En el documento «UNIDAD, CAMINO DE ESPERANZA» suscripto en el Encuentro Dirigencial realizado por las Entidades que conforman la MESA REGIONAL DE DIÁLOGO SOCIAL, en el mes de diciembre próximo pasado; señalábamos «la gravísima situación por la que atraviesa el Pueblo de la República ante la inédita crisis que pone en serio peligro la paz social y el futuro de nuestra Nación», y la imperiosa necesidad de expresar coincidencias básicas que puedan servir para buscar caminos que conduzcan a su recuperación. … La ciudadanía argentina está abrumada por muchas circunstancias que son de público conocimiento. La pesada herencia de la Deuda Externa acumulada desde el año 1976 se destaca entre ellas por su extrema gravedad.
La reciente declaración de cesación de pagos demuestra el peso de la misma. Amenaza con la disgregación social, hace peligrar la pacífica convivencia interna, asfixia el sano camino hacia el desarrollo y quiebra los resortes principales de la soberanía nacional. El Gobierno, en representación de nuestro pueblo ha comenzado a renegociar esa Deuda. Deberá tenerse muy en cuenta el superior interés nacional, ya que los resultados que se obtengan van a incidir notoriamente en el tejido social del país y las posibilidades de su desarrollo.
Consideramos un deber ético difundir ampliamente entre la ciudadanía reflexiones sobre este particular y, al mismo tiempo ponerla en consideración del Congreso Nacional que no debe subrogar responsabilidades en tan importante asunto, como lo señala la Constitución Nacional.
La sociedad argentina está aprendiendo con dolor las consecuencias de un proceso que fue advertido por pocos y seguido con indulgencia, complicidad o pasividad por muchos, en particular por nuestros gobernantes. Sin embargo, hay evidencias de un interés creciente en las cuestiones públicas para diagnosticar con rigurosidad el problema de la deuda externa y avanzar propuestas de solución.
La deuda externa argentina es de tal magnitud que medida en términos del ingreso nacional, del volumen de las exportaciones y por la carga que significa para las generaciones presentes y futuras, resulta imposible eludir las responsabilidades externas y propias. Aquello que es común a todos los países en desarrollo es que sus deudas externas son incobrables e impagables en el actual ordenamiento de las relaciones financieras y económicas internacionales. Aquello que diferencia a nuestro país de otros países deudores es la magnitud acumulada de deuda externa y nuestra reciente declaración de cesación de pagos.
La deuda externa de los países en desarrollo es un fenómeno que se acelera después de la segunda guerra mundial con la creación del FMI y la adopción del dólar como patrón monetario. Desde entonces, los desequilibrios comerciales de estos países han tenido que resolverse en cada oportunidad con políticas de ajuste interno o mayor endeudamiento, sin que los países centrales estuviesen obligados a políticas de expansión o de apertura comercial que permitiesen el pago de nuestras deudas con exportaciones primarias o industriales. El fenómeno ha crecido a límites insolubles por la especulación financiera internacional desde los años 70 sin otro objeto que la acumulación de dinero.
Con razón se dice, entonces, que las relaciones financieras han sido uno de los mecanismos de dominación en desmedro de las soberanías nacionales, el desarrollo de los países deudores basado en la inversión y el trabajo, y la distribución internacional del ingreso. Esta incontestable proposición obliga al país a plantear en distintos foros internacionales la urgencia por reformar el sistema financiero internacional y controlar el movimiento internacional de capitales que lo refuerza.
Es claro que para abogar en esta dirección será necesario que nuestro país se conduzca con dignidad y solidaridad para ganarse el respeto de la comunidad internacional, y abandonar la pretensión que las relaciones íntimas con los centros de poder son soluciones a nuestros problemas nacionales.
Por supuesto, pesan también las responsabilidades propias para haber llegado a este nivel de endeudamiento externo. A los mecanismos ya indicados que fundamentan la desigualdad internacional entre países debemos agregar la desaprensión de nuestros gobiernos en investigar la legitimidad de nuestra deuda externa, la conducción inconveniente de las operaciones sucesivas de renegociación y las políticas económicas erradas que multiplicaron su magnitud, la corrupción, la evasión impositiva y las modalidades de fuga de capitales que se han canalizado como drenaje de divisas.
Nuestro compromiso debiera ser comenzar desde ahora a corregir esas políticas y conductas, y en la observación estricta de ese compromiso debiera crecer la esperanza de un futuro mejor para nuestros hombres y mujeres jóvenes y adultos, trabajadores, jubilados, desempleados y empresarios nacionales. La indiferencia por razones de egoísmo personal o corporativo con que han sido observados la desnacionalización de nuestros activos naturales y productivos y la desintegración de nuestra sociedad necesita sustituirse por acciones puestas al servicio del bien común.
Nuestro compromiso es posible y nuestra esperanza es fundada si incluye la atención estricta de cada ciudadano a las normas -morales de respeto a nuestros semejantes y de solidaridad con ellos, la observación de la ley, el ejercicio de la responsabilidad en nuestras relaciones de trabajo y ciudadanas, la eliminación de las prácticas de evasión impositiva y de corrupción. Las conductas personales y sociales son ineludibles para exigir a nuestros gobernantes y representantes que se conduzcan con decencia en el manejo de los asuntos públicos y de las relaciones internacionales, se corrijan las leyes injustas y se haga honor a las palabras empeñadas de crear empleo, combatir la pobreza y dar educación y salud a nuestro pueblo.
Por todo ello, las entidades representadas en:
LA MESA REGIONAL DE DIÁLOGO SOCIAL DE ROSARIO
declaran:
Rosario, 16 de mayo de 2002
Asociación Amigos de Calle San Martín – Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa – Asociación de Comerciantes de Cafferata y Urquiza – Asociación de Comerciantes e Industriales Zona Norte – Asociación de Comerciantes e Industriales Zona Oeste – Asociación de Entidades Empresarias del Sur Santafesino – Asamblea de la Pequeña y Mediana Empresa – Asociación de Usuarios de Servicios Financieros – Asociación Empresaria de Rosario – Central de Trabajadores de Argentina – Confederación General del Trabajo (sector Daer) – Confederación General del Trabajo (sector Moyano) – Confederación General de la Industrial del Litoral – Confederación de Asociaciones Rurales de Santa Fe – Consejo de Capacitación y Formación profesional – Federación Agraria Argentina – Federación Gremial de Comercio e Industria – Federación Industrial de Santa Fe – Recuperación de la Pequeña y Mediana Industria – Red Solidaria de Organizaciones Comunitarias de Rosario – Vecinales de Rosario y Pastoral Social de la Arquidiócesis de Rosario