
La recomposición de precios que llegó a las categorías de consumo bovinas -como novillitos y vaquillonas- también se percibe en la invernada.
Esto es visible en la comercialización de terneros, que comenzó el otoño con firmeza en las cotizaciones. Y si los valores de los terneros se miden en dólares, los resultados son por demás favorables.
De este modo, en las últimas semanas se terminó de afirmar la demanda de animales livianos, que tras ser engordados a campo o en feedlots se destinan al consumo interno.
Diego Ponti, analista ganadero de la consultora AZ Group, consideró que si bien los volúmenes comercializados de hacienda liviana crecen semana a semana, los precios de los terneros no ceden.
“Varias zonas ganaderas del país tuvieron un buen verano climático, con condiciones de campo superiores a los últimos cuatro años”, estimó el especialista en el informe que elabora de manera mensual para la Asociación Argentina de Angus, y en el que mencionó también como un factor clave que “el productor no tiene apuro en vender, lo hace en forma gradual”.
Esto ocurre a partir de un escenario por demás favorable para el negocio: el costo de sumar kilos al rodeo bovino están por debajo del precio de la hacienda.
“Desde el lado de los compradores se da una condición poca habitual: todos los negocios de recría y terminación a corral presentan resultados positivos. De esta forma la presión bajista es menor y los precios se sostienen”, remarcó.
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LOS PRECIOS DE LOS TERNEROS, EN DÓLARES
El informe calculó que el precio promedio del ternero de 170 kilos durante marzo fue de $3.603 el kilo en pie. En dólares libres, equivale a U$S 2,7 que es un 27% mayor al máximo de los últimos cinco meses de marzo.
En tanto, si se mide en dólares MEP, el valor de la hacienda liviana se ubica un 67% por encima del promedio de los últimos seis marzos.
“Los precios son buenos por empatar una inflación que en los últimos dos años alcanzó el 508% y por ser récords en dólares”, remarcó Ponti.
Un dato a tener en cuenta es el costo de producir un kilo de carne se alinearon con el ritmo del tipo de cambio: esto significa que quedaron muy por detrás de la inflación.
Si bien esto no se percibe en rubros como mano de obra, maquinaria y combustible, es mucho más visible en ítems como verdeos de invierno, implantación de pasturas, maíz y urea, entre otros.
A modo de ejemplo, si un productor decide fertilizar verdeos y pasturas, en determinadas regiones del país tendrá una muy buena relación de urea frente a un ternero de 300 kilos.
“Hoy se necesitan 194 kilos de esta categoría para comprar una tonelada de fertilizante. Es un 44% menos que el promedio de los últimos cinco años”, estimó Ponti.
Una situación similar presentan las relaciones de precio con el maíz y el concentrado para aquellos que hacen engorde a corral: hoy se necesitan 34% y 36% menos kilos.
Con información de INFOCAMPO
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