La derrota lo bajó al cuarto lugar, pero lo más preocupante es el rendimiento.»No venimos jugando bien», dijeron los defensores. El entrenador de Central dijo que el equipo está sufriendo un bajón futbolístico. Diez minutos sin fútbol por culpa de 50 locos.
Villa cae ante la marca de Muñoz Mustafá y Cáceres. |
Pueda ser que con este golpe recupere la memoria. De lo contrario todo irá para atrás. Está a tiempo. Ya no es puntero, pero está ahí. Independiente lo golpeó, bastante duro, y lo dejó cuarto en la tabla. La caída fue merecida y lo peor es que fue por culpa propia. El 0-2 le quedó bien al partido, como para que todos entiendan que esta vez la suerte no incidió. Hay que reencontrar a aquel Central, habrá que buscarlo por el Gigante para que reaparezca como equipo. Es que en Avellaneda volvió a decir ausente. No se amigó con la pelota, la perdió y la corrió todo el primer tiempo. Y cuando se encontró con ella no supo cómo usarla para lastimar.
Entonces Independiente se le fue encima. No como una tromba, sí por peso de individualidades. Ese que tuvo en jugadores como Insúa, Eluchans o Carrizo, el mismo que perdieron en el último tiempo Vitti, Encina y compañía. Y sin la pelota es muy difícil jugar. A los 10′, el palo derecho de Ojeda ya había devuelto un remate de Eluchans. A los 17′, el arquero lo atoró justo a Pusineri; a los 24′ Villa pidió que se adelantaran todos sin tener respuesta positiva y a los 41′ Insúa no llegó a conectar un centro de Frutos por milagro.
Los avances de Central se limitaron a una proyección de Ferrari que terminó con un remate de Villa que Navarro Montoya sacó con una pierna a los 32′. Pero nada más. Por eso, el marcador en cero era un negoción. Parecía la mejor forma para irse al descanso. Pero… Iban 44′ y Carrizo metió un pelotazo bárbaro a metros del punto penal y hasta ahí llegó Eluchans, como imitando al tren que pasaba cada cinco minutos por detrás de la platea oficial, para ganarle a todos en el anticipo.
El dueño de casa cambió el planteo en el complemento y le cedió la iniciativa a los auriazules. ¿Para qué? Y… la memoria siguió fallando y las intenciones no fueron suficientes para revertir el cuadro de situación. Desde el banco se buscaron alternativas. Afuera el desconocido Vitti, adentro la velocidad de Alemanno. A arriesgar sin el cinco de contención y apostar por otro punta. Nada dio resultado. Es más, sólo un cabezazo de Fassi a los 71′ pudo haber cambiado algo, pero estaba claro que el canalla no merecía ese premio.
Como será que cuando el rojo apretó liquidó el juego. Iban 83′ y Rivarola la perdió antes de llegar al centro del campo. El ladrón fue Pusineri, el asistente Insúa y el encargado del golpe Frutos, en su único aporte a la causa roja pero vaya que importante.
Y si no había tiempo de reacción menos lo hubo por culpa de los violentos de la tribuna. Es más, en el reinicio del partido Independiente toqueteó y bajaron los oles de la tribuna. Así se consumó el duro golpe que bajó a Central. Ese que deberá asimilar y transformar en reacción para reencontrarse con el juego que ilusionaron al pueblo canalla. Están a tiempo. En el Gigante debe estar la clave para que los auriazules vuelvan a jugar como ya demostraron que saben hacerlo. Basta de jugar con fuego, como lo venían haciendo y repitieron ayer, justo en la casa del diablo.
