Especialistas italianos han determinado que si bien el aire acondicionado propaga las partículas contaminadas por toda la sala, reduce su concentración en un 99,6 %.
Investigadores del hospital pediátrico Bambino Gesú de Roma han estudiado cómo se propaga el nuevo coronavirus en una sala de espera, y han podido reproducir con exactitud mediante el uso de herramientas de «dinámica de fluidos computacional» (CFD) el movimiento de las partículas biológicas en el ambiente y el impacto de los sistemas de ventilación en su dispersión.
En el marco del estudio, publicado en la revista Environmental Research, se realizó una simulación en 3D que recrea virtualmente el comportamiento de las gotitas respiratorias y el aerosol en una sala de espera, donde aguardan seis adultos y seis niños sin mascarillas, durante los 30 segundos después de que uno de los presentes tose.
Los especialistas italianos analizaron tres escenarios diferentes de la propagación del aire contaminado: con el sistema de aire acondicionado apagado, prendido a velocidad normal y al doble velocidad. Los resultados confirmaron que el aire acondicionado es crucial en el control de la dispersión de las partículas del virus en un ambiente cerrado.
Incluso se documentó por primera vez que el aire acondicionado que funciona a doble velocidad reduce la concentración de las partículas contaminadas en un 99,6 % en un espacio cerrado. Sin embargo, a la vez provoca su dispersión más rápida y a mayores distancias en comparación con el funcionamiento a una velocidad estándar o cuando está apagado.
Asimismo, los investigadores determinaron que con el aire acondicionado apagado las personas más cercanas al niño que tose en la simulación (dentro de 1,76 metros de distancia) respiran el 11 % del aire contaminado, mientras que los que se encuentran más lejos (a 4 metros) no son alcanzados por las partículas víricas.
A doble velocidad, gracias a la reducción de la concentración del virus, los que están cerca de la fuente de contagio respiran el 0,3 % de las partículas, pero los que están más alejados en este caso llegan a respirar el 0,08 % del aerosol contaminado, porcentajes considerados por los investigadores como muy bajos y sustancialmente irrelevantes para el contagio.
En ese sentido, Alessandro Miani, presidente de la Sociedad Italiana de Medicina Ambiental (SIMA), señaló que el intercambio de aire en espacios cerrados a través de los «sistemas científicamente validados de aireación, purificación y ventilación mecánica controlada» es fundamental en la difusión y transferencia del virus al exterior, y por lo tanto, también para la «mitigación de los contaminantes biológicos aéreos presentes en las gotitas» y una reducción significativa de la concentración del patógeno en el aire.
En opinión de Miani, esto, junto con las medidas de prevención básicas como el uso de mascarillas, distanciamiento social e higiene de las manos, «representa hoy en día el principal instrumento para reducir el riesgo de contagio en los entornos vecinos».
RT.COM