Si pensamos en verano, pensamos en vacaciones, playa y diversión, pero también debemos tener en cuenta que en esta época todavía circulan enfermedades respiratorias que, si bien son menos frecuentes que en invierno, no dejan de ser motivo de preocupación.
Para empezar, es necesario tener en claro que las enfermedades respiratorias son aquellas que afectan al sistema respiratorio, que está formado por la nariz, la tráquea, los bronquios, los pulmones y los músculos respiratorios. Durante el verano, debido a factores como los cambios bruscos de temperatura, la exposición a alérgenos y la contaminación del aire, se producen irritaciones o inflamaciones en estas zonas, lo que puede causar problemas respiratorios.
Las enfermedades respiratorias más comunes del verano
Resfrío: causado principalmente por rinovirus. Sus síntomas incluyen congestión nasal, dolor de garganta, estornudos y tos.
Alergias: las más comunes en verano son las alergias al polen y al polvo. Presentan síntomas como picazón en la nariz, los ojos y la garganta, estornudos frecuentes, congestión nasal y, en ocasiones, dificultad para respirar.
Asma: los síntomas de esta enfermedad pueden empeorar en verano debido a la exposición al polen, la contaminación y a los cambios bruscos de temperatura. Los más comunes son tos, falta de aire, silbidos y opresión en el pecho.
Rinitis alérgica: caracterizada por la inflamación de la mucosa nasal, presenta síntomas similares a los de una alergia. La principal diferencia es que, en este caso, los síntomas aparecen solo en la nariz.
Sinusitis: la inflamación de los senos paranasales, usualmente causada por infecciones o alergias, puede manifestarse con dolor facial, congestión y secreción nasal y disminución del sentido del olfato.
Consejos para prevenir enfermedades respiratorias durante el verano
Evitar cambios bruscos de temperatura: los cambios repentinos entre el calor exterior y los espacios con aire acondicionado pueden debilitar las defensas del cuerpo. Es importante mantener una diferencia de temperatura no mayor a 15°C entre el interior y el exterior.
Mantener una buena hidratación: es crucial ingerir líquidos en abundancia. Tomar una buena cantidad de agua ayuda a mantener las mucosas hidratadas y fortalece el sistema inmunológico.
Cuidar la calidad del aire en los espacios cerrados: en verano, el polen está presente en el aire en grandes cantidades, por lo que se debe evitar salir a la calle en las primeras horas de la mañana o al atardecer, cuando los niveles son más elevados. Además, al llegar a casa, es importante ducharse y lavar la ropa para eliminar cualquier rastro de polen. Asimismo, se aconseja cerrar las ventanas en horas de máxima polinización y utilizar un filtro o purificador de aire en el hogar.
Aunque las enfermedades respiratorias son menos frecuentes en verano que en invierno, es importante estar alerta y tomar medidas preventivas para disfrutar de un verano saludable. Ante cualquier síntoma persistente o preocupante, lo mejor es consultar con un profesional de la salud.
Cuáles son las enfermedades respiratorias más comunes del verano y cómo prevenirlas | Vida y Salud.
Nota original: vidaysalud.com