Cada 29 de octubre se conmemora el día mundial del Accidente Cerebrovascular (ACV), una fecha clave para recordar la importancia de prevenir, detectar y actuar ante este tipo de emergencia médica.
Según la OMS el ACV representa la primera causa neurológica de discapacidad y la segunda causa mundial de muerte entre los adultos a nivel global. La organización estima que unos 15 millones de personas experimentan un ACV, una cifra alarmante.
Un accidente cerebrovascular ocurre cuando el flujo de sangre hacia el cerebro se detiene o se reduce, privando a las células cerebrales de oxígeno. Existen dos tipos principales: el isquémico, causado por un coágulo que bloquea una arteria, y el hemorrágico, debido a la ruptura de un vaso sanguíneo en el cerebro. Ambos tipos de ACV son graves, pero su pronóstico mejora significativamente cuando se recibe atención médica dentro de las primeras horas del evento.
Reconocer las señales
Uno de los aspectos más críticos es identificar los síntomas para buscar ayuda rápidamente, ya que puede hacer la diferencia en estos casos. Un método simple de recordar es la regla FAST (en inglés, que se traduce como rápido):
- Face (rostro): Una parte del rostro puede estar caída o paralizada.
- Arms (brazos): Puede haber debilidad o entumecimiento en un brazo.
- Speech (habla): La persona puede tener dificultades para hablar o hablar de manera confusa.
- Time (tiempo): Cada segundo cuenta; si se presentan estos síntomas, es crucial llamar a emergencias o asistir al centro de salud más cercano (es preferible que esté especialmente preparado para tratar un ACV).
Según la Sociedad Argentina de Medicina Física y Rehabilitación (SAMFyR), sin tratamiento, el 27% de los pacientes desarrolla espasticidad a los tres meses del ACV y la cifra asciende al 58% al sexto mes. Una de las secuelas físicas más comunes es la espasticidad, que se manifiesta como rigidez muscular, posturas anormales y movimientos espasmódicos que dificultan la movilidad.
En la mayoría de los casos el proceso de rehabilitación es fundamental. Puede incluir terapia física, ocupacional y del habla, ayuda a recuperar la movilidad, la comunicación y la independencia. También, un soporte emocional y social es fundamental para enfrentar los cambios que puede traer esta condición.
En este día hacemos un llamado a la prevención y la educación acerca de las señales de alerta que pueden marcar la diferencia para actuar a tiempo. La conciencia y la acción oportuna pueden salvar vidas y reducir el impacto de este tipo de accidentes.
Nota original: vidaysalud.com