Este Domingo 13 la marea del Movimiento de Indignados, 15-M, tomó el asfalto del corazón de 80 ciudades españolas
C.G. MACHUCA/AGENCIAS – VIGO/MADRID
A pesar del férreo y faraónico dispositivo de seguridad, los indignados marcharon por los corazones de Vigo, y de otras 80 ciudades del país como ocurriera hace ahora un año.
Un aspecto de la concurrida manifestación de ´indignados´, ayer, en el centro de Vigo. // Marta G. Brea
En la ciudad olívica, la manifestación del 15-M partió de la plaza de España, donde los concentrados se habían convocado para iniciar la marcha a las 19 horas. La coincidencia de la protesta de los indignados vigueses con otra de trabajadores del sector naval, lejos de restar afluencia a la primera, provocó que esta transcurriese masivamente, lúdica y reivindicativa, por las principales arterias del centro. Según datos de la Policía Local, la protesta del 15-M sumó 11.000 almas; la del naval, unas 6.000.
Tras una pancarta que rezaba "Tomemos a rúa por un cambio xeral", los miles de manifestantes que tomaron parte en la protesta –de todas las edades, incluidas familias con niños– corearon un sinfin de cánticos y consignas anticrisis y antisistema político actual, tales como "Máis cultura e menos telebasura", "Le llaman democracia y no lo es", "Non hai pan para tanto chorizo" o, de carácter irónico y divertido, como "Queremos un pisito como o do principito".
La protesta de Vigo, que concluyó en la plaza de A Estrela, en las inmediaciones de la sede de la Xunta, contó también con un singular acompañante: un enorme toro de cartón pintado de dorado, a modo de dios de la riqueza, cuyos portadores hacían que empitonara cuanto símbolo del poder económico se cruzaban. Desde sucursales bancarias a grandes almacenes.
En el resto del país, la marea de indignación también dejó patente el malestar pacífico de una inmensa mayoría de ciudadanos con el actual sistema político y, sobre todo, económico.
Foto ElPais.es: Asamblea junto a la cúpula de cristal en Puerta del Sol, este noche | Luis Sevillano
Madrid y Barcelona congregaron dos de las protestas más multitudinarias. La famosa Puerta del Sol de Madrid, lugar donde hace un año nació el movimiento social 15-M, volvió ser escenario hoy de una protesta que se ha extendido globalmente y que ayer sacó a miles de personas a las calles de toda Europa. Según fuentes de la Jefatura Superior de Policía, 35.000 almas tomaron parte en la protesta.
En la capital, el fuerte dispositivo policial desplegado en el interior de la Puerta del Sol –convertida ya en una plaza mítica del 15-M– y en los principales accesos se mantuvo en sus puestos minutos después de las 22.00 horas que fijaban el límite permitido por la Delegación del Gobierno para concentrarse en la emblemática plaza.
Algunos de estos agentes, preguntados por "Europa Press" pasadas las diez de la noche, aseguraron que por el momento no tenían la orden de desalojar la plaza. El fuerte dispositivo policial compuesto por entorno a cuarenta furgones se mantenía al cierre de esta edicón, pero sin movimiento.
Los indignados permanecían congregados en la Puerta del Sol de Madrid una vez superadas las 22.00 horas, hora límite autorizada por la Delegación del Gobierno.
En Barcelona, los Mossos d´Esquadra detuvieron a una persona durante la manifestación de indignados del 15-M, por la agresión a un guardia urbano sobre las 20.30 horas, poco antes de acabar la marcha en la plaza Catalunya.
A esa hora precisamente se produjeron los únicos momentos de tensión de la marcha, ante la Bolsa de Barcelona, donde hubo altercados durante la huelga general.
Los Mossos cifraron en 45.000 los participantes en la marcha, que transcurrió por el centro de la ciudad de 18 a 21 horas aproximadamente, cuandollegaron a la plaza para empezar una "asamblea permanente" hasta el día 15, aniversario del 15-M.
En A Coruña, la marcha partió de la plaza de A Palloza en dirección a María Pita con más de 4.000 personas –2.200 según la Policía Local– que al grito de "no hay pan para tanto chorizo" clamaron contra políticos y banqueros con una sentada frente a la sede de varias entidades bancarias.
Y Europa también se sumó. En París, diversos actos festivos y lúdicos pusieron fin a las marchas, que comenzaron por la mañana en diferentes puntos y convergieron en el antiguo mercado de abastos, tomado por los antidisturbios.
En Londres, los indignados iniciaron la protesta pacífica a los pies de la catedral de San Pablo.
En Portugal, cientos de personas se congregaron en el centro de Lisboa y en otras seis ciudades para unirse a un movimiento eminentemente europeo en protesta contra las políticas de austeridad y la precariedad laboral.