
La posibilidad que tiene la agricultura actual de contar con herramientas tecnológicas permite conocer con mayor precisión datos clave que no solo inciden a campo, sino también en la economía a nivel general.
Por ejemplo, las imágenes satelitales que posibilitan determinar con exactitud qué cultivos se sembraron y en qué cantidad de superficie.
Es el caso de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), que en su último informe nacional sorprendió al revelar que el área implantada con maíz finalmente fue muy superior a la que inicialmente se estimaba, lo que implica que la siembra de soja fue también mucho menor a la proyectada a comienzos del ciclo.
MÁS MAÍZ, MENOS SOJA: LO QUE REVELARON LOS SATÉLITES
“A pesar del spiroplasma y la falta de agua en setiembre, se sembró más maíz y menos soja que lo estimado”, resumió el jefe de estimaciones agrícolas de la BCR, Cristian Russo, al dar a conocer el relevamiento que hace de los cultivos a nivel nacional, una vez por mes.
En concreto, el trabajo con imágenes satelitales determinó ajustes en el área sembrada con maíz y soja: se suman 510.000 hectáreas al cereal y se restan 370.000 a la soja.
“Con esta nueva base, se suman cuatro millones de toneladas a la estimación de producción de maíz y se resta un millón de toneladas a la de soja”, puntualizó Russo.
Esto significa que, sin ajustes de rindes, y solo considerando este cambio en el hectareaje, la estimación de producción maicera pasa de 44,5 millones de toneladas en marzo a 48,5 millones ahora, producto de que finalmente se habrían implantado unos 8,3 millones de hectáreas, de las que se cosecharían unos siete millones (el resto son pérdidas o destinadas a forraje vía autoconsumo).
“Con este nuevo ajuste, la caída interanual en área, que antes se calculaba en un 24%, ahora pasa a un 20%”, mencionó el referente de la Bolsa rosarina.
¿POR QUÉ SE SEMBRÓ MÁS MAÍZ?
Desde la mirada de Russo, en general se trata de hectáreas que se sembraron con maíz temprano. Y considera que, probablemente, fueron determinantes particularmente las lluvias de Santa Rosa y, luego, los eventos de precipitaciones que se dieron en la región central del país entre el 8 y 14 de octubre.
“A pesar de la falta de agua de setiembre y la determinación que había en evitar siembras tardías por la chicharrita, dichos eventos fueron claves para implantar más maíz del que se estimaba. También vuelve a ponerse en evidencia que, aún en uno de los años más difíciles para el maíz, el cultivo exhibe ventajas productivas y económicas que cuesta ver en la soja“, graficó.
En este marco, el especialista valora que la apuesta fue acertada, ya que finalmente el spiroplasma no fue un problema en esta campaña.
El maíz respira profundo: finalmente, la chicharrita casi no hizo ruido en toda la campaña
“El ciclo 2024/25 está terminando con la grata noticia de que el spiroplasma no habría ocasionado daños de consideración, cuando hace un año atrás la enfermedad explotaba. A diferencia de lo que hoy se observa, el ciclo del maíz 2023/24 terminó con un 18% de pérdidas atribuidas a esta enfermedad transmitida por la chicharrita”, repasó Russo.
Los estudios que se realizan con frecuencia diaria muestran que el nivel poblacional del insecto en el norte del país es lo normal para la época, e incluso en zonas de Santiago del Estero se han analizado poblaciones de chicharritas y se ha encontrado que estaban libres del vector spiroplasma.
A pesar del spiroplasma y la falta de agua en setiembre, se sembró más maíz y menos soja que lo estimado
Ajustes por imágenes satelitales suman 510.000 ha de maíz y restan 370.000 ha de soja. La nueva base suma 4 Mt al maíz y resta 1 Mt a la soja. pic.twitter.com/gn5jZXV4tJ
— BCR Mercados (@BCRmercados) April 10, 2025
“Los intensos fríos del invierno pasado, la drástica disminución de la presencia del maíz tardío en el centro y norte del país, junto con las prácticas de monitoreo, control y prevención aplicadas parecen haber dados sus resultados. Las expectativas se reavivan y el maíz tendría muy buenas chances de recuperar el terreno perdido en la próxima siembra“, proyectó el analista, en este contexto.
LA PRODUCCIÓN DE MAÍZ Y SOJA, POR PROVINCIA
En este marco, que no ayuda es la permanencia de tiempo inestable, lluvias intermitentes y pronósticos de mal tiempo, que no permiten un gran avance en la cosecha.
“Hasta ahora se ha cosechado solo en 20% del área, con resultados que están dentro de lo calculado. Esperando que la cosecha avance, se mantiene la estimación de rindes de marzo”, precisa el estudio.
Las 510.000 hectáreas que se suman a la estimación inicial se distribuyen en Buenos Aires (230.000), Santa Fe (150.000), Córdoba (80.000) y Entre Ríos (50.000).
Las proyecciones de cosecha para cada jurisdicción son las siguientes:
En cuanto a la soja, con los ajustes realizados, la siembra argentina finalmente se estima en 17,64 millones de hectáreas, con una superficie cosechable de casi 16,4 millones.
“El aumento interanual de área sembrada sería, por lo tanto, de 7%. De esta forma, y sin cambios en los rindes respecto de un mes atrás, se estima una producción de 45,5 millones de toneladas”, añade el informe.
La cosecha es muy incipiente, y si bien hay buenos indicios en la recuperación del peso de grano en la franja central, se está a la espera de que la cosecha tome impulso para ajustar los rindes, por lo que se mantienen los estimados en marzo.
Por otro lado, resta saber el impacto de las heladas del sábado 5 de abril. Esto resultaría especialmente clave en La Pampa, dónde han sido muy fuertes con mínimas que llegaron a -2,5°C.
“Hay ingenieros de la región que alertan sobre lotes perdidos y daños, pero habrá que aguardar para evaluar adecuadamente”, cierra el documento.
Con información de INFOCAMPO
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