Las llagas en la encía son una molestia común que afecta a muchas personas.
Tardan en curar o reaparecen cada cierto tiempo. En esta nota te contamos las causas de estas lesiones, cómo identificarlas y las mejores estrategias para aliviarlas o prevenirlas.
Las llagas en la encía, conocidas como aftas bucales, se desarrollan en las áreas mucosas de la boca. Debido a su localización (interior de las mejillas, en la base de las encías, en el velo del paladar, en la lengua, en la zona interna de los labios) suelen causar incomodidad, especialmente al comer o masticar. También pueden hacer que la limpieza dental sea más difícil y, en algunos casos, afectar el habla. Sin embargo, es fundamental tener en cuenta que las aftas bucales son benignas y no son contagiosas.
Desde el punto de vista morfológico, estas heridas se presentan como manchas blanquecinas con un borde ligeramente enrojecido. Son pequeñas ulceraciones superficiales, redondeadas, poco profundas pero dolorosas. Suelen curarse una o dos semanas después de su aparición.
¿Qué causa las llagas en la encía?
Las causas exactas de estas úlceras orales aún no se conocen con certeza, pero se piensa que su origen es multifactorial. Se cree que intervienen diversos factores, incluyendo aspectos locales, del sistema inmunológico y genéticos.
- Estrés, fatiga ansiedad o falta de sueño.
- Deficiencias nutricionales, como la falta de vitaminas, especialmente la B12, ácido fólico y hierro, puede aumentar el riesgo.
- Irritación producida por un cepillado agresivo o un objeto afilado, como un diente roto, aparatos de ortodoncia, o incluso una mordedura accidental. También se pueden deber a una quemadura.
- Cambios hormonales.
- Infecciones virales o bacterianas y otros problemas de salud.
Cómo aliviar el malestar
Enjuagues Bucales: realizar enjuagues con agua tibia y sal varias veces al día puede facilitar la limpieza de la úlcera y contribuir a su mejoría.
Analgésicos Tópicos: aplicar geles o cremas analgésicas directamente sobre la úlcera puede proporcionar alivio del dolor y reducir la incomodidad.
Evitar irritantes: es aconsejable evitar alimentos y bebidas que puedan irritar la úlcera, tales como los ácidos, picantes o calientes, así como productos de higiene oral que puedan causar molestias.
Medicamentos recetados: en algunos casos, un profesional de la salud puede prescribir medicamentos tópicos o sistémicos para disminuir el dolor y acelerar la curación de la úlcera.
Si tenés dudas, consultá a tu médico de confianza, especialmente si son aftas inusualmente grandes, recurrentes, que permanecen dos semanas o más, si tenés un dolor que no podés controlar con medidas de cuidado personal, dificultad extrema para comer o beber, y/o fiebre alta.
Nota original: vidaysalud.com