Javier Parenti
La pesadilla del minuto 44
Otra vez sobre el final del primer tiempo, como le sucedió ante Boca en su anterior derrota. Aquella vez un benévolo 1 a 1 cerraba la etapa, cuando faltando un minuto para el final de la etapa inicial llegó el penal que Martín Palermo transformó en el parcial 2-1 xeneize. Ayer, el empate en cero parecía sellarse en el estadio de la Doble Visera para encarar el complemento con viento a favor, con la moral en alto y las chances intactas. Pero el fatídico minuto llegó y un pelotazo increíble desde casi 40 metros del arco lo volvió a golpear. Esta vez fue Juan Eluchans, el volante por izquierda del rojo, quien llegó para marcar el 1 a 0 que le dejó a Independiente jugar con la ventaja en la segunda mitad. Una situación parecida al gol que sobre el final marcó Chirola Ledesma ante Olimpo en el Gigante, pero a la inversa y que le duele en el alma a los canallas. Lo peor de esto es que Boca lo había golpeado enseguida con el tercero y le quitó margen de reacción. Pero esta vez Independiente le dio espacios, le cedió la pelota y la iniciativa, y los dirigidos por Don Ángel no lo supieron aprovechar.
Una situación que venía madurando hace tiempo
La decepción en el rostro de los jugadores canallas al término del partido. |
Pese al duro traspié ante el rojo, a Central no se le escapó la punta ayer. Se estaba desmoronando con el correr de los partidos. El líder ya no era el de entonces. Se veía venir esta situación y esto pasó. Central llegaba a los tumbos. Ganando de última ante Olimpo. Perdiendo feo ante Boca. Venciendo de milagro a Gimnasia y sin convencer a nadie. Y esa no es la forma de cuidar un bien tan preciado como el liderazgo del torneo. Por eso es que la caída fue dura. Es que así como había conservado la punta del Clausura la fecha pasada en forma milagrosa, ayer se cayó unos cuantos escalones.
Es que los resultados no fueron cómplices y los auriazules quedaron en el cuarto puesto. Está bien, ahí cerquita del ahora líder River, pegado a los escoltas Estudiantes y Vélez. Pero detrás de ellos, y eso es distinto.
Pero Central tiene un arma en su poder y debe recordar como utilizarla. Esa que no muchos pueden exhibir en este torneo apasionante y con mucha paridad: el buen juego. Y tiene la fortuna de poner las condiciones para jugarlo, porque será en su casa. Nada menos que por partida doble y seguida, ante Vélez y Racing, dos rivales directos en la lucha por las posiciones de privilegio. Dos partidos ideales para demostrar que aún está vivo y con el sueño latente de ser algo más que un protagonista.
Entonces, si recupera la memoria, volverá a decir presente en la gran pelea. En esa que se metió tras aquel gran triunfo ante San Lorenzo, como expresión máxima. Además, no hay que olvidar que recién es la segunda derrota del equipo en lo que va del torneo y de local sigue invicto. Es cierto que si no cambia ya será complicado mantenerlo, pero sí tiene que defenderlo.
De estas situaciones se sale más fácil cuando se acepta que el equipo no es el mismo, como lo reconocen tanto Don Angel como Cuffaro Russo. Como también lo entienden los jugadores y como debe comprenderlo el hincha. El bajón en el rendimiento es real pero seguramente no será más pronunciado y por Arroyito ya volverán los festejos merecidos.
Ferrari y Fassi, dolidos
El Colorado quedó mal por la caída. |
«No venimos jugando bien, por eso perdimos», dijo Paulo Ferrari. «Son partidos, no es para tanto, cuando ganábamos el periodismo decía que éramos unos fenómenos, pero nosotros somos pibes y ahora nos tocó perder. Nada más que eso», definió Ramiro Fassi.
Dos frases cortas y simples para definir un capítulo más de la trama futbolera canalla. Sucede que Central activa un gigantesco universo cultural y social de ansiedades e ilusiones, pero los pibes son sólo eso, jugadores, y además, falibles.
«A nadie le gusta perder, la situación duele. Ahora tenemos dos partidos muy importantes para salir de este momento, son una oportunidad para volver a jugar como lo hacíamos antes», continuó Ferrari.
