
Un antibiótico fue “creado” por la Inteligencia Artificial
Un antibiótico descubierto y producido por un modelo de inteligencia artificial desarrollado por el MIT, podría marcar el inicio de una nueva era en el tratamiento de enfermedades infecciosas. Esta molécula, identificada mediante aprendizaje automático, ha demostrado una eficacia extraordinaria frente a bacterias resistentes, abriendo la puerta a una revolución médica impulsada por la tecnología.
El antibiótico que desarrolló la IA
En una reciente entrevista, el médico argentino y exdirector del PAMI, Carlos Regazzoni, habló sobre la evolución de la tecnología en el sistema de salud y cómo ya se está implementando en varios lugares del mundo, y explicó que la IA ya creó un antibiótico. Ese antibiótico es halicina
Halicina es el nombre de un potente antibiótico descubierto por un algoritmo de aprendizaje automático desarrollado por el MIT. Su importancia no radica únicamente en su eficacia para eliminar cepas bacterianas resistentes, sino en la forma en que fue descubierto: mediante el análisis informático de miles de compuestos en cuestión de días, algo impensable con métodos tradicionales. Este avance fue destacado por el médico argentino Carlos Regazzoni, quien subrayó cómo la inteligencia artificial ya no es una promesa lejana sino una herramienta concreta que salva vidas.
Halicina logró eliminar bacterias como Clostridium difficile, Mycobacterium tuberculosis y Acinetobacter baumannii, esta última una amenaza particularmente resistente que afecta a soldados y pacientes hospitalizados en todo el mundo. El fármaco demostró su efectividad en ratones infectados, eliminando infecciones en apenas 24 horas, incluso frente a cepas inmunes a todos los antibióticos conocidos.
Este antibiótico, nombrado en honor a HAL 9000 —el sistema de inteligencia artificial de “2001: Odisea del espacio”—, actúa interfiriendo con el gradiente electroquímico de las bacterias, impidiéndoles generar ATP, lo que lleva a su muerte. Según los expertos del MIT, este mecanismo de acción podría dificultar la aparición de resistencia bacteriana, ya que modificar estructuras tan fundamentales para la vida celular no es evolutivamente sencillo.
Lo más impactante es que en 30 días de tratamiento continuo con halicina, las bacterias no desarrollaron resistencia, a diferencia del ciprofloxacino, que mostró pérdida de eficacia en solo tres días. Regazzoni no dudó en señalar este hallazgo como una revolución comparable al descubrimiento de la penicilina, pero potenciada por la capacidad computacional de la IA moderna.
Más allá de la halicina: la inteligencia artificial como herramienta de descubrimiento
El éxito de halicina es apenas la punta del iceberg. Los investigadores entrenaron su modelo de IA con 2.500 moléculas, incluidas 1.700 aprobadas por la FDA, para aprender qué características químicas hacían efectivo a un antibiótico contra la E. coli. Una vez entrenado, aplicaron el modelo a una base de datos con más de 6.000 compuestos. En apenas horas, la IA identificó halicina como el principal candidato.
Pero los investigadores no se detuvieron allí. Luego analizaron una base de datos mucho mayor, ZINC15, con más de 100 millones de compuestos. En solo tres días, la IA seleccionó 23 moléculas completamente nuevas, de las cuales ocho mostraron actividad antibacteriana significativa y dos resultaron especialmente prometedoras.
Este enfoque, según los autores del estudio publicado en Cell, representa una ruptura con la tradición farmacéutica. En lugar de basarse en procesos lentos y costosos, la IA permite una exploración masiva y eficiente del espacio químico. Además, el modelo puede aprender qué estructuras moleculares son deseables, no solo para eliminar bacterias, sino para evitar toxicidad en células humanas, lo que reduce los riesgos en fases posteriores del desarrollo de medicamentos.
El equipo también planea usar esta tecnología para diseñar nuevos antibióticos desde cero o mejorar moléculas existentes. Por ejemplo, se podrían crear fármacos que ataquen solo a ciertas bacterias patógenas, sin dañar las que forman parte de la microbiota intestinal. Esto sería clave para preservar la salud digestiva del paciente durante los tratamientos antibióticos.
Según Roy Kishony, del Technion de Israel, este trabajo representa “un cambio de paradigma” en el descubrimiento de antibióticos. Y aunque aún queda un largo camino hasta su uso clínico, halicina y sus sucesores podrían convertirse en herramientas vitales contra las llamadas “superbacterias”, un desafío creciente que amenaza con devolver a la humanidad a una era preantibiótica.
Una solución frente a la crisis global de resistencia antimicrobiana
El descubrimiento de halicina no solo es un hito científico, sino una respuesta directa a una crisis sanitaria mundial. En las últimas décadas, el desarrollo de nuevos antibióticos ha sido alarmantemente escaso. La mayoría de los aprobados en años recientes son versiones modificadas de fármacos antiguos, con eficacia limitada frente a bacterias resistentes.
Mientras tanto, los patógenos evolucionan. Se estima que las infecciones resistentes a los antibióticos causan al menos 1,27 millones de muertes al año en el mundo, y podrían superar los 10 millones anuales en 2050 si no se desarrollan soluciones eficaces. Frente a esta amenaza, la capacidad de la IA para identificar fármacos innovadores en tiempos récord y con costos reducidos puede marcar un punto de inflexión.
La halicina es también un símbolo de lo que puede lograrse cuando la ciencia computacional y la biomedicina trabajan de forma sinérgica. El MIT, con su Clínica J-Clinic y el respaldo de múltiples organismos de investigación, ha demostrado que es posible acortar décadas de desarrollo a un puñado de semanas mediante redes neuronales avanzadas y aprendizaje profundo.
El siguiente paso será evaluar la seguridad y eficacia del nuevo antibiótico en humanos. Para ello, los investigadores planean colaborar con empresas farmacéuticas y organizaciones sin fines de lucro. La esperanza es clara: transformar lo que hoy es un avance de laboratorio en un tratamiento accesible y efectivo para millones de personas.
La IA no solo puede predecir textos o crear imágenes; ahora también puede salvar vidas. Y eso cambia todo.
Referencia:
- MIT/Artificial intelligence yields new antibiotic. Link
Fuente: CerebroDigital.net