
El juez Julián Ercolini y el fiscal Gerardo Pollitica llamaron a indagatoria a Javier González Fraga y Lucas Llach junto a varios directivos de Vicentin por la maniobra de estafa ocurrida en noviembre de 2019. La mancha venenosa de Mauricio Macri.
Por Sebastián Premici / ElDestape
“Hablar con Martín Mura (ministro de Hacienda y Finanzas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) por préstamo a Sergio Nardelli. 10 palos”. El que escribía esta nota de texto en su teléfono celular era Darío Nieto, ex secretario privado de Mauricio Macri; de esta manera, dejaba asentada la preocupación del ex Presidente por apoyar el salvataje de la cerealera Vicentin a como diera lugar.
La nota escrita surgió luego de un peritaje realizado en el contexto de una causa judicial vinculada a las maniobras de espionaje ilegal ocurridas durante el macrismo. Había sido agendado el 22 de noviembre de 2019. Por entonces, el titular del Banco Nación, Javier González Fraga y el vicepresidente de la entidad, Lucas Llach, junto a otros directores del BNA, se aprestaban a hacer la vista gorda sobre una serie de préstamos impactos, al mismo tiempo en que decidieron fraguar la calificación crediticia de la entidad y aceptaron entregarle otros 105 millones de dólares distribuidos en 28 créditos aprobados por el Directorio entre el 5 y 26 de noviembre de 2019.

Esta semana, el juez federal Julián Ercolini decidió el llamado a indagatoria –además de decretar una inhibición general de bienes- de González Fraga, Llach y toda una serie de ex directores de la entidad bancaria junto a los principales directivos de Vicentin, entre ellos Daniel Néstor Buyatti (presidente), Alberto Julián Macua (vicepresidente), Herman Roberto Vicentin (apoderado), Martín Sebastián Colombo (director), Roberto Oscar Vicentin (director), y Máximo Javier Padoan (director).
“Entre agosto y diciembre de 2019, las autoridades del Banco de la Nación Argentina, a quienes la sociedad les había encargado la administración y el cuidado del patrimonio de la principal banca pública del país, en connivencia con los empresarios responsables del Grupo Vicentín, defraudaron al Estado Nacional ocasionando un perjuicio de aproximadamente 300 millones de dólares estadounidenses”, puede leerse en el dictamen del fiscal Gerardo Pollicita.
En su dictamen también se describió en detalle cómo las autoridades nacionales junto a los empresarios cerealeros pergeñaron toda una maniobra para sacar dinero del BNA a través de giros hacia Paraísos Fiscales y el uso de facturas apócrifas.
¿Cómo quedará Mauricio Macri en todo este entramado? Si se comprueba la hipótesis de Ercolini – Pollicita (dos figuras judiciales del Poder Económico) de que González Fraga e Llach urdieron un plan para el desfalco del banco junto a los dueños de Vicentín, ¿Macri no debería haber estado al tanto de la maniobra? El celular de Darío Nieto ofrece alguna pista al respecto. Al fin y al cabo, si CFK no podía desconocer lo que sucedía en cada una de las oficinas de Vialidad, ¿por qué debería pensarse distinto respecto del ex Presidente?
De todas maneras, en la causa Vicentin, nada es lo que parece.
La maniobra
Vicentin era el principal cliente del BNA con la línea crediticia más importante del “Sector Privado No Financiero”; representaba cerca del 80% del total de deuda que ese cliente registraba en todo el sistema financiero a nivel local y el 20% de todo el patrimonio del BNA.
“Lejos de velar por el interés del banco que administraban y representaban, los funcionarios de la entidad (entre ellos González Fraga y Lucas Llach, actual asesor de Federico Sturzenegger) decidieron apartarse de los más elementales deberes que les competían, y les garantizaron a los empresarios del Grupo Vicentín un conjunto de beneficios totalmente ilegítimos”, puede leerse en el dictamen de Pollicita.
La maniobra pergeñada desde las mismas entrañas del macrismo dentro del BNA puede resumirse en cinco pasos:
- Primero, las autoridades del BNA decidieron no cobrar la deuda que mantenían con Vicentin, cuando podrían haber tomado el dinero de las cuentas de garantía.
- Lo segundo fue la no ejecución de esas garantías ante los reiterados impagos de la cerealeras.
- En tercer lugar, las autoridades nacionales les permitieron a los empresarios retirar el dinero existente en las cuentas para la garantías y transferirlas a otras cuentas de libre disponibilidad
- Con créditos impagos, y a partir de fraguar la calificación de la empresa, González Fraga – Llach participaron de reuniones de directorio para regalarles a Vicentin otros 105 millones de dólares entre el 5 y el 26 de noviembre de 2019.