Otro de los dolidos jugadores, Ramiro Fassi, aseguró que «en lo anímico estamos bien. Ahora necesitamos volver a ganar para recuperar la confianza. Ganando los próximos partidos tenemos chances de salir campeones».
Zof: «Hay que buscarle una solución a este momento»
Zof reconoció que jugaron mal. |
Se veía venir, el teléfono de Dios no se puede activar dos partidos seguidos. Central, que sumó una buena cantidad de puntos desde la 3ª fecha del Apertura pasado, cuando asumieron Zof y Cuffaro Russo, jugando un fútbol por momentos brillante, había ganado sin mostrar ese fútbol, hace 10 días, en Arroyito. Fue obra de la fortuna. Pero ayer, otra vez con la magia de los pibes fuera de escena, el resultado se acomodó con el trámite. Y el líder del campeonato cayó. Ahora, quedó claro, la prioridad será recuperar el fútbol, y después los resultados se acomodarán solos.
«Hicimos un mal partido, en ningún momento estuvimos dentro de lo que este equipo puede hacer. Hay un bajón evidente. Necesitamos levantar, buscarle solución a este momento», explicó Angel Tulio Zof.
«Si Central juega dentro de su nivel, estaríamos hablando de otra cosa. Pero la verdad es que no aparecimos casi nunca», agregó el entrenador canalla.
Zof avisó que no está rendido porque «todavía no abandonamos la pelea. Ahora vienen dos partidos muy importantes en los que nos vamos a jugar enteros para darle una satisfacción a la gente».
El bajón futbolístico de Central es una realidad y Zof lo analizó así: «Van dos partidos en los que estuvimos muy por debajo de nuestro nivel. Por ejemplo, Andrés Díaz nos daba una velocidad importante, pero ahora no lo tenemos. A los equipos hay que buscarles soluciones».
Según el técnico, «hay factores, puede ser la responsabilidad, la punta, aunque eso nunca se sabe. Evidentemente los chicos no estuvieron en su nivel, como están acostumbrados. Estuvieron un poco atados», señaló.
Por último, Zof valoró: «Seguimos en una buena posición y tenemos que dar pelea. El equipo es joven, pero esto no quiere decir que no pueda pelear hasta el final».
Diez minutos sin fútbol por culpa de 50 locos
Hubo algunos incidentes entre grupos de las dos hinchadas
Los canallas arrojaron proyectiles hacia los plateístas rojos. |
¿Con qué necesidad? ¿Para demostrar qué? Otra vez cincuenta locos pusieron la nota desagradable para arruinar todo lo lindo del fútbol. «Si perdés te la tenés que aguantar. Si no, no vayas». Que se chicaneen en cantitos está bien, pero los piedrazos de qué sirven.
El segundo gol de Independiente había sentenciado la derrota canalla y los impresentables entraron en acción. Faltaban cinco minutos y en el sector de la popular canalla partieron los piedrazos hacia la platea raleada de hinchas de Independiente. Y claro, se pasaron algunos barras del Rojo y el intercambio de proyectiles obligó a suspender el juego. Obviamente, hubo lesionados. Por suerte no de gravedad y tras diez minutos se pudo continuar y todo terminó sin más incidentes.
Pero los incidentes se produjeron y eso se debe erradicar. Esta vez también falló la prevención. En el inicio del episodio sólo cinco policías oficiaban de cordón límite en la popular auriazul y otro grupito igual se apostaba en la platea roja que da espaldas al ferrocarril. Entonces, era casi imposible evitar la agresión. Ni los primeros dos disparos al aire alcanzaron y hubo otros tres, ya con algunos efectivos más que ganaron terreno.
A todo esto, los jugadores pedían tranquilidad desde la cancha. La gran mayoría de los espectadores se mantenían al margen y los minutos pasaban. Transcurrieron 8′ cuando los violentos cedieron en su acción y un par más para que Pompei pudiera hacer proseguir las acciