Es una acondicionadora de granos que está en pleno casco urbano cerca de una escuela. Tramitan una causa judicial en la que denuncian diversas molestias que padecen.
Timbúes. — Los vecinos de una planta acondicionadora de cereales que está en pleno casco urbano de esta localidad reclamaron que la Secretaría de Medio Ambiente de la provincia realice una nueva inspección debido a que sostienen que padecen una serie de molestias ocasionadas por la firma.
Además existe una causa judicial en el Juzgado Civil y Comercial de Primera Instancia de San Lorenzo, a cargo de Gladis López, en la que los vecinos de la planta iniciaron una demanda por la ley 10.000 donde se detalla con documentación una serie de inconvenientes que el funcionamiento de la planta generaría en los alrededores.
Incluso, hace unos días, los demandantes presentaron en el expediente nuevos hechos que se produjeron en el ámbito de la actividad de la cerealera que ocurrieron a fines de octubre, como los que ya obran en la causa.
La planta se encuentra a pocos metros de la Escuela de Enseñanza Media Carlos Leiva, a la que asisten unos 300 alumnos, y de un jardín de infantes en la esquina de Italia y Lucía Miranda de Timbúes, a poca distancia de la ruta 11.
Desde 1962. Si bien la firma está en este lugar desde hace muchos años, en sus comienzos en 1962 fue un emprendimiento familiar que funcionaba como silo. La actividad portuaria que se acrecentó en los últimos años en el cordón industrial en general, y en esta localidad en particular, potenció la actividad de esta empresa.
Cereales Timbúes hoy se ha transformado en una acondicionadora de cereales que prepara los granos en un paso previo a su llegada a los puertos, claro que el incremento en su actividad trajo también aparejado una serie de inconvenientes para los vecinos, que llevaron la cuestión a la Justicia.
Ruido, polvillo y roedores. Ruidos molestos, polvo de cereal en suspensión, problemas respiratorios y de piel, circulación de camiones con el proceso de fumigación en tránsito y presencia de roedores son algunos de los hechos planteados en la demanda judicial y en el ámbito de Medio Ambiente provincial.
Incluso la Justicia ya dispuso, en 2006, la realización de las modificaciones pertinentes dentro de la planta de acondicionamiento de cereales tendiente a bajar los decibeles sonoros emitidos, colocación de filtros para polvillo, cobertura perimetral del predio y la presentación del estudio de impacto ambiental visado y aprobado por la Secretaría de Estado, Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de la provincia de Santa Fe.
Además por estos días terminan otros plazos otorgados por la jueza López para completar otra batería de medidas, a los fines de evitar inconvenientes, algunas de las cuales ya habrían sido completadas por la empresa.
El pedido a Medio Ambiente para un nuevo control lo firma Adelaida Gómez, quien junto a su fallecido esposo Abundio Pagiola inició la demanda hace unos años.
Incluso la mujer sostiene a quien la quiera escuchar que su marido “estaba enfermo con un cuadro agravado por el estrés que sufría, y los médicos nos recomendaron mudarnos”.
Derrames.En el texto del pedido a Medio Ambiente también se hace mención a “la ocurrencia periódica de derrames de productos químicos en las calles y la presencia de envases vacíos de fitosanitarios”.
Cabe recordar que el organismo de control ambiental de la provincia ya en su momento intimó a la planta de cereales.
Irregularidades. El organismo intimó a la empresa por no presentar inversiones, carecer de sistemas de insonorización y no tener barrera forestal vegetal.
Además lo hizo también por no poseer sistema de retención de partículas en el ingreso de granos y causar ensordecedores ruidos con los motores que usa, todas exigencias enmarcadas en la lesgilación vigente.
Fuente: Marcelo Abram / La Capital