
En primer lugar, la esclavitud sistemática y metódica como inversión capitalista, para someter a humanos a la servidumbre de otros, fue auspiciada por los Estados Imperiales Monárquicos colonialistas europeos y británico.
Es obra de los valores sobre las clases sociales de occidente, aunque salgan voces diciendo que siempre ha existido, es desde el siglo XV cuando apareció el «comercio» de la mercadería viviente por millones de humanos desde África hacia occidente, por más de 4 siglos, liderados por los anglosajones y europeos que vieron varias formas, las más brutales e inhumanas en Norteamérica agraria y que es uno de los paradigmas de las bases del futuro fascismo, sionismo y nazismo occidental de ver a ciertas etnias como infrahumanas o cuasi animales como reza el espacio Vital y los Untermenschen (sub humanos) del nazismo alemán.
Esa MENTALIDAD no está en la filosofía CHINA de Confucio, ni menos en su sociedad que trabaja no con el fin individualista, sino colectivo, nacional y soberano, donde el núcleo familiar es el sostén social solidario más poderoso. Algo que se contrapone al individualismo y poder personal que tiene como fin la ganancia, ambición, avaricia y egoísmo cerrado, pasando por encima de cualquiera que se le ponga por delante para acumular riqueza propia sin importar la sociedad como ocurre en Occidente.
China tiene aspectos del Capitalismo, aquellos que dieron desarrollo a occidente, pero sin recurrir al saqueo robo anexiones invasiones ni colonialismo esclavista, sino un capitalismo impuesto por el Estado bajo el concepto socialista de la redistribución de la riqueza interna. Es es lo que ha trplicado el poder adquisitivo paritario del PBI desde hace solo 2 décadas. Para eso EEUU necesitó dos siglos de terror y saqueo al mundo, lo que gracias a China, Rusia y los BRICS está llegando a su fin.
Michael Hartmann-Brath