Fuente:
Reflexiones para el intercambio
http://quirogamariano.blogspot.es