
El fiscal penal Alejandro Ferlazzo pidió este lunes en audiencia preliminar una pena de prisión perpetua para un hombre acusado de asesinar a quien fuera su pareja, Natalia Ocampo, y al novio de esta con quien intentaba rehacer su vida, César González.
Un doble crimen que ocurrió el 6 de abril pasado en una casa de pensión, en Uruguay al 5300. El caso estremeció a Rosario. Ese mismo día, Natalia había subido a redes una foto suya con el filtro característico contra la violencia machista “#Nací para ser libre, no asesinada”. Y ese mismo día, su exmarido la asesinó.
Los cargos, que el juez Hernán Postma convalidó, son doble homicidio calificado por el vínculo y por mediar un contexto de género –en perjuicio de Natalia Ocampo–, homicidio agravado por el uso de arma de fuego –contra César Valenzuela–, portación ilegítima de arma de guerra, encubrimiento y daño, todos en concurso real.
El juez Postma declaró formalizada la acusación y admitió la totalidad del requerimiento fiscal, dando por concluida esta etapa y habilitando el avance hacia el juicio.
Según la investigación, el 6 de abril de 2025, alrededor de las 13.45, Cabañas ingresó con llave propia a la pensión ubicada en Uruguay al 5300, donde vivía su exesposa, con quien transitaba un proceso de separación. El acceso lo logró mediante las llaves que previamente le había sustraído. Una vez en la planta alta, y tras patear una puerta divisoria, irrumpió en el ambiente donde Ocampo se encontraba con Valenzuela y efectuó al menos ocho disparos con una pistola Bersa calibre 9 mm.
De acuerdo con la acusación, primero disparó a Ocampo –dos tiros en el cráneo y uno en el cuerpo– y luego, tras un forcejeo, realizó cinco disparos contra Valenzuela. Ocampo murió por daño cráneo encefálico grave, mientras que Valenzuela falleció por un shock hipovolémico producto de lesiones vasculares y viscerales.
La Fiscalía remarcó que el femicidio se produjo en un sostenido contexto de violencia de género, con episodios de maltrato físico, psicológico y económico durante los 18 años de relación. Apenas diez días antes del crimen, el 26 de marzo, se había dictado una prohibición de acercamiento contra el acusado, quien ya había sido denunciado desde 2010 por agresiones.
Ese mismo día por la mañana, en la vereda del domicilio de Ocampo en el barrio Triángulo, Cabañas la habría amenazado de muerte, según planteó la Fiscalía, reforzando el carácter sistemático de la violencia ejercida.
Además, se le atribuye portar un arma de fuego de guerra sin autorización y haber ocultado el arma utilizada —con numeración suprimida— en la casa de un familiar tras el ataque, a sabiendas de su origen ilícito.
Con la acusación ya admitida, el caso avanzará ahora hacia el juicio oral, donde se definirá la responsabilidad penal del imputado y el pedido de pena máxima elevado por la Fiscalía.




