El grupo de empresarios Trascender convocó al Desfile de Todos con motivo de los actos por el aniversario de la ciudad. La idea era mostrar la producción y también hacer fuerza para que se termine el puente. Pero también tuvo su lado solidario ya que se recaudaron 9 mil pesos, por aportes de las empresas participantes, para la huerta, la imprenta y la fábrica de bolsas de la parroquia San Guillermo Abad. Las palabras del padre Henry fueron una síntesis, y al mismo tiempo una proclama: «Hay que demostrar que en Rosario no sólo se comen gatos y se faenan vacas, sino que también se trabaja y produce», empezó. «Hay que decirles a nuestros gobiernos, que en algunas cosas son autistas, que se saldrá adelante apoyando el trabajo y la industria nacional. El asistencialismo puro es una bomba de tiempo», sostuvo.
La caravana, a la que el sacerdote la llamó de «protesta sin violencia», arrancó a las 11.30 con las motos y autos que picaron en punta. Y le siguió la hilera de vehículos que transitaron a paso de hombre.
Los rosarinos que disfrutaban del domingo miraron asombrados y también saludaron. No faltaron señoras que se asomaron a puertas y ventanas con el batón y los ruleros. Y en cuatro puntos de la marcha hubo bandas que le pusieron música al evento.
Desfilaron hasta el puente camiones cargados con acero, una retroescavadora y maquinaria agrícola, combis con promotoras y productos elaborados, remises, móviles de medios de comunicación, ómnibus y tractores, entre otros. Una empresa de seguridad hasta hizo marchar a sus agentes. El primer coche de la fila llegó a la cabecera del puente a las 13.05 y se completó casi media hora después.
Los más aplaudidos fueron un grupo de obreros que construyeron, en forma simbólica, una nueva Argentina con sus propias herramientas. Allí todo fue festejo. Los chicos de la parroquia les hicieron cantar Color Esperanza a los funcionarios, se cortó una torta decorada con la geografía de la costanera, los empresarios festejaron con champagne al mejor estilo Fórmula 1 y se sacaron una foto con el puente detrás.
La convocatoria fue un éxito por la cantidad de gente que se volcó ante el paso de los rodados y el día de sol. Al final hubo euforia entre los organizadores, que sellaron la marcha posando como símbolo con el puente de fondo.
La fila fue encabezada por un colectivo de dos pisos sin techo que llevó en lo más alto al intendente Hermes Binner y al ministro de Gobierno, Esteban Borgonovo, entre otros. Delante se encolumnaron los motoqueros del Grupo Custom y los autos históricos y detrás, una hilera de camiones, combis y autos de 115 empresas de la ciudad y la región.
datos y fotos, fuente: diario La Capital