Este 9 de julio se cumple un nuevo aniversario de aquella fecha en 1816, cuando en el Congreso de Tucumán, con la presencia de 33 diputados, 29 de ellos firmaron el acta de la Declaración de la Independencia.
Esa parte de la historia la sabemos todos, sin embargo, un dato se convirtió en un misterio que al día de hoy sigue sin resolverse.
Se trata de la ubicación de aquella acta, que entre sus enunciados declaraba a la república como «una nación libre e independiente del rey Fernando séptimo, sus sucesores y metrópoli y toda otra dominación extranjera». La misma permanece desaparecida.
Lo que sí se sabe de dicho manuscrito es que se redactó el día 8 de julio, posiblemente por los diputados Juan José Paso y José Serrano, secretarios del Congreso.
¿Dónde está el acta original de la Declaración de la Independencia?
Una de las copias de la Declaración de la Independencia
La historia de la desaparición se remonta, acorde a afirmaciones de algunos historiadores, al mismo mes de la declaración. Algunos afirman que fue vista por última vez poco después de firmarse el día 9 y jurarse el 21 de julio.
Otros señalan que desapareció a raíz de un robo al mes de la declaración, entre fines de agosto o comienzos de septiembre de 1816, cuando un joven oficial fue comisionado para entregar un paquete con documentos al director supremo, Juan Martín de Pueyrredón. Se cuenta que el chasqui militar -de nombre Cayetano Grimau y Gálvez- fue sorprendido en Córdoba por soldados de Artigas, quienes lo obligaron a entregar esos documentos, entre los que se encontraría el Acta original de la Declaración de la Independencia.
Para el periodista e historiador Daniel Balmaceda, «la única certeza que el documento más trascendente de la historia argentina jamás apareció. Lo que hoy se nos presenta como tal, son simples copias del original». Por otro lado, para el historiador Felipe Pigna, el acta original es la que se exhibe en la Casa Histórica de Tucumán. Y en referencia a ese robo, sostiene que «se perdió, se la robaron a un chasqui que la traía a Buenos Aires, pero era una copia. Y esa nunca se encontró».
Copias en quechua y aimara
Apenas declarada la Independencia, se solicitó que se hicieran 1000 copias del Acta original traducidas en quechua y aimara, las cuales se enviaron al noroeste. Luego, en Buenos Aires, se imprimieron más.
La versión en quichua (o quechua) se escribió en manos del delegado por Chuquisaca (en quichua Chuqichaka, antes llamada Charcas y es la actual Sucre) José Mariano Serrano, un abogado que había estudiado en la prestigiosa universidad de esa ciudad. De inmediato, los congresistas decidieron que también se tradujera al aymara que, al igual que el quechua, es una lengua americana que en sus orígenes era ideográfica y la conquista española permitió asimilarla a la escritura de base latina.
Y entre las muchas que se hicieron. Una se encuentra en el Archivo General de la Nación realizada a fines del mes de julio de 1816, poco después de la firma de la Independencia.
TELAM