Irak continúa debatiéndose entre un conflicto armado de envergadura y una crisis política de ribetes, que hoy escribió un nuevo capítulo con la convocatoria del Parlamento para elegir nuevo gobierno y la presión de Estados Unidos y Francia para que sea de unidad, pese a la negativa expresada ayer por el premier Nuri Al Maliki.
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y el ministro de Exteriores francés, Laurent Fabius, hicieron caso omiso al rechazo manifestado en la víspera por Al Mailiki y hoy volvieron a la carga para que chiitas, sunnitas y kurdos estén representados en el próximo gobierno iraquí.
El argumento, coincidente, es uno: hacer frente a la insurgencia armada encabezada por los yihadistas del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL).
En ese sentido, Fabius calificó de “gravísima” la situación en el país y manifestó su deseo del establecimiento de ese Ejecutivo de unidad “con la mayor rapidez”, informó la agencia de noticias EFE.
La crisis desatada por el avance de grupos insurgentes es un asunto “de extrema gravedad”, según Fabius, “porque está en cuestión no sólo la unidad de Irak, sino todo lo que sucede en la región”, principalmente en Siria y Jordania.
Kerry coincidió con su par francés y apuntó que la formación de un gobierno de unidad con la participación de todos los sectores del pueblo iraquí debe llevarse a cabo “tan rápidamente como sea posible”.
Esta es la segunda vez en dos días que Estados Unidos presiona a Al Maliki. El martes, en su visita sorpresiva a Bagdad, Kerry se había comprometido a ayudar a los iraquíes para repeler el avance de los insurgentes sunnitas, que desde el 10 de junio, cuando tomaron la ciudad de Mosul, pasaron a controlar distintas partes del país y se enfrentaron a las fuerzas progubernamentales.
“Cuando los chiitas, los sunnitas y los kurdos participen en elegir al Gobierno, Irak será más fuerte y seguro”, había subrayado Kerry, quien prometió el apoyo militar de su país para luchar “contra el terrorismo”.
Sin embargo, Al Maliki desafió ayer el pedido norteamericano y advirtió que la convocatoria a formar un gobierno de salvación nacional “constituye un golpe de Estado contra la Constitución y el proceso político”.
Según informó el canal de noticias árabe Al Arabiya, el mandatario también rechazó dimitir.
Entre estos desencuentros, el nuevo Parlamento iraquí, elegido a fines de abril, celebrará su primera sesión el próximo martes, según un decreto emitido hoy por el presidente Yalal Talabani.
De acuerdo a la información del portal noticioso iraquí Al Sumaria, la primera tarea del Parlamento consistirá en la elección de un nuevo gobierno, considerada como condición para poder frenar el avance de la milicia islamista en el norte y oeste de Irak.
Al frente del gobierno desde 2006, el chiita Al Maliki aspira a un tercer mandato. Sin embargo, pese a haber ganado las elecciones legislativas, le faltan socios de coalición para la formación de un gobierno de mayoría.
Varios dirigentes políticos chiitas y sunitas exigen su dimisión y lo acusan de monopolizar el poder y marginar a la minoría sunnita, informó la agencia de noticias DPA.
Por otra parte, la cadena británica BBC informó hoy que Al Maliki confirmó que la Fuerza Aérea siria llevó a cabo ataques contra posiciones de la milicia EIIL en la ciudad iraquí de Al Qaim, en la frontera con Siria, que fue tomada hace algunos días por combatientes yihadistas.
Según esa cadena, el primer ministro iraquí dijo que aunque su gobierno no había solicitado los ataques aéreos, los considera “bienvenidos”.
El gobierno sirio había desmentido ayer informaciones sobre supuestos ataques aéreos sirios en Irak y según la agencia estatal de noticias siria Sana, el gobierno de Damasco calificó tales informaciones de “falsas e infundadas”.