- Las autoridades permitieron que se transfieran recursos del Banco hacia cuentas de Vicentin radicadas en Paraísos fiscales.
El 4 de noviembre de 2019, González Fraga les pidió a tres directivos del banco (Fragati, Ojeda y González) que le elevaran un memo donde indicaran la situación de Vicentin, ante las negociaciones que estaban ocurriendo para la entrega de un nuevo préstamo. Para noviembre, la empresa ya había dejado de pagar vencimientos por 13 obligaciones crediticias por la suma de 56,5 millones de dólares, con un acumulado de 67 obligaciones impagas por 264,5 millones de dólares hacia el cierre del año.
El juez Ercolini junto al fiscal Pollicita calificó la movida de González Fraga de solicitar un estado de situación de Vicentin – cuando ya registraban saldo impagos millonarios- como parte de “una puesta en escena”. Al mismo tiempo, las autoridades del Banco Central – que por entonces era conducido por Guido Sandleris- también venían advirtiendo sobre las irregularidades, desoídas por la conducción de la banca pública.
“La reconstrucción fáctica realizada a partir de los documentos, correos electrónicos y el chat interno de los funcionarios del banco, permitió establecer que el 5 de noviembre de 2019 —el día siguiente a que le dieran el Memorándum Interno al Presidente del BNA pedido por éste— se iniciaría el trámite para conseguir los fondos que debían provenir del dinero que el BNA poseía en una cuenta en los Estados Unidos de América”, puede leerse en el pedido de indagatoria como el punto inicial de esa puesta en escena.
Con el memo interno que otorgaba un aval a la continuidad de la operación crediticia a pesar de la propia situación irregular de Vicentin, el 7 de noviembre se llevó adelante una reunión de Directorio (acta n° 15264), con la presencia de González Fraga y del director Lucas Llach, entre otros, en donde se ratificó lo actuado en la Comisión de Auditoría a través de la Resolución n° 1908 y se le otorgó nuevos préstamos a Vicentin.
Entre esa reunión de Directorio y el 11 de noviembre, se le entregaron a la cerealeras nuevos préstamos por 30 millones de dólares. La plata había sido transferida desde una cuenta del BNA radicada en Nueva York.
La trampa era total y a la vista de todos. El 20 de noviembre de 2019, la Comisión n° 2 de Riesgo y Política de Crédito instruía aprobar, a consideración del Directorio, la clasificación en “situación 1: normal” para el período julio –septiembre cuando por entonces, Vicentin contaba con 13 préstamos impagos al menos desde el 8 de agosto.
En la reunión de Directorio del 21 de noviembre de 2019 (Acta n° 15.265), González Fraga, Llach junto al vicepresidente segundo, Agustín Pesce, y los directores Miguel Ángel Arce, Carlos Alberto Castellani, Guillermo Goldberg, Jorge Alberto Lawson, Javier Okseniuk y Marcelo Javier Pose sumado al síndico Alejandro Fabián Díaz y el gerente general Juan José Fragati (todos con llamado a indagatoria y sus bienes embargados) aprobaron las operaciones de Vicentin para retomar las operaciones de prefinanciación de exportaciones.
“El perjuicio al patrimonio público se generó a partir de la actuación coordinada de diversos agentes públicos, quienes a pesar de que la propia existencia del banco se encontraba en peligro, desde sus respectivas funciones, defraudaron los intereses confiados y omitieron deliberadamente cobrar la millonaria deuda en moneda extranjera —300 millones de dólares- pese a contar con el dinero resguardado en cuentas de garantía constituidas al efecto, desarticularon las garantías que tenía el banco y le entregaron a los empresarios de Vicentín los fondos que tenían allí congelados e incluso, sin ningún reaseguro, otorgaron nuevos empréstitos”, concluyó Pollicita.
Entre el 11 de noviembre y el 26 del mismo mes, el BNA le entregó a la cerealera otros 75 millones de dólares, sumado a los 30 millones entregados entre el 5 y 11 de aquel período. En total 105 millones de dólares antes de declararse en estrés financiero. En el medio, Macri, a través de Darío Nieto, gestionaba otra asistencia para Vicentin “de 10 palos” negociada con un funcionario de la Ciudad de Buenos Aires.
La fuga
Vicentin tenía una serie de cuentas bancarias con el dinero de las garantías de los préstamos que solicitaba. El BNA, en vez de cobrarse la deuda de esas cajas ante cada vencimiento de una obligación, decidió transferirles ese dinero a los directivos de Vicentin. Una parte la sacaron del país y otra fue distribuida entre cuentas del Banco de Santa Fe y el Hipotecario.
Según se desprende de la documentación analizada por la Dirección General de Recuperación de Activos del Ministerio Público Fiscal, cuando transcurrió el cambio de gestión tras la derrota electoral de Macri, las nuevas autoridades solicitaron cobrar las garantías y se encontraron con que de los 795 millones de dólares que supuestamente tenían, sumado a otros 2000 millones de pesos, solamente quedaban 234 millones de pesos.
¿Cómo hicieron para llevarse esa cantidad de dinero? “Se diseñó un canal que permitió el giro de fondos desde la principal cuenta del Banco Nación hacia otras cuentas propias en el sistema financiero nacional y, luego, la movilización de una suma millonaria en dólares — 16.942.805 de dólares— a una cuenta de la empresa de un banco de Nueva York (USA) que luego fue vaciada mediante diversos giros”, puede leerse en el pedido de indagatoria. Un verdadero robo para la corona.
El giro de fondos a través de operaciones simuladas se realizó desde las cuentas de Vicentin en el BNA hacia una cuenta de Vicentin SAIC SUC Uruguay abierta ante el JP Morgan de Nueva York; desde ahí, se movilizaron fondos hacia personas jurídicas con domicilio en paraísos fiscales (Brickland Real Assets Funds S.P.C —con domicilio registrado en las Islas Caimán) y otras transferencias hacia el BAF Latam Trade Finance Fund B.V, con domicilio en Ámsterdam, Países Bajo.
También se detectó el uso de facturas apócrifas, a partir de otra causa judicial radicada en el Juzgado Federal de Reconquista (FRE 2714/2020). “Se transfirieron al menos, 17.000 millones de pesos a cuentas bajo el concepto de ´cuentas propias´, consiguiendo así el éxito de la operatoria descripta la que se complementaría con la utilización de facturación apócrifa y giros al exterior a paraísos fiscales”, puede leerse en la acusación de Ercolini – Pollicita.
La Dirección de Recupero también dio cuenta que, con posterioridad al 1° de agosto de 2019 y hasta diciembre del mismo año, Vicentin habría efectuado 69 operaciones de transferencias de fondos a otras cuentas propias abiertas en el Nuevo Banco de Santa Fe SA y el Banco Hipotecario S.A.
Esta maniobra se habría realizado a partir de un segundo canal de fuga para desviar parte de lo defraudado al BNA que consistía en la simulación de gastos mediante la facturación apócrifa emitida a su favor por empresas registradas en la base de empresas apócrifas de la AFIP.
No todo es lo que parece
Darío Nieto no hacía nada sin que no se lo pidiera Macri. Por eso es de suponer que el ex Presidente estaba en el detalle del salvataje a Vicentin. ¿Alguien en tribunales seguirá la doctrina CFK en la causa Vialidad y lo convocará a Macri a brindar declaración? Ercolini y Pollicita hicieron mucho por el lawfare que favoreció al ex mandatario.
Nada es lo que parece en la causa Vicentin. Este pedido de indagatoria llegó cuando el proceso de cramdown en el marco del concurso de quiebra para terminar de repartirse los principales activos de Vincentin encontraría su cauce. Uno de los grupos que pretende quedarse con todo es Grassi, que en todo este entramado aparece asociado al Grupo CIMA, una sociedad manejada por Esteban Nofal, empresario vinculado a Mauricio Macri, según consta en el libro de Santiago O´Donnell titulado “Hermano”.
El año pasado se llevó adelante una “jugada judicial” asociado a una misteriosa compañía llamada CIMA SA, a partir de la cual Grassi compró las acreencias de los principales bancos que participaban del concurso de acreedores.
Grassi se quedó con montos verificados al momento del default por más de 447 millones de dólares, abonando una suma mucho menor. Las financieras que cedieron sus créditos fueron IFC (205 millones de dólares), FMO (122 millones), ING (46 millones), MUFG (12 millones), SMBC (12 millones), Natixis (9 millones) y el Rabobank (22,7 millones).
De acuerdo al libro “Hermanos”, publicado por Santiago O´Donnell, Mariano Macri, hermano del ex presidente, le había manifestado al periodista que Nofal era la persona que supo interceder ante la empresa Isolux a fin de que vendiese una serie de parques eólicos a otras compañías vinculadas a la propia familia Macri y a Carlos Tévez.
El grupo Grassi también aparece asociado a la Fundación Libertad (Macri) y la conjunción de medios locales como Canal 3, diario La Capital de Rosario, el diario El Litoral de Santa Fe y el Grupo Oroño, vinculado a los negocios de la salud privada.
En la causa Vicentin, Macri aparece jugando a varias puntas. Incluso, podría funcionar como mancha venenosa hacia Federico Sturzenegger, uno de los “llamados” a reemplazar a Caputo en el Ministerio de Economía. Su principal asesor, su mano derecha, es Lucas Llach, quien ahora deberá enfrentar este proceso penal por el desfalco al BNA.