Si el ministro de Salud de la provincia, Miguel Angel Cappiello, logra sensibilizar a todos los involucrados en el tema, Santa Fe haría punta en el país con un sistema único de prestaciones que pondría al alcance de todos sus habitantes los medios diagnósticos y terapéuticos de última generación. Concretamente, se trata de unificar los fondos de la salud pública y de la seguridad social. El primer paso importante se dio esta semana cuando el funcionario propuso a la ministra de Salud de la Nación, Graciela Ocaña, incorporar al Pami al sistema sanitario provincial.
La idea recién comienza a tomar cuerpo y es el propio Cappiello el que se encarga de transmitirla en todos los ámbitos a su alcance. “No será fácil, llevará mucho tiempo, pero hay que comenzar a dar la discusión”, reflexionó el funcionario y consideró que los intereses económicos serán las principales piedras en el camino.
El objetivo es plasmar un sistema único de salud donde “los estados nacional, provincial o municipal, junto a los fondos de la seguridad social, esto es empleadores y trabajadores, aportarían a formar un sistema único de salud”, explicó.
“Proponemos un sistema que abarque a la mayor cantidad de gente y el Estado está en condiciones de impulsarlo”, enfatizó y reforzó su idea con un análisis de la realidad provincial. “Si se suma el 40 % de los habitantes que no tiene cobertura social, los 500 mil beneficiarios de Iapos y los 450 mil afiliados que tiene el Pami en suelo santafesino, sería al menos un 70 por ciento de la población la que estrenaría el sistema único de salud, en el caso de concretarse, sin que cada subsector perdiera su identidad”, detalló.
—¿Y cómo se conformaría ese sistema único de salud?
—Será una construcción que unificará las distintas políticas de salud y a la que aportarían todos los financiadores de dos de los subsectores que hoy intervienen en el tema, para dar los mismos servicios de salud a la mayor cantidad posible de ciudadanos.
—¿Cómo funcionaría en la práctica?
—Cada uno podría optar por el lugar para atenderse, porque el sistema único de salud pagaría esa prestación. La dificultad está en hacer que todos los efectores ingresen al sistema. Esto haría posible que todos los ciudadanos podrían acceder a la misma tecnología, al mismo medicamento y a todo tipo de tratamiento para atender a su salud.
—¿Qué factibilidad tiene este desafío?
—Queremos terminar nuestra gestión habiendo empezado al menos dando esta gran discusión, que tiene que ver con la igualdad de acceso a la salud. Lo deseable sería que el país tuviera un sistema único de salud, tal como lo tiene Brasil. En realidad cuesta mucho explicar en el exterior lo fragmentado que está el sistema de salud en la Argentina.
—¿Por qué la salud debe ser una política de Estado?
—Porque es un derecho constitucional y es el Estado el encargado de garantizarlo como ejecutor. Claro que esto implica superar las viejas antinomias, como público y privado. Es el Estado el que tiene que defender fuertemente los derechos de los que menos tienen, esa es la responsabilidad que estamos dispuestos a asumir.
—¿Qué lugar tiene ese concepto de equidad en la forma en que está organizado el actual sistema de salud?
—No es fácil. Las dificultades vienen por las diferencias entre los distintos sectores que lo componen y los múltiples intereses creados. Cada vez que aparece una tecnología en salud se genera un derecho, y es justamente la equidad la que garantiza que todos puedan ejercerlo.
fuente: La Capital