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TIEMPOS VIOLENTOS
Treinta años se cumplen del hecho que inició el período más violento de nuestra historia. Mucho agua ha pasado bajo el puente y los que en su momento se encaramaron como poder arbitrario, dueño de vida y muerte, hoy ya han ocupado, y siguen ocupando, el merecido banquillo de los acusados.
Es difícil separar la historia del mito pero es necesario hacer el esfuerzo por recordar algunos hechos sin cuya comprensión se corre el riesgo de repetir historias trágicas.
Un hecho fundamental, complejo y contradictorio, es que ese malsano proceso se dio en una sociedad que, de una forma u otra, valoró la violencia como metodología de acción.
Bajo el pretexto de elaboradas ideologías o desde pensamientos compuestos por dudosos refranes se sostuvieron similares conclusiones. Así se repitieron hasta el convencimiento frases tales como “por algo será”, “algo habrán hecho”.
Estas frases no han pasado a la historia, siguen vivas, remozadas, transformadas, dirigidas a otros destinatarios y fundadas en nuevos pretextos.
Si en aquel momento una generación joven fue sospechada y agredida por “subversiva”, en el momento actual las nuevas generaciones, de niños y adolescentes”, están en la mira por su “falta de compromiso”, su “drogadicción”, su “delincuencia” o por su “peligrosidad” en general.
Si se inició, hace treinta años, un genocidio, hoy están en marcha los nuevos.
Si auténticamente decimos Nunca más, será necesario saltar del pasado al presente y comprender que la violencia está instalada, adquiere nuevas formas y se orienta hacia nuevos destinatarios.
Ojalá que las viejas luchas metabolizadas en efemérides no nos hagan olvidar el presente y el futuro.
Ojalá las viejas tragedias nos ayuden a comprender que la lucha contra la violencia es la lucha por la no-violencia. No hablamos de pacifismo sino de la repugnancia profunda, visceral a toda forma de violencia.
Ojalá que las futuras efemérides y los feriados que se consagren no sean para guardar luto sino para celebrar la victoria de nuestras mejores aspiraciones como sociedad.