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La XVII Cumbre de los BRICS, celebrada en Río de Janeiro, marcó un momento significativo para Cuba: por primera vez, la isla caribeña participó como socio del bloque. Esta incorporación representa una oportunidad relevante en un contexto de profunda crisis interna y una renovada intensificación de la hostilidad por parte de Washington.
Durante su intervención ante el plenario, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, agradeció la incorporación de Cuba al grupo en calidad de socio, calificándola como un reconocimiento y una oportunidad. En su discurso, afirmó que los BRICS representan una “esperanza de que el multilateralismo se salve del caos”, en alusión a lo que considera una preocupante erosión del sistema multilateral, atribuida a las principales potencias globales.
“Los BRICS son hoy sinónimo de esperanza: la esperanza de que el multilateralismo se salve del caos y la inoperancia en que la prepotencia de unos pocos ha sumido a la ONU, que hace 80 años nació para evitar que la guerra fuera una alternativa para la solución de conflictos”, expresó. En este marco, subrayó la urgencia de una reforma en el sistema de Naciones Unidas, demanda sostenida por el Sur Global durante más de medio siglo.
Con un tono crítico, Díaz-Canel señaló el papel de Estados Unidos en el actual orden internacional, denunciando que, “sin esconder sus ambiciosos y espurios intereses geoestratégicos”, Washington ha abandonado diversos foros multilaterales mientras promueve ideas supremacistas y ejecuta deportaciones masivas, violentas y racistas de migrantes.
Una nueva etapa de articulación global
El presidente cubano, también condenó el reciente ataque estadounidense contra Irán, y acusó a Washington de actuar con “absoluto desprecio” por los principios del Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas, haciendo uso abusivo de su poder militar, económico y financiero, “excepto moral”.
Uno de los momentos más destacados de su intervención fue la firme condena al genocidio del pueblo palestino. Cuba, históricamente solidaria con esta causa, recibe anualmente a jóvenes palestinos —provenientes de los territorios ocupados o de campos de refugiados— para cursar estudios en la isla. Desde el inicio del genocidio en Gaza, Díaz-Canel ha participado activamente en manifestaciones en solidaridad con Palestina.
“Reiteramos la más firme condena al genocidio en curso contra el pueblo palestino, perpetrado también por Israel, con el respaldo político, militar y financiero permanente de los Estados Unidos”, manifestó. Además, consideró que la solución del conflicto israelo-palestino es indispensable para alcanzar la paz en Medio Oriente.
En el plano económico, abogó por una reforma profunda del sistema financiero internacional, al que calificó como “poco transparente y nada democrático, diseñado para perpetuar la exclusión y la explotación de las naciones del Sur”.
Denunció que las sanciones de Estados Unidos impiden a Cuba operar en el sistema bancario internacional o acceder al crédito en organismos financieros multilaterales, debido a las amenazas de sanciones a quienes realicen transacciones con la isla. En esa línea, reclamó una gobernanza global más justa para las tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial, que garantice un acceso equitativo a sus beneficios.
Díaz-Canel calificó el prolongado bloqueo económico impuesto por Estados Unidos como “un acto de agresión ofensivamente extraterritorial” y advirtió sobre la aplicación de un nuevo paquete de medidas coercitivas unilaterales orientadas a asfixiar económicamente a Cuba. “Todo en nombre de la supuesta democracia”, ironizó.
Más allá de las denuncias, propuso construir una visión alternativa basada en el respeto, el diálogo y la cooperación: “La humanidad no precisa de bloqueos, falsos supremacismos y apetitos de dominación. De lo que está urgida es de más diálogo, cooperación e integración”. Finalizó reiterando el compromiso de Cuba con los BRICS: “Nos honra integrarnos con la noble aspiración de aportar y aprender”.
Diplomacia del Sur Global y redes de solidaridad
Durante su estancia en Brasil, Miguel Díaz-Canel sostuvo encuentros bilaterales con destacados líderes del Sur Global, como los primeros ministros de India, Narendra Modi, y de Vietnam, Pham Minh Chinh. además de la ex-presidenta Dilma Rousseff, actual presidenta del Banco de Desarrollo de los BRICS.
Paralelamente a su agenda oficial, Díaz-Canel mantuvo una intensa actividad diplomática y social en Río de Janeiro. En un emotivo encuentro con unos 300 activistas, intelectuales, artistas y miembros del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), compartió detalles sobre la crítica situación económica de Cuba y denunció el impacto devastador del bloqueo estadounidense.
“Ante decenas de amigos históricos y también jóvenes, militantes todos de la solidaridad en Brasil, explicamos la crítica situación que vive Cuba hoy por los efectos del Bloqueo Genocida. Agradecimos su apoyo incondicional, que también es parte de nuestra resistencia creativa”, informó Díaz Canel a través de redes sociales.
Uno de los momentos más destacados fue el encuentro con João Pedro Stedile, dirigente del MST. Las imágenes del encuentro fueron difundidas por la propia organización, que reafirmó: “Cuba siempre ha sido una socia fundamental en la construcción del proyecto popular en el que el MST cree: un mundo con más justicia, solidaridad y dignidad”.
Gabriel Vera Lopes* Analista de política internacional.
Este artículo ha sido publicado originalmente en el portal Brasil de Fato
Foto de portada: Prensa Latina
“Los BRICS son hoy sinónimo de esperanza”, afirma el presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez. Pia Global.