Delincuentes ingresaron a dos casillas del circo por un ventana diminuta. La compañía reforzó la seguridad y pide colaboración para recuperar las pertenencias
Por Nachi Saieg / LaCapital / 19 de mayo
Los delincuentes ingresaron por las pequeñas ventanas que tienen las casillas de los artistas
Joselina, una de las artistas del circo Servian, terminó este sábado la función de las 19 y se dirigió a la casa rodante donde vive, como hace habitualmente. Aún eufórica y cargada de la energía del escenario, la joven descubrió que alguien había ingresado al lugar y que le faltaban varias pertenencias.
Al entrar a la casilla, se encontró con todo revuelto. Había papeles desparramados, ropa en el piso y muchos objetos tirados. Le faltaban el pasaporte, la visa, una mochila con una MacBook, un iPhone, dólares en efectivo y algunas camperas y pares de zapatillas.
«La desvalijaron», sentenció Martín Lugones, mánager de la compañía, en contacto con La Capital. Incluso confesó que «hasta le comieron unos chocolates que tenía guardados». La impunidad con la que se manejaron los delincuentes fue total.
Rápidamente sus compañeros la ayudaron a rastrear en el predio del parque a ver si habían dejado algunas de sus pertenencias. Afortunadamente, pudo recuperar algunos de sus documentos. Creen que en la huida los delincuentes descartaron algunas cosas. Sin embargo, los objetos de valor se los llevaron todos.
Fue en ese momento en el que encontraron otros documentos, en este caso del coreógrafo del circo, y notaron que la de Joselina no había sido la única casilla vandalizada. En total, robaron dos y quisieron entrar a otras dos, pero no pudieron.
Los artistas del circo viven todos los días del año en unas casillas rodantes que les otorga la emprea, donde tienen las mismas comodidades que una vivienda. Cocina, habitación, baño, living y hasta televisión e internet para disfrutar en los tiempos libres.
Modalidad del robo
Lugones explicó que no sólo revolvieron sino que también rompieron muchas cosas. Además de robar objetos de valor y comerse hasta los chocolates, dañaron varias partes de las casas.
Sobre la modalidad del robo, el mánager de la compañía precisó a este diario que no ingresaron por las puertas de las casillas, que ni siquieran estaban forzadas, sino por unas diminutas ventanas que «parecen ventiluz». «Están en altura, así que claramente las personas que robaron lo hicieron de forma grupal. Quien entró debe haber quedado tirado adentro de la bacha para lavar los platos», indicó.
Tras notificarse del robo, la compañía activó el dispositivo de seguridad y llamó al 911, donde se realizó la denuncia correspondiente. Además, acompañaron a los artistas, que debieron brindar testimonio y quedarse hasta altas horas de la madrugada completando el trámite.
«Ahora apelamos a la solidaridad de la gente de Rosario. Si encuentra, si ve, si lee, escucha que se están vendiendo algunos de objetos por favor avisen a la Policía, a las redes del circo o vengan hasta la carpa», pidió. Como suele suceder con los dispositivos electrónicos robados, lo más probable es que pronto ingresen al mercado negro y puedan conseguirse por precios más baratos que los habituales.
Rosario, más que la inseguridad
Esta no es la primera vez que el circo Servian sufre un robo. En Mar del Plata, por ejemplo, en una temporada de verano ingresaron dos veces a robarles. Lugones confió en que en Rosario «no va a pesar de nuevo».
«Entendemos cómo está la seguridad en la ciudad, pero no creemos que pase de nuevo. A pesar de las noticias y de lo que se decía de Rosario en los medios, nosotros apostamos igual y trajimos el espectáculo. Entendiendo siempre que Rosario no es sólo una ciudad insegura, sino una ciudad que llena funciones, que disfruta y donde siempre nos aplauden», valoró.
Esperan que este episodio no empañe la despedida del circo de la ciudad, que seguirá con sus funciones de forma habitual hasta fin de mes.
El circo
La carpa gigante que se alojó en el predio de la rotonda de avenida Francia, sobre el parque Scalabrini Ortiz, tiene capacidad para 1.800 espectadores.
Fueron muy recibidos rápidamente por los rosarinos, que se acercan a las múltiples funciones de «El Gran Sueño», un show que busca concientizar sobre el cuidado del medio ambiente, presentando artistas nacionales e internacionales fusionados con elementos teatrales, coreográficos y tecnología lumínica y auditiva de última generación, vestuarios inspirados en la época post-apocalíptica, música original y aparatos circenses diseñados por la compañía.
Desde su llegada a la Argentina hace 117 años, la familia Servián expande su arte por todo el país y el mundo, renovando su compromiso con el público y brindando un espectáculo de calidad a nivel internacional. Lo que hoy es un gigante de lona y que mueve una estructura técnica impresionante, primero fue el emprendimiento de una familia que llegó desde algún lugar no precisado de la ex Yugoslavia.
Fotos: Virginia Benedetto / La Capital.