El Grupo Olio es una agroexportadora de capitales argentinos que opera la planta aceitera y el puerto que Vicentin tiene en San Lorenzo.
Las palabras del CEO son una advertencia de lo que está pasando en el sector. Jurado hace saber el interés por el futuro de los trabajadores y del holding.
– Muchos grupos económicos están interesados en que Vicentin vaya a desguace, pero no es lo que nosotros queremos; ese sería el peor escenario para los trabajadores y para los acreedores, que preferimos que la empresa siga funcionando para que el mercado no se concentre.
– Hay actores de la agroexportación que parecen preferir que la planta de Vicentin en San Lorenzo no esté funcionando para mejorar los márgenes del resto del complejo aceitero. Hay intereses creados que no persiguen los mismos objetivos que nosotros. Queremos que la planta siga abierta y mantener las fuentes de trabajo.
– Nuestra intención es focalizarnos en cumplir nuestros compromisos de fasón, atender nuestro negocio, crecer en el comercio exterior y mientras tanto vamos viendo cómo se va desarrollando la convocatoria. Cuando las cosas se vayan aclarando y se definan las condiciones, será el tiempo de tomar decisiones.
Mientras tanto, nosotros somos acreedores y vamos a estar en todas las mesas de negociaciones. En ese sentido, entendemos como positiva la decisión que comunicó este lunes Vicentin de contratar a un banco de Estados Unidos para que los asista, pero entendemos que ese proceso también llevará su largo tiempo. Hay que esperar un poco más para tener una situación definida porque hay temas claves para resolver como valuaciones y capitalizaciones de acreencias. El tiempo de definiciones será en 2021.
– Somos una empresa 100 por ciento privada, independiente y de capitales nacionales que busca un lugar entre los grupos agroexportadores. En ese sentido, tenemos el mismo nivel de relación con los diferentes organismos estatales que puede tener cualquier otro agroexportador. La verdad es que no entendemos la mirada maliciosa que hay para con nosotros en algunos actores del mercado.
– Hay negocios que uno sale a buscar y negocios que a uno se le presentan. El plan de expansión del grupo es anterior a la relación con Vicentin. El objetivo del grupo, que ya es fuerte en la originación de granos, es también ganar experiencia y buscar un lugar sólido en el comercio exterior de granos, aceites y harinas con clientes propios en el exterior de talla mundial y primera línea. Para eso hacía tiempo que veníamos analizando alternativas de operar fasón en plantas que se encarguen de la industrialización, que es un proceso que no manejamos.
– Llegamos a tener avanzado un acuerdo para operar la planta de Buyatti que está lindante a la de Vicentin, pero no tenía muelle propio y para nosotros es fundamental tener la logística de embarque. Así que empezamos a negociar con Vicentin para el uso de su puerto, hasta que nos hicieron una propuesta integral por su planta y su puerto de San Lorenzo y el acuerdo que íbamos a firmar en marzo con Buyatti lo firmamos en mayo con Vicentin.
– El acuerdo que firmamos con Vicentin fue muy bueno para los dos. A nosotros nos significó un costo competitivo y a ellos asegurarse ingresos para pagar salarios a sus trabajadores. El acuerdo con Vicentin nos permitió ser parte de los negocios de exportación en los que queríamos ingresar pero sin la responsabilidad de atender una planta. El acuerdo que tomamos fue el de procesar o embarcar hasta 200 mil toneladas de soja al mes. Para el año que viene lo subimos a 300 mil toneladas al mes.
– Vamos a empezar a operar la planta de girasol por 500 mil toneladas al año. Es que Vicentin nos hizo una propuesta comercial más agresiva y nosotros la aceptamos porque nuestros clientes nos dieron su apoyo. Logramos con mucho esfuerzo y talento cumplir con el volumen comprometido y tuvimos el acompañamiento de nuestros clientes. Pero nos costó. Y mucho. Tuvimos que superar muchos escollos y hasta, siendo sincero, debo decir que hay actores de la competencia que se encargaron de hacernos sufrir bastante. Igual, pudimos resolver todos los problemas de la mejor manera posible y logramos nuestro objetivo de entrar al mercado de la exportación. Es más, para nuestro abastecimiento armamos una estrategia de mucha apertura con acopios y corredores que a otros puede nos gustarle pero que para nosotros es parte de nuestro compromiso con el país como empresa nacional.
– ¿Maniobras? Un día nos nominaron para cargar 19 barcos. Quienes están en el negocio saben que una decisión así está pensada para forzar un incumplimiento del exportador o un millonario pago extra por demoras en el muelle. Igual lo hicimos. Nos llevó 12 días, alquilamos otros puertos y también decidimos pagar los costos extra de las demoras. Pero, pese a los gastos extra que afrontamos y la tensión que nos provocó, cumplimos y nuestros clientes quedaron satisfechos con el servicio.
– ¿Será que la industria no acepta nuevos actores y quiere convertir el negocio en un oligopolio más cerrado aprovechando que habría un competidor menos si Vicentin cierra y se reparten sus plantas entre los industriales y exportadores que ya están? ¿Será que les molesta que haya alguna otra empresa intentando subirse al negocio? Esa es una sospecha que tenemos. Pero lo cierto es que parece que la competencia en vez de fijarse en cómo hacer mejor ellos las cosas, prefiere mirar lo que hacemos nosotros y trabar nuestro crecimiento.
– No entiendo las razones que hay para ponernos piedras en el camino. Al final del año vamos a estar moviendo unas 3 millones de toneladas, cuando cualquier competidor nuestro mueve 6, 7 y hasta 8 veces más. No es que nos estamos quedando con el 40% del mercado ¿No es mucho ruido para un grupo que opera sólo una planta y un muelle? Por el contrario, quiero separar claramente la actitud positiva para con nuestro grupo que mostraron ACA y AFA, que nos acompañan como proveedores.
(Fuente: Rosario3. Entrevista con el periodista Mariano Galíndez)