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Un equipo de investigadores suizos de Empa ha desarrollado un innovador tipo de batería biodegradable basada en hongos. Este avance no solo podría revolucionar el suministro de energía en áreas remotas, sino que también representa un gran paso hacia soluciones más sostenibles en la ciencia de los materiales. Además de ser funcional y ecológica, esta batería se auto-descompone después de cumplir su propósito.
¿Cómo funciona una batería de hongos?
La batería de hongos de Empa es, técnicamente, una célula de combustible microbiana. A diferencia de las baterías tradicionales, no almacena energía en forma química, sino que genera electricidad al aprovechar el metabolismo de microorganismos vivos. En esta célula, dos tipos de hongos trabajan en conjunto para producir energía:
- El ánodo está habitado por un hongo de levadura, cuyo metabolismo libera electrones.
- El cátodo está colonizado por un hongo de podredumbre blanca, que produce una enzima especial capaz de captar estos electrones y canalizarlos hacia un circuito externo.
La batería no solo utiliza hongos en su estructura; ellos forman parte integral del diseño. Gracias a técnicas avanzadas de impresión 3D, los electrodos se fabrican de manera que facilitan el acceso de los microorganismos a sus nutrientes. La tinta empleada en este proceso, desarrollada por el laboratorio, está compuesta principalmente de celulosa, un material biodegradable que también sirve como nutriente para los hongos.
El dispositivo puede ser almacenado en estado seco y activado al añadir agua y nutrientes, lo que lo hace ideal para aplicaciones en lugares remotos. Una vez finalizado su uso, la batería se descompone naturalmente gracias a la acción de los hongos y otros microorganismos.
Aplicaciones potenciales y retos
Aunque la batería de hongos genera cantidades limitadas de energía, es suficiente para alimentar sensores ambientales, como los que se utilizan en la agricultura y la investigación ecológica. Estas aplicaciones en campo abierto o en regiones alejadas podrían beneficiarse enormemente de esta tecnología.
El equipo de Empa está trabajando en mejorar la potencia y durabilidad de la batería, así como en explorar otros tipos de hongos con potencial para generar electricidad. A pesar de los retos técnicos, como encontrar materiales que soporten las condiciones de vida de los hongos y a la vez sean fáciles de imprimir, los investigadores han logrado avances significativos.
Carolina Reyes, una de las investigadoras principales, destacó el carácter interdisciplinario del proyecto, que combina microbiología, ciencia de materiales e ingeniería eléctrica. Según Reyes, el trabajo con materiales vivos presentó desafíos únicos, como adaptar técnicas de impresión 3D y electroquímica a las necesidades de los hongos.
Innovación y futuro en energía viva
La investigación sobre hongos en el ámbito de la ciencia de materiales está apenas en sus primeras etapas, pero ofrece un enorme potencial. Como señaló Gustav Nyström, director del laboratorio, los hongos siguen siendo recursos poco explorados, aunque presentan propiedades únicas para el desarrollo de tecnologías sostenibles.
El equipo de Empa planea continuar optimizando esta batería, buscando no solo mayor potencia, sino también nuevas formas de aprovechar las capacidades de los hongos en otros campos tecnológicos.
La batería de hongos desarrollada por Empa representa un avance prometedor en la búsqueda de alternativas ecológicas a las baterías convencionales. Su diseño biodegradable, funcionalidad en condiciones remotas y capacidad de auto-destrucción marcan un hito en el desarrollo de tecnologías sostenibles.
Este proyecto no solo pone de relieve la importancia de explorar soluciones basadas en la naturaleza, sino que también abre nuevas puertas a la innovación científica con materiales vivos.
Referencia:
- ACS Publications/3D Printed Cellulose-Based Fungal Battery. Link.
Fuente: CerebroDigital.net