Un actor de peso se manifestó en contra de Javier Milei por considerar que «cualquier intento por eliminar a quienes piensan diferente nos deshumaniza».
La Iglesia Evangélica a favor del cuidado del ambiente y en contra de la venta de armas
«En relación a este último aspecto, rechazamos cualquier proyecto que promueva la libre portación de armas«, continúa el texto, que hace referencia a la propuesta de Javier Milei asentada en su plataforma electoral. Luego, se manifiestan en contra de la venta de órganos, otro tema que La Libertad Avanza instaló en el debate: «Somos Templo del Espíritu Santo. Por lo tanto, ni las personas ni parte alguna de su cuerpo pueden ser compradas o vendidas«.
«Son inadmisibles las expresiones y actitudes cargadas de odio y discriminación contra las mujeres y minorías», considera la FAIE y prosigue: «Que el diálogo es la forma de superar los disensos. En democracia hay adversarios políticos no enemigos. Cualquier intento por eliminar a quienes piensan diferente nos deshumaniza como sociedad».
La Iglesia Católica también se expresó: «No hay verdadera libertad sin fraternidad, justicia social y paz»
La Iglesia Católica ya había manifestado su posición previa a la elección general del 22 de octubre, pronunciándose en contra de Javier Milei por sus declaraciones en contra del Papa Francisco y por su propuesta de romper relaciones diplomáticas con el Vaticano. «Imbécil» o «representante del maligno en la Tierra» fueron algunas de las descalificaciones del candidato presidencial de La Libertad Avanza contra el Sumo Pontífice, a quien también acusó de tener «afinidad por los comunistas asesinos«.
Fue en ese marco que el mes pasado la Comisión Nacional de Justicia y Paz (CNJyP) de la Conferencia Episcopal argentina señaló que «no hay verdadera libertad sin fraternidad, justicia social y paz» y se expresó a favor de «los valores de la paz, de la igualdad, del trabajo, de la inclusión, de la justicia y de la equidad territorial para realizar juntos un proyecto en común».
Antes de las elecciones generales, convocaron a la gente a votar porque ese acto representa una «contribución para afianzar una democracia que signifique ciudadanía plena, ejercicio de derechos, que asegure condiciones para el bienestar de nuestro pueblo, que supere la fragmentación, con sensibilidad social, que garantice igualdad de oportunidades, con independencia económica».
Asimismo, remarcaron el valor de «la generación de espacios de diálogo y encuentro que hagan posible un acuerdo político, social y económico de gobernabilidad, más allá de cuál sea el resultado electoral». «El voto expresa la voluntad popular y exige a los candidatos que triunfen en la elección, disponerse a resolver los graves problemas que enfrentamos, con la cooperación y ayuda de todos los demás, bajo el principio de que nadie se salva solo», concluye el comunicado.
Papa Francisco: «Las grandes dictaduras nacen de una ilusión»
En una entrevista para la Agencia Télam, el Papa Francisco hizo referencia a la historia del Flautista de Hamelin y señaló que «las grandes dictaduras nacen de una flauta, de una ilusión, de un encanto del momento: «Yo le tengo mucho miedo a los flautistas de Hamelin porque son encantadores. Si fueran de serpientes los dejaría, pero son encantadores de gente… y las terminan ahogando. Gente que se cree que de la crisis se sale bailando al son de la flauta, con redentores hechos de un día para el otro».
Sobre ello, manifestó: «Todos fuimos jóvenes sin experiencia y a veces los chicos y las chicas se aferran a milagros, a mesías, a que las cosas se resuelven de manera mesiánica. El Mesías es uno solo que nos salvó a todos. Los demás son todos payasos de mesianismo«.
Cuando fue consultado sobre los derechos laborales y las legislaciones al respecto, Francisco señaló que «cuando un trabajador no tiene derechos o se lo contrata por poco tiempo para ir cambiándolos y no pagar aportes, se lo convierte en esclavo y uno se transforma en verdugo. Verdugo no es solamente aquel que mata a una persona, sino también el que explota a una persona. Tenemos que tener conciencia de esto».
«Cuando algo es acelerado me causa preocupación, porque no tiene tiempo de asentarse. Cuando los cambios vienen acelerados, no tienen tiempo suficiente los mecanismos de asimilación, terminamos siendo esclavos. Y es tan peligroso ser esclavo de una persona o un trabajo, como ser esclavo de una cultura«, agregó.
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