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Mientras sigue rodando el “carry trade”, las y los trabajadores no paran de pedalear cuesta abajo. La debacle en el bolsillo arrancó en el gobierno de Macri, siguió en el de Alberto y en lo que va de Milei, empeora. Sigue la sangría del trabajo registrado.
Del modelo del “carry trade” al del Rappi en bici. Son las dos caras de una misma realidad. Desde los últimos años se multiplicaron los trabajadores precarizados que reparten pizza a pedal y los inversores que hacen millones también en bicicleta pero financiera. Así, mientras la informalidad laboral crece y los puestos de trabajo registrado se desmoronan, otros agigantan sus ganancias en una fenomenal transferencia de ingresos del sector productivo al especulativo. Desde 2016 a 2024 la pérdida de ingreso de los asalariados alcanzó a 164.052 millones de dólares, según contabilizó un reciente estudio de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) y el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (Cifra) de la CTA.
“Transferencia de ingresos del trabajo al capital durante el período 2016-2024”, es un informe firmado por los economistas Pablo Manzanelli y Leandro Amoretti (Flacso-Cifra), que toman como punto de inflexión en la caída del salario al gobierno de Mauricio Macri. Así se vio expresada “la irrupción de un nuevo ciclo de endeudamiento externo y fuga de capitales que implosionó tempranamente en 2018 en el marco de diversas corridas cambiarias que provocaron un ajuste en los ingresos de los sectores populares”, sostienen.
Posteriormente, destacan que tras el frustrado intento de la experiencia del Frente de Todos de resolver la sostenibilidad de la deuda y revertir el proceso distributivo, emergió una segunda etapa durante el gobierno de Javier Milei. “Si bien está en pleno desarrollo, todo parece indicar que en este gobierno se procura consolidar esta segunda fase de la valorización financiera mediante el impulso al denominado “carry trade” y la suscripción de un nuevo acuerdo con el FMI, cuyas consecuencias tienden y tenderán a provocar un nuevo ajuste sobre los asalariados y sectores populares en general”, indica el estudio.
Para los especialistas el denominador común es “el sesgo regresivo en la distribución del ingreso”. Y sobre este punto hicieron un detallada investigación técnica que les permitió aproximarse a la pérdida que afrontaron los asalariados en el período 2016-2024 y que alcanzó la friolera de 164.052 millones de dólares.
“Esa importante transferencia de ingresos en detrimento de los asalariados tuvo una primera etapa en la que se registra en promedio una pérdida de 15.155 millones de dólares por año durante el gobierno de Macri al tipo de cambio oficial (según la cotización del dólar blue es de 11.679 por año). Una segunda en la que aquella transferencia asciende a 29.647 millones de dólares por año durante el Frente de Todos (o 22.847 millones al dólar blue). Y una tercera etapa durante el primer año de Milei donde se cuantifica una transferencia de 33.901 millones de dólares al tipo de cambio oficial y de 26.126 millones de dólares considerando la cotización del paralelo”, puntualizan Manzanelli y Amoretti.
Sobreviviendo en dos ruedas
En este marco de retroceso del valor de la fuerza laboral, se suma la destrucción de puestos acelerada con la llegada de Milei. El trabajo registrado no paró de caer en lo que va del gobierno libertario, y hasta enero pasado sumaban 124.010 empleos menos, según cifras oficiales, citadas en un estudio de análisis del Centro de Economía Política Argentina (Cepa).
El informe destaca que aún durante el cuestionado gobierno de Alberto Fernández se registraron 37 meses de crecimiento sostenido del empleo registrado privado, interrumpidos en septiembre de 2023 en el contexto de incertidumbre electoral, a partir del cual comenzó un sendero a la baja.
Con Milei esta tendencia se profundizó, movida por el derrumbe de la actividad económica, salvo una tenue recuperación a mediados del año pasado que se esfumó. “Desde agosto de 2024, la tendencia venía siendo levemente al alza, pero en enero 2025 se interrumpió”.
Para tener una mirada más amplia del fenómeno de la generación de empleo privado desde el Cepa tomaron los últimos 12 años y observaron que no hubo constantes, que se registraron subas y bajas.
Identificaron, a grandes rasgos, dos grandes crisis de empleo: la primera, iniciada en abril de 2018, producto del colapso del gobierno de Cambiemos y, la segunda, iniciada en marzo de 2020, en el contexto de la pandemia del Covid-19.
“Mientras que la segunda resultó de una crisis sanitaria que afectó al mundo entero, la primera estuvo asociada a un modelo económico que subestimó el peso del consumo interno en el nivel de actividad y se centró en la atracción de capitales externos especulativos”, analiza el informe.
Pandemias laborales
Pasada la pandemia en 2020, Argentina comenzó un sendero de crecimiento del empleo que le permitió recuperar no sólo lo perdido durante el Covid-19, sino también en el macrismo. Al mes de noviembre de 2023, se habían generado 575,7 mil puestos de trabajo desde el mínimo de la pandemia (julio 2020), superando en 88,4 mil puestos los niveles de empleo registrados en abril de 2018 (máximo del período de Cambiemos).
Con estos datos queda desestimado el argumento tantas veces repetido de que “en Argentina hace diez años que no se genera empleo privado”.
La llegada de Milei profundizó los problemas por la fuerte devaluación de arranque, el mega ajuste del gasto público, la apertura comercial y las desregulaciones en el marco de un nuevo proceso de valorización financiera
Después de la breve mejoría desde agosto de 2024, en enero de 2025 se perdieron 8.842 puestos en el sector privado. Y de la mano de un modelo de país que deja de lado el mundo productivo, la continuidad de la sangría parece inevitable.
En el informe de Cepa destacan que alrededor del 50 por ciento de los puestos de trabajo perdidos desde que asumió Milei son explicados por el sector de la construcción, en el marco de la decisión política de paralizar por completo la obra pública.
En tanto, la principal actividad económica en materia de empleo en el sector privado es el comercio, que reúne al 20 por ciento del total.
Mucho ruido, pocas nueces
En el análisis también se cuestionan las bondades prometidas desde el gobierno para la generación de empleo a través del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) en sectores como la minería, la siderurgia y los hidrocarburos.
Al analizar la incidencia que tienen estos sectores sobre el empleo registrado privado, los números evidencian que su participación es más bien marginal: 6,8 por ciento del total.

Y por el contrario, “impactaría negativamente” ya que este Régimen, según el Cepa, pondría en jaque a la industria manufacturera que genera el 18,7 ciento del total de los puestos de trabajo, constituyendo la segunda actividad económica más importante en materia de empleo. “Desde que asumió Milei, el sector es el segundo que más ha perdido empleo (-27.676 puestos), con una retracción de 2,3 por ciento”, detalla el estudio.
La maldición del monotributista
El monotributo, considerado por muchos como una forma de flexibilizar o precarizar relaciones laborales, sin derechos como aguinaldo o vacaciones, también se cuenta como trabajo registrado. A enero de este año, 2.076.476 personas tenían al monotributo como su modalidad ocupacional principal.
En el último mes, se registraron 9.609 puestos nuevos bajo esta modalidad. Así, desde noviembre de 2023, se incorporaron al régimen 38.714 personas, lejos de compensar la pérdida de asalariados privados (124.010).
Desde Cepa recordaron que con la reforma laboral aprobada en el Congreso (Ley Bases), esta categoría podría adquirir especial relevancia en los próximos años: se crea una figura nueva, que permite que puedan contratarse hasta tres trabajadores en relación de dependencia pero bajo la categoría de “colaboradores”, es decir, monotributistas.
“En definitiva, es la negación misma de la relación de dependencia para evadir los aportes y contribuciones, pero también los derechos a ella asociados. ¿Quién va a contratar bajo la modalidad asalariada pudiendo contratar monotributistas?”, se preguntan los economistas del Cepa.
A la vez, en el marco de la decisión del Gobierno de aumentar la cuota del monotributo social e impulsar un reempadronamiento obligatorio que de no realizarse implicaba la baja, se produjo una reducción sustancial de monotributistas sociales (-413.744 entre diciembre y enero).
El topo de la motosierra
El empleo registrado en el sector público, a enero de 2025, comprende a 3.417.894 personas. En tanto, desde la asunción de Milei se eliminaron 49.514 puestos incluyendo el nivel nacional como los subnacionales. Esto se suma a los 124.010 perdidos en el sector asalariado privado, totalizando una destrucción de 173.524 empleos asalariados.
A contramano del discurso oficialista, que sostiene que el sector privado absorberá la oferta de trabajo resultante de los despidos masivos en el Estado, la caída es mayor en el sector privado (-1,9 por ciento) que en el público (-1,4 por ciento). El Topo no sólo está destruyendo el Estado por dentro, está haciendo añicos el trabajo argentino.
Publicado en el semanario El Eslabón del 03/05/25
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La entrada La clase obrera va al infierno en bicicleta se publicó primero en Redacción Rosario.
Fuente: Redacción Rosario