
Las redes WiFi abiertas en aeropuertos, cafeterías o centros comerciales pueden ser una salida rápida cuando no hay otra conexión disponible.
Sin embargo, especialistas españoles del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) advierten que son uno de los mayores riesgos para la seguridad digital.
Estas son las medidas esenciales para reducir vulnerabilidades y evitar el robo de información.
Viajar, trabajar a distancia o resolver trámites urgentes en lugares sin cobertura estable muchas veces empuja a los usuarios a conectarse a redes WiFi públicas. Aunque prácticas y accesibles, estas conexiones carecen de las protecciones necesarias y pueden abrir la puerta al robo de contraseñas o datos bancarios. Expertos en ciberseguridad explican cuáles son los riesgos más comunes y qué pasos seguir para minimizar el impacto si no hay otra alternativa de conexión.
Por qué las WiFi públicas son un riesgo
Según el Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (INCIBE), la falta de cifrado y control en redes públicas convierte cualquier dato transmitido en un blanco fácil. Los ciberdelincuentes aprovechan esta debilidad para ejecutar ataques como:
- “Man-in-the-Middle”: interceptan el tráfico entre el dispositivo y la red, pudiendo leer correos, mensajes o contraseñas.
- Redes trampa: crean puntos de acceso falsos que imitan a los legítimos, donde los usuarios se conectan sin advertirlo.
- El resultado puede ir desde el robo de credenciales hasta fraudes bancarios.
Medidas básicas de protección
El INCIBE recomienda adoptar estas pautas antes de conectarse a una red abierta:
- Usar una VPN: fuerza el cifrado de la conexión y protege los datos en tránsito.
- Evitar operaciones sensibles: no acceder a banca online, compras o plataformas con contraseñas críticas.
- Actualizar el dispositivo: mantener sistema operativo y apps con los últimos parches de seguridad.
- Contar con antivirus: detectar software malicioso y reforzar la protección.
- Desactivar la conexión automática a redes abiertas y funciones de compartición como archivos o impresoras.
Ajustes recomendados en el móvil o portátil
Antes de conectarse conviene:
- Revisar que el WiFi automático esté desactivado.
- Comprobar que la conexión esté cifrada (HTTPS en los sitios web).
- Usar datos móviles siempre que sea posible como opción más segura.
- Apagar el Bluetooth y el intercambio de archivos cuando no se usen.
La regla de oro: limitar su uso
Incluso aplicando estas medidas, los riesgos no desaparecen. Los expertos aconsejan reservar las redes públicas solo para actividades básicas —consultar un mapa, leer noticias o enviar mensajes sin información crítica— y nunca para trámites sensibles.
En palabras del INCIBE: “La propia naturaleza abierta de estas redes es su vulnerabilidad principal. Su uso debe ser la última opción”.