Lifschitz destacó el rol de los gobiernos locales en materia de desarrollo económico y social. FOTOS
Al disertar en Expoagro, el intendente reseñó el proceso que, desde la primera gestión de Hermes Binner en el municipio y en tiempos de profundas crisis a nivel nacional, llevó a Rosario a ocupar el lugar que se le reconoce en la actualidad en materia económica, social, urbanística, turística y cultural, a través de realizaciones que «demuestran que es posible, desde las administraciones locales, cambiar el perfil de una ciudad».
El intendente municipal, Miguel Lifschitz, resaltó en la mañana de hoy el protagonismo de los gobiernos locales en la actual coyuntura, por la cercanía con la población, aún por encima de «los gobiernos provincial o nacional, que fijan las grandes lineas», al participar en un debate sobre «El campo y la ciudad» desarrollado en el auditorio Nº 1 del predio de la Expoagro, ubicado entre las localidades de Armstrong y Tortugas.
La presentación del panel, del que también participó el intendente de Las Rosas, Raúl Ponzio, estuvo a cargo de la secretaria de Integración Regional de la provincia y dirigente del grupo Pampa Sur, María del Carmen Alarcón.
El Stand de la ciudad de Rosario en Expoagro 2008. Click/Ampliar
Mientras se proyectaba un video con escenas de la ciudad de Rosario, Lifschitz resaltó el buen momento que atraviesa el país, pero advirtió que también «hay amenazas para el sector privado, para los industriales, para el sector agropecuario y para nosotros los municipios, que somos en la escalera de los gobiernos el último escalón, aquel que está más cerca de las demandas y de las necesidades de los vecinos. Son los que reciben en forma directa la presión y la exigencia por una mejor calidad de vida y los que en muchos casos no tenemos las herramientas necesarias para resolver esas situaciones».
«Los gobiernos municipales, hoy por hoy en la Argentina y también en otros lugares del mundo, tienen una extraordinaria importancia para promover el desarrollo local y para generar mejores condiciones para el desenvolvimiento de la economía en su ciudad y su región», agregó el intendente.
En el mismo sentido aseveró que «quizás hoy sea más importante la tarea de un gobierno local que la de un gobierno provincial o nacional, que fijan las grandes líneas, las grandes políticas, pero después la solución de los problemas concretos que se le producen a pequeños y medianos empresarios en cada una de las ciudades y las regiones tiene que ver con los gobiernos locales, comprometidos con el desarrollo local, con el desarrollo regional, con el sector privado, con estrategias de cooperación pública privada, que buscan instrumentos de trabajo en común y que generan también políticas activas para promover el desarrollo de nuestras ciudades».
Sostuvo que «Rosario es un buen ejemplo, por lo menos entre las ciudades grandes de la Argentina, porque durante la década de los ’80 y los ’90 nosotros sufrimos mucho más que otras ciudades de la Argentina las consecuencias de las políticas neoliberales, del quiebre de la pequeña y mediana empresa, de la crisis agropecuaria. Todo eso impactó fuertemente en una ciudad como la nuestra que era la capital de la desocupación, de los saqueos. Era una ciudad sin perspectivas y sin futuro».
En ese marco recordó que «nosotros nos propusimos, cuando Hermes Binner era intendente, empezar a pensar la ciudad de futuro, aún cuando estábamos en lo peor de la crisis en aquel momento, en el ’95, ’96, porque la crisis que se dio en el 2001 ya se empezaba a insinuar con fuerza en esos años».
Luego consignó que «nos propusimos desarrollar un plan estratégico para los próximos 10 años de la ciudad, en el que convocamos a participar a todos los actores más importantes del sector privado, de la sociedad civil, de las organizaciones políticas, para ponernos de acuerdo en objetivos claros, pensando que la ciudad podía salir adelante».
En ese plan, explicó, se fijaron las líneas para «el crecimiento y desarrollo de la ciudad, para superar las dificultades que teníamos en aquel momento y aprovechar las dificultades que veíamos en el escenario. Eso fue vital, haber pensado cuando el país aún no había empezado a recuperarse. Eso permitió un desarrollo realmente importante de la ciudad, que tiene que ver con lo económico, con lo turístico, con lo productivo, con lo cultural».
Lifschitz con la delegación brasileña de la ciudad de Santa María, recorriendo el stand de la ciudad. A la derecha Clara García, Secr. de Producción. Click/Ampliar
Entre los aspectos involucrados en el marco de ese proceso señaló «la promoción del desarrollo local, generar nuevas actividades económicas que pueden ser promovidas por los gobiernos locales». En tal sentido afirmó que «nosotros no éramos una ciudad turística hace 10 años y nos lo propusimos, y hoy hemos logrado el objetivo. Por supuesto que nos falta mucho y queremos seguir avanzando, pero hoy estamos consolidados».
También remarcó que «nos propusimos ser una ciudad con un fuerte desarrollo científico y tecnológico y con empresas de base tecnológica, y creamos hace 7 años atrás el Polo Tecnológico, con sólo 3 empresas, y hoy tenemos 70. Estamos construyendo un parque científico tecnológico, hemos desarrollado todo el sector universitario y del Conicet vinculado a las empresas de base tecnológica, y constituimos una referencia nacional en biotecnología y en tecnologías de la información y la comunicación».
Panorámica aérea de Expoagro 2008. Click/Ampliar
En base a todo ello el intendente concluyó que «tales realizaciones demuestran que es posible desde lo local, desde los gobiernos locales, cambiar el perfil de una ciudad». Con todo, Lifschitz no dejó de hacer mención a una de las principales problemáticas a las que se ven enfrentados las administraciones municipales: «Nos ocupamos de lo social, porque en las grandes ciudades es donde se desarrolla el drama social de la Argentina. Tal vez en localidades más pequeñas donde hay pleno empleo y otra realidad social no se visualice de esta manera, pero los conurbanos de las grandes ciudades como Buenos Aires, Rosario o Córdoba es donde tenemos concentrada la pobreza estructural de la Argentina».
En tal sentido explicó que en Rosario «hay entre 130.000 y 140.000 personas» que viven en tal situación de pobreza, para sostener luego que «es necesario un esfuerzo muy importante, tanto del gobierno nacional como provincial, junto a los gobiernos locales» para enfrentar esa circunstancia. «No se puede abandonar a los gobiernos locales para encarar la situación», concluyó el intendente.
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