1 de Diciembre Día Internacional de la Lucha contra el SIDA.
No es tan simple como cualquier otro tipo de prueba. Hay una cadena de razones para reflexionar ante esta pequeñísima extracción de sangre, un análisis que puede terminar siendo más moral que bioquímico. El HIV es un fantasma que flota en el aire picando con el bicho de la paranoia. Todos lo que estamos aquí con nuestro numerito en las manos, lo sabemos.
El Primero de Diciembre fue el día Internacional en la lucha contra el SIDA. Por este motivo se llevó a cabo durante tres días la Primer Campaña Nacional de Prevención y Detección del VIH y el SIDA organizada por la Sociedad Argentina de Sida, bajo el lema “Una prueba por la Vida”.
En Rosario fuimos más de 6000 los cuerpos concientes de la necesidad de hacerse un control: concientes por uno mismo y por los demás seres humanos con los cuales compartimos nuestra existencia.
El tema es áspero, ya se sabe. Relaciones sexuales, drogas, transfusiones, descuidos múltiples cercanos a los líquidos de la vida. Y es áspero porque ataca dispares puntos que interrelacionan la moral con la salud. En esta última podemos echar culpas: a los gobiernos y su sistema sanitario, a los hospitales, a los médicos y ‘descuidados’ enfermeros. Pero en cuanto a la moral ¿quién puede tirar la primer piedra?.
Por un lado el Estado regala preservativos. Pero por otro la Iglesia sigue vanagloriando la castidad y Bush apela a la salvación de tener sólo relaciones sexuales entre los esposos. La misma perversa balanza de premio y castigo heredada por la ética cristiana. El pecado es mortal.
Y ahí se pudre todo esfuerzo de concientización. ¿Cómo ir tranquilos para hacernos el test si por otro lado hay una sociedad que, para repetir viejas malditas frases, piensa en el “algo habrán hecho”?.
Por suerte, y a pesar de tantos prejuicios bajo la piel, fuimos unos cuantos los que nos dejamos pinchar el dedo y esperamos un par de horas (dada la cantidad de gente era imposible obtener el resultado a los 15 minutos anunciados) para saber si éramos reactivos o no reactivos.
Está todo muy bien. Pero de poco servirá si no hay una campaña fuerte y permanente para humanizarnos frente a los portadores y frente a nosotros mismos. ¿Nos perdonaríamos ser reactivos?
No es fácil. Pero es necesario responsabilizarnos de nuestros propios actos para que salgamos del infantilismo mental que genera miedo paralizador.
Y hacerse el test es la mejor manera de evitar que el virus siga ganando vidas.
Por esto mismo ¿no vale la pena romper todo tipo de hipocresías?
Situaciones de riesgo |
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Centros de detección
Hospitales:
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Alberdi (Av. Puccio 575)
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Centenario (Urquiza 3100)
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Policlínico Carrasco (Av. Avellaneda 1402)
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Roque S. Peña (Laprida 5481)
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Provincial (Alem 1450)
Centros:
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CEMAR (Moreno y Rioja)
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Centro de Salud Gral. San Martín (Chubut 7145)
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Centro de Salud N 16 (Genova 7237)
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Centro de Salud Villa Manuelita (Guiraldes 298 bis)
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Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas (Suipacha 531)
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Fundación SIVIDA (Cevallos 1416)
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Fundación ZOE (Pasaje Casablanca 1148)
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Instituto CAICI (Rodríguez 1198)
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Voluntarios contra el SIDA (Pasco 1840)
Fuente: Rosarinos.com – Anabel Donnet