La adhesión mayoritaria a Cristina demolió el relato político mediático imperante y tuvo en Santa Fe uno de los puntos más significativos…
La adhesión mayoritaria a la presidenta Cristina Fernández, que demolió el relato político mediático imperante hasta el domingo, tuvo en la provincia de Santa Fe uno de los puntos más significativos: recuperó para…
Por Rodolfo Montes / La Capital
La adhesión mayoritaria a la presidenta Cristina Fernández, que demolió el relato político mediático imperante hasta el domingo, tuvo en la provincia de Santa Fe uno de los puntos más significativos: recuperó para su alianza Frente para la Victoria 16 por ciento de lo votos en sólo tres semanas, desde el 24 de julio al 14 de agosto. Y transformó al tercer puesto de Agustín Rossi y sus 22 puntos, en un primer puesto, con 38.
El ex candidato Rossi, rápidamente, comprendió que la gran elección de Cristina en Santa Fe le producía daños y beneficios, de manera simultánea. Daños porque puso de blanco sobre negro la imposibilidad del Chivo de contener en el plano provincial la adhesión que el proyecto kirchnerista efectivamente alcanza en la provincia, cuando se juega el proyecto nacional. Beneficios, porque no hay mejor situación para asumir el agotamiento de una empresa personal —la pelea por la Gobernación— que en un clima de bonanza: el peronismo santafesino enganchado al triunfo de Cristina en la Nación.
En estos días, el Chivo retomó en plenitud su despacho en el tercer piso del Palacio del Congreso, y percibe que la confianza con la presidenta no se ha roto. Cristina le contestó al instante su llamado de felicitaciones el lunes pasado. De todos modos, sólo Cristina sabe si Rossi seguirá o no al frente del poderoso bloque oficialista en 2012. A cuatro meses de ese evento futuro —cuando asuman los nuevos diputados, y se vuelvan a nominar las autoridades de bloque, y de la Cámara en general— cualquier especulación en ese sentido tiene más de ficción que de predicción política certera.
Objetivos. Por lo demás, el vendaval cristinista en todo el país —en especial Santa Fe—, provocó también un daño parcial al candidato que pudo sonreír entre los opositores, el último domingo: Hermes Binner. El candidato del FAP logró dos de sus tres objetivos: llegar a las dos cifras (10,3 por ciento), derrotar o debilitar severamente a los candidatos que juntan votos en su misma zona socio ambiental (Alfonsín, Carrió, Argumedo); y, finalmente, ganar la provincia de Santa Fe, objetivo este último que no logró.
Binner salió con discurso triunfalista desde la misma noche del domingo y e intentó resolver su pata "renga", la derrota en Santa Fe, haciendo una cuenta disparatada: dice que ganó y se suma para sí los votos de Carrió y de Alfonsín en Santa Fe. Sólo su gran audacia, y la muy baja imagen negativa del gobernador, en todo el país, posibilitaron que esgrima ese curioso argumento ante los medios nacionales.
Mientras que Cristina Fernández pondrá la pelota bajo la suela hasta el 23 de octubre, el comando del FAP discute cómo trabajar en las próximas ocho semanas.
Replanteo. Binner jugó fuerte contra Cristina en las semanas previas a la elección —por caso, evocando de manera permanente el episodio del 20 de junio como hito de un presunto "kirchnerismo agresivo y expulsivo de votos"—, pero ahora analiza cómo colocarse, luego del vendaval K.
Las buenas elecciones de Binner —ciudad de Buenos Aires, 14 por ciento—, estuvieron ligada a espacios como el del diputado Federico Pinedo, del PRO, que se presentó sin boleta presidencial propia y encontró en Binner el comodín perfecto. Algo similar sucedió en otros barrios acomodados de la franja norte de Capital y Gran Buenos Aires.
En el resto del conurbano de Buenos Aires, Margarita Stolbizer no le resolvió a Binner su debilidad. Más bien a la inversa, fue la boleta de Binner la que "tiró" unos puntitos hacia arriba a la candidata a gobernadora, que sintió el golpe con apenas 6 por ciento de los votos. "Nuestra posibilidad es consolidar el voto de sectores medios, en los barrios humildes del Gran Buenos Aires por ahora no tenemos llegada significativa", contó a este cronista una dirigente del FAP.