
Celebrada de manera virtual este miércoles 20, la XIII Cumbre Extraordinaria reunió a los jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP).
El encuentro, moderado desde Venezuela, contó con la participación de los presidentes de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia; del primer ministro de San Vicente y las Granadinas; y de representantes de Dominica, Granada y Santa Lucía. Honduras asistió como país invitado.
La cumbre se convocó ante la amenaza que representa para la paz regional el despliegue militar de Estados Unidos en aguas del Caribe, que incluye más de 4.000 infantes de Marina, destructores, aviones de reconocimiento y un submarino nuclear.
Durante su intervención, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez calificó la maniobra de Washington como un acto de “prepotencia imperial” con graves consecuencias para la estabilidad regional. Denunció también el “estímulo y la financiación de planes terroristas contra Venezuela” y la “acusación mendaz” contra Nicolás Maduro, a quien Estados Unidos pretende vincular “sin fundamento ni prueba alguna” con el narcotráfico. Según el mandatario, estas acciones responden al tipo de maniobras que el imperialismo suele emplear cuando busca agredir a Estados soberanos y necesita un “pretexto fraudulento” para justificar sus intenciones.
El mandatario abrió su discurso citando un comunicado de la Casa de las Américas: “La diplomacia de las cañoneras regresa al Caribe. Barcos, aviones, un submarino y miles de efectivos estadounidenses son desplegados en la región, esta vez con el pretexto de luchar contra el narcotráfico. Pareciera una gastada farsa si no fuera porque puede derivar en tragedia”.
Díaz-Canel destacó que este mensaje constituye “un grito de urgencia de nuestros pensadores, conscientes del significado de esos actos de prepotencia imperial, pero también del poder de la unidad para detenerlos”.
Asimismo, advirtió que el mundo atraviesa “tiempos de enormes desafíos y riesgos excepcionales”, en los que el imperialismo, con su “ofensiva hegemonista y agresiva”, ignora los límites del Derecho Internacional y la Carta de Naciones Unidas, desafiando décadas de consensos regionales contra la coerción y la intervención.
Al referirse al despliegue militar, lo describió como un “acto disuasorio bajo el falso y desproporcionado argumento de combatir a los carteles del narcotráfico”. Señaló además que, por las características de las unidades movilizadas, la maniobra “podría facilitar acciones al amparo de la ley estadounidense”, en referencia al Título 50 del Código de Guerra y Defensa Nacional, que faculta al presidente de Estados Unidos a ejecutar operaciones militares o clandestinas sin necesidad de informar al Congreso.
“Las graves amenazas que se profieren desde ese ‘Norte revuelto y brutal que nos desprecia’, como lo llamó José Martí, forman parte de un esquema de dominación envilecido, empeñado en reactivar la Doctrina Monroe, clave del intervencionismo estadounidense en nuestro hemisferio”, denunció.
En defensa de América Latina y el Caribe como territorio libre de guerra, Díaz-Canel sostuvo que la paz debe ser defendida “como un derecho irrenunciable”, pero desde posiciones “realistas”.
En un paralelo con la situación de Palestina, afirmó que “las amenazas que hoy se ciernen sobre Venezuela se basan en la misma filosofía del despojo que ha convertido a una pequeña franja de tierra en el infierno de este mundo. Basta de impunidad sionista”.
El mandatario reafirmó que “nuestra fuerza es la fuerza de la historia y de ideales compartidos” y que se sostiene en la convicción de que “la libertad y soberanía de cada pueblo es la libertad y la soberanía de todos”.
En ese sentido, destacó el papel del ALBA-TCP como “primer escudo frente a los peligros que acechan a la paz” y expresó su orgullo por la firme posición asumida por el bloque frente a las presiones externas.
Finalmente, evocó el legado de Fidel Castro y Hugo Chávez: “Que la voz de nuestros próceres y el espíritu de Chávez y Fidel, a las puertas del año del Centenario del Comandante en Jefe, nos guíen en esta lucha conjunta. Que la solidaridad y la unidad inquebrantables sean nuestros escudos”.
Gabriel Vera Lopes*. Analista de política internacional.
Este artículo ha sido publicado originalmente en el portal Brasil de Fato.
Foto de portada: AFP
“Nuestra fuerza es la fuerza de la historia y de ideales compartidos”, afirma Díaz-Canel en cumbre del ALBA-TCP contra despliegue militar de EE.UU. Pia Global.