San Lorenzo.— Un pedido de la empresa Molinos Río de la Plata al Concejo Municipal para ampliar sus instalaciones sobre la costa y recategorizar una zona residencial a industrial generó una enérgica reacción de los vecinos y de organizaciones ambientalistas
Pidieron al cuerpo el rechazo a estos planteos.
El argumento:
en el lugar que se pretende recategorizar se levantan tres barrios, que se verían, según los vecinos, seriamente perjudicados por la actividad de la aceitera.
Las notas ingresaron en la primera sesión ordinaria, y pasaron al tratamiento del cuerpo en comisión; es decir, con la participación de todos los concejales. Inclusive, hace unos días los ediles mantuvieron una entrevista con los vecinos, donde pudieron palpar el malestar reinante entre la gente con respecto a este tema.
Además de pedir el rechazo del pedido empresario tanto los vecinos como los concejales coinciden en la necesidad de convocar a una audiencia pública como posibilita la ley de medio ambiente, donde se puedan expresar todas las partes. El fundamento del rechazo pasa, tal cual lo expresan los habitantes de la zona, por «los innumerables inconvenientes que trajo el funcionamiento de la empresa desde su instalación».
Recategorización.
El 6 de Febrero, Molinos Río de la Plata envió una nota al Concejo solicitando la recategorización de un sector de la ciudad considerado hasta hoy por la ordenanza de «uso de suelo como zona residencial para la instalación de viviendas familiares». El pedido de la empresa es que se lo declare área industrial.
Además, la firma plantea la necesidad de obtener mediante compra o concesión el espacio ribereño ubicado al sur de su propio puerto. En este caso se trata del espacio en el barrio 2 de Abril, delimitado por las calles Benielli, al norte, América al sur, Saghesse al Oeste y el río Paraná al Este, y sería destinado a la construcción de un muelle para carga de líquidos.
El pedido de recategorización apunta a un sector donde la empresa ya posee algunos terrenos y comprende la zona ubicada al este de las vías del ferrocarril NCA, la ruta A012 al norte, la ruta 11 al este, y el límite con la localidad de Fray Luís Beltrán (calle Estrada) al sur, donde se levantan los barrios Morando, Rivadavia y Bouchard de San Lorenzo.
Se trata de una zona muy cercana a la actual playa de camiones de Molinos, donde la empresa a poco de radicarse no pudo conseguir la autorización para instalar un granoducto subterráneo, de manera de poder trasladar los granos en cintas desde la playa hasta la zona de embarque.
Rechazo.
Lo cierto es que una vez sabido esto llovieron al Concejo los reclamos de vecinos que se oponen tanto a la ampliación como a la recategorización de la zona: «Esto no es un problema sólo del barrio 2 de abril», dice una nota de la Asamblea Permanente por la Vida, que agrega: «La contaminación ambiental y sonora, el constante polvillo, el peligro de explosiones, el deterioro de las barrancas, las dificultades de tránsito que generan los camiones, la pérdida de espacios públicos y de accesos al río son un problema de toda la ciudad y no de un solo barrio».
Por su parte, la concejala del Frente Cívico Marcela Lozano rechazó de plano la aprobación del pedido empresario. «Les dije a los vecinos que mi voto no va apoyar la ampliación», recordó, y afirmó que además de rechazar la expansión de la empresa, la gente «sigue reclamando un control más estricto del actual funcionamiento de la planta.
Hay mucha disconformidad entre los habitantes con la actuación de las autoridades de Medio Ambiente, tanto provinciales como locales, como para permitir que se siga avanzando», dijo. Y reflexionó: «Si realmente la cantidad de puestos de trabajo que se anunciaron se cumplieron y hay que poner en la balanza lo positivo y los perjuicios que le trae a una comunidad la instalación de una megaplanta, creemos que una audiencia pública sería un mecanismo válido para debatir todos estos temas».
Fuente: La Capital