Vengo hoy a despedir a alguien con quien compartí sus años de adolescencia en el viejo colegio Nacional donde él terminó su ciclo de bachiller en el año 1976…
Vengo hoy a despedir a alguien con quien compartí sus años de adolescencia en el viejo colegio Nacional donde él terminó su ciclo de bachiller en el año 1976, año que marcaría a la historia institucional de la república.
Precisamente él ya se preocupaba por la democracia y el respeto de las instituciones del país, supo soportar esos últimos meses de su estudio secundario con un gobierno con el cual no coincidía ni ideológica ni sistemáticamente.
Después los años hicieron que nos volviéramos a encontrar en la campaña política del año 1983 donde se luchaba para el reingreso de la democracia en el país. El fue partícipe como integrante de la juventud de un partido político de ese momento histórico que marcaría el rumbo de nuestro país en estos últimos 28 años.
Con su empuje, con su entusiasmo, con ese deseo irrefrenable que tenía de que la democracia fuera el modo de vida de nuestro país, intercambiaba sus ideas con los demás integrantes del grupo. A veces, en ese entusiasmo luchaba denodadamente para que se aceptaran su ideas.
Ese mismo espíritu fue el que lo llevó a la lucha dentro del periodismo, tomó a tal como su baluarte para seguir bregando por la democracia, esa era su meta, ese era su objetivo, su forma de vida. Se puede o no haber coincidido con sus ideas, con su empuje, con su rapidez para que las cosas se hagan dentro de los límites que fija la constitución nacional, pero de lo que no se puede ignorar es su entusiasmo, sus ganas de trabajar, su manera de buscar consenso entre los políticos, sin fijarse ideologías determinadas, sino que la misma fuera su mismo punto de vista: la libertad como meta para llegar a que se depure y se logre una democracia sana, respetuosa, donde la libertad de prensa no se convierta en un libertinaje, donde el amor a las instituciones y el respeto a las mismas sea por encima de los intereses particulares.
Amigo Daniel Quevedo, ex alumno, correligionario en los primeros años del reingreso de la democracia, hoy estoy aquí rindiéndote un humilde homenaje sabiendo que ya sos parte de la historia del periodismo escrito local y regional, tu nombre queda grabado con todas tus ideas, coincidente o no, pero no se puede negar que la historia cuando sea escrita, vos serás parte de la misma. Esto es lo que deseo quede en el recuerdo de quienes te conocieron y te trataron, el dolor de tu ausencia se compensa con el mensaje de tus ideas.
Descansa en paz
Miguel Angel Piagentini
Fuente: PeriodicoSintesis.com.ar