La abogada santafecina, Graciela Gómez, escribió una reseña sobre algunas de las más grandes catástrofes ocurridas en el mundo por el uso y abuso de los agrotóxicos.
La Primera y Segunda Guerra Mundial, la tragedia de Bophal, y el agente Naranja fumigado en Vietnam, forman parte de esta crónica del horror.
Mijaíl Kaláshnikov se convirtió en un destacado diseñador de armas de fuego. Hijo de campesinos encontró un camino que transformó su apellido. La historia del fusil de asalto que seguirá siendo en los próximos años el arma más empleada en los conflictos bélicos que azotan el planeta, tiene un competidor: los agroquímicos.
En un mundo que multiplica sus conflictos, los AK47, como se conoce técnicamente a los tristemente célebres Kalashnikov, son el armamento bélico más usado en todo el planeta, con unos cien millones de unidades y sus replicas repartidas en cinco continentes, según un informe de Amnistía Internacional, Oxfam International y la Red Internacional sobre Armas de Pequeño Calibre, entidades que integran la Campaña para el Control de Armas.
Así como la Kalashnikov es famosa, los productores de agrotóxicos también lo son, pero casi se los podría definir en términos de guerra biológica, donde los muertos y afectados se cuentan por millones y con consecuencias futuras desconocidas.
Veinte años después de la catástrofe de Bophal, más de 100.000 personas sufren en la actualidad enfermedades crónicas atribuibles a la contaminación causada por el escape y también denunciada por Amnistía Internacional.
El 3 de diciembre de 1984 se produjo un escape de 42 toneladas de isocianato de metilo de una fábrica de pesticidas de Unión Carbide en Bhopal, en el centro de India. El escape afectó a alrededor de medio millón de personas. Entre 7.000 y 10.000 murieron en los días inmediatamente posteriores y otras 15.000 a lo largo de los 20 años siguientes.
El emplazamiento de la fábrica sigue sin haberse limpiado y más de 100.000 personas continúan sufriendo problemas de salud.
Cerca de 3 millones de personas se envenenan cada año por el uso de agrotóxicos. Mueren más de 220 mil por año. Lo que significa 660 muertes por día y 25 por hora. Tanto o más que lo que produce el Kalashnikov.
Es que los agrotóxicos no fueron inventados para la agricultura y ni fueron solicitados por los agricultores; son un producto de la guerra. Y hoy cuando vemos los problemas que causan tenemos que llamarlos por su nombre: Veneno – Arma Química – Agrotóxico.
Cuando terminó la guerra los alemanes tenían un enorme stock de nitratos, que ya nadie quería. La industria química los recicló y se los impuso al agricultor. Así nacieron los abonos nitrogenados. La agricultura fue una especie de basurero para la industria de la guerra.
Cuando explotó la primera bomba atómica, en 1945, viajaba en dirección a Japón un barco americano con una carga de fitocidas, entonces declarados como LN 8 y LN 14, suficientes para destruir el 30% de las cosechas.
Más tarde, en la guerra de Vietnam, estos mismos venenos, con otros nombres como "agente naranja,púrpura,azul y blanco” sirvieron para la destrucción de decenas de miles de kilómetros cuadrados de bosques y de cultivos.
En 1984, una acción judicial impulsada por veteranos de guerra estadounidenses contra las compañías químicas (entre ellas Dow Chemical , Monsanto , y Diamond Shamrock ) desembocó en un acuerdo de 93 millones de dólares americanos en indemnizaciones para los soldados, por daños a la salud. No tuvieron la misma suerte las 4 millones de víctimas vietnamitas.
Monsanto, Bayer, Syngenta, son expertos en envenenar el planeta. La empresa DUPONT en la Guerra Civil en los EEUU suministraba pólvora al ejército de la Unión. Siguió siendo proveedor de ése ejército tanto en la Primera Guerra Mundial como en la Segunda .También colaboró en el Proyecto Manhattan, y fue responsable de la planta de producción de plutonio en el Laboratorio Nacional Oak Ridge.
Dupont fue, junto con General Motors el inventor de los CFC (sustancias dañinas para la capa de ozono).En un informe remitido por Saddam Hussein a las Naciones Unidas previamente a la invasión de Iraq se reveló que Dupont había participado en el desarrollo del programa nuclear iraquí.
Una investigación de la Agencia de Protección Medioambiental acusó a DUPONT de ocultar los efectos del C-8 (un producto usado en la obtención del Teflón). Varios estudios sugieren que el efecto acumulativo de este material es cancerígeno, además de poder provocar malformaciones en el embarazo.
Por su parte BASF es la empresa química alemana más grande del mundo. La empresa comprende más de 160 subsidiarias y cuenta con más de 150 plantas de producción en todo el globo. Entre sus productos esta la anilina, de efectos cancerigenos para animales y seres humanos.
IG Farben fue fundado en 1925 de la fusión de BASF, Agfa y Hoechst. IG Farben fue la única compañía alemana con su propio campo de concentración, donde murieron al menos 30.000 personas, y muchos más fueron enviados a las cámaras de gas. IG Farben construyó una gran planta en Auschwitz, con una fuerza de trabajo cercana a los 300.000 esclavos.
El gas Zyklon B que se utilizaba en las cámaras de exterminio, era fabricado por Degesch, una subsidiaria de IG Farben, con este veneno fueron ejecutados millones de judíos, gitanos y soviéticos. Terminada la Segunda Guerra Mundial, las naciones aliadas, durante los Juicios de Nuremberg, ordenaron desmembrar el consorcio.
Las empresas sucesoras de IG Farben en la actualidad son Bayer, BASF y Hoechst, las que heredaron el total de las propiedades de IG Farben pero no sus responsabilidades penales.
Bayer produjo hasta la Primera Guerra Mundial la droga llamada diacetylmorphine, una droga adictiva, vendida originalmente como tratamiento de la tos, que luego paso a llamarse Heroína. La heroína era una marca registrada de Bayer, hasta que fue prohibida antes de la Primera Guerra Mundial.
Desde 1925 y hasta 1951, Bayer se convirtió en parte de IG Farben, un conglomerado de las industrias químicas alemanas que formaron la base financiera del régimen nazi. El Dr. Fritz ter Meer, condenado a siete años en la prisión por los crímenes de guerra por el tribunal de Nuremberg, fue hecho Directivo Supervisor de Bayer en 1956, después de su excarcelación.
También son de su atribución la creación de agentes químicos como: Gas mostaza (arma química) y Tabun (gas nervioso).
SYNGENTA y su pesticida asesino y semillas "Terminator": El Paraquat es vendido en más de cien países con el nombre genérico de "Gramoxone". Nacida en el 2000 de la fusión de las divisiones agroquímicas de la Novartis suiza y del consorcio anglo-sueco AstraZeneca- el Gramoxone sigue siendo vendido en todo el mundo y su expansión no para, como lo prueban las nuevas instalaciones que la empresa abrió en China.
Sus plantas del tipo "Terminator" producen semillas estériles que no dan más que una sola cosecha. Los campesinos no pueden volver a ocuparlas para la siembra.El único objetivo de esa tecnología es dominar el mercado de semillas y asegurar el control de la alimentación mundial, lo que implica una violación al derecho humano de la alimentación.
Monsanto es acusada de contaminar el pueblo de Times Beach, las aguas del pueblo Anniston , creador del Aspartame,(Nutarsweet) endulzantes de efecto tónico para el cerebro, no conforme con ello, suministra la cafeína a Coca Cola. Por su glifosato Round Up fue condenada al ser demostrado su carácter potencialmente cancerígeno, perturbador del sistema endocrino, y de provocar efectos nefastos para el ambiente a largo plazo.
Hoy su Maíz transgénico, aprobado para consumo humano en dos de sus híbridos que se sometieron a votación incluyen la modificación genética Nk603. Fue analizado recientemente por el instituto francés CRIIGEN, que encontró claros signos de toxicidad en los datos aportados por la empresa fabricante, la multinacional Monsanto.
Todo lo que antecede es solo un prólogo de lo que vendrá: El girasol CL Plus con su combo de Nidera y Basf, la soja bt o RR2, con glifosato+dicamba. Este último herbicida solo espera la aprobación de la EPA para hacer maravillas en 2013. Un maíz prohibido en Unión Europea.
Un futuro de película, donde los malos ganan y los buenos mueren. Donde ningún médico quiere firmar el certificado con la frase “Intoxicación por agroquímicos” No hay autopsia ni dudas.El certificado dirá muerte por paro-cardiorespiratorio. No sabemos si por fosfina, glifosato,endolfan , 2-4-d , cipermetrina o mezcla con atrazina.
Solo lo sabe el técnico que firmó la receta. Pero que nunca se hará responsable.Porque no estuvo presente en la fumigación. Un agrocidio legal sin necesidad de fusiles AK47. Dentro de algunos años también a ellos los alcanzará la mano de la justicia. No de los hombres, sino la de los afectados, esa que no se ve, pero ya está en sus genes, esperando por su descendencia.
(ARN-24/8/10) Por Graciela Gómez
Fuente: Télam