
Cuando digan que África es el futuro verde de la humanidad, pregúntales quién se lleva el verde
Por Mauricio Herrera Kahn. Pressenza.com. Medio Ambiente
Un nuevo despojo con nombre blanco
No será la última frontera, será el próximo despojo. África también tiene litio pero no lo celebran sus pueblos, lo celebran las bolsas de Londres, las refinerías chinas, los fondos de inversión canadienses y los fabricantes de autos eléctricos en Alemania.
En un continente donde el coltán financió guerras, el diamante sostuvo dictadores y el oro se exportó por aviones mientras los niños bebían agua contaminada, el litio no viene a cambiar la historia, viene a repetirla. Solo que ahora, más rápido, más sucio, y con palabras bonitas como transición energética y descarbonización.
Las cifras que nadie quiere mirar
África posee al menos 7 millones de toneladas de reservas de litio LCE, repartidas en más de 60 proyectos activos en 15 países según el USGS. Eso equivale a cerca del 20 % de las reservas globales identificadas hasta 2024.
Solo en 2023 el continente exportó cerca de US$ 1.300 millones en litio en bruto, principalmente a China. ¿Cuánto de eso quedó en África? Menos del 10 % entre regalías, salarios y contratos. El resto viajó directo a refinerías asiáticas o europeas sin pasar por una sola planta africana.
No hay plantas de refinación, no hay producción local de baterías, no hay control soberano. Solo hay salmuera, polvo o piedra, dependiendo del tipo de yacimiento que sale en barcos sin valor agregado. Tal como el caucho en 1880, tal como el uranio en 1960, tal como la historia lo repite cuando no se defiende.
Los dueños de la fiebre blanca
China es el principal operador. Empresas como Chengxin Lithium, Sinomine, Huayou Cobalt y Zhejiang Huayou han firmado contratos en Zimbabwe, Congo y Ghana. Le siguen los australianos, como Prospect Resources y Atlantic Lithium y más atrás, canadienses y británicos, con proyectos en Namibia y Mali. Todos sonrientes en las cumbres del clima mientras debajo de la tierra revientan las napas.
Estados Unidos ha quedado fuera del negocio directo pero presiona vía diplomática y militar, especialmente en zonas donde China gana terreno. El Pentágono no quiere perder el control estratégico de los minerales críticos en África aunque jamás lo tuvo.
África, por su parte, firma contratos sin soberanía. Algunos gobiernos aceptan apenas un 3 % de regalías, otros ni siquiera eso. A cambio, reciben promesas, caminos, clínicas, electricidad, pero no industrias, no universidades, no valor agregado, solo litio sin justicia.
País por país, una cartografía del saqueo
Zimbabwe
Más de 220.000 toneladas producidas en 2023. Control chino vía Sinomine y Chengxin. Menos del 5 % del valor queda en el país. Reservas de 1 millón de toneladas LCE, el 14 % del total africano. El presidente Emmerson Mnangagwa ha impulsado leyes para nacionalizar el procesamiento pero no se cumplen.
Namibia
Yacimientos en Etango y Uis. Producción comenzará en 2025. Australia y Canadá controlan los proyectos. Reservas estimadas de 400.000 toneladas, un 5,7 % del total africano. El presidente Nangolo Mbumba no ha anunciado nacionalización ni políticas industriales.
República Democrática del Congo
Proyecto estrella en Manono, controlado por AVZ Minerals (Australia). Se proyectan US$ 4.000 millones en exportaciones anuales. El Congo recibe menos del 6 %. Reservas de 1,5 millones de toneladas, el 21 % de África. El presidente Félix Tshisekedi ha denunciado contratos abusivos pero sigue firmando nuevos.
Mali
Yacimiento en Bougouni bajo presión armada. El litio será exportado en bruto por China. Reservas de 500.000 toneladas, el 7,1 % del total continental. Bajo el gobierno militar de Assimi Goïta no hay estrategia de industrialización ni regulación ambiental.
Ghana
Operación controlada por Atlantic Lithium (Australia) en Ewoyaa. Producción en 2025. Reservas de 350.000 toneladas, equivalente al 5 %. El presidente Nana Akufo-Addo ha prometido instalar una planta de baterías pero no hay avances concretos.
Los que no figuran pero ya están
Tanzania
Proyecto en Mbeya, con reservas estimadas en 500.000 toneladas. Operado por Liontown Resources (Australia). Representa el 7 % del total africano.
Etiopía, Nigeria, Sudáfrica y Angola también avanzan en exploración pero en ninguno hay refinación local ni producción de baterías. Y ningún país africano ha establecido un sistema tributario que capture más del 10 % del valor generado por el litio.
Comparaciones que duelen
Argentina con apenas 3,6 millones de toneladas LCE retiene más del 40 % del valor de sus exportaciones gracias a contratos mixtos, regalías regionales y empresas públicas como YPF Litio.
Australia con 6,2 millones de toneladas y más del 70 % de su producción concentrada en Greenbushes, controla buena parte de la cadena global gracias a acuerdos de refinación y alianzas estratégicas con fabricantes de baterías.
Chile pese a su modelo concesional aún conserva participación estatal a través de CORFO y mantiene más del 35 % del valor del litio extraído.
África con más de 7 millones de toneladas apenas conserva entre un 6 % y 9 % del valor total. No existe una CORFO africana, ni un Banco del Litio. Solo contratos redactados en inglés con cláusulas de sumisión arbitral en Londres o Sídney.
¿Qué se espera para los próximos 10 años?
Se estima que África alcanzará el 30 % del suministro mundial de litio para 2035. Según el African Development Bank podría exportar más de US$ 12.000 millones anuales. Pero si no cambia el modelo, seguirá recibiendo entre un 6 % y un 9 %, es decir, perdería cada año cerca de US$ 10.000 millones.
Esa cifra equivale al presupuesto combinado de salud de más de 20 países africanos. Es la diferencia entre una esperanza y un nuevo cementerio. Las oportunidades están, lo que falta es poder político, unidad continental y estrategia soberana.
Saqueo, silencio y futuro en disputa
África produce litio pero no tiene litio, tiene polvo en tránsito, tiene documentos en inglés, tiene promesas que no se cumplen y tiene muertos, porque el litio también contamina, también desplaza, también mata.
Si el litio es esperanza para el mundo, debe ser primero esperanza para África. Mientras no haya control estatal, plantas propias, tecnología local ni justicia tributaria, el litio será otra palabra blanca para la vieja pesadilla negra.
Epílogo
Y cuando alguien diga que África es el futuro verde de la humanidad, pregúntale quién se lleva el verde y quién se queda con el desierto.
Mauricio Herrera Kahn
Nota original en: PRESSENZA.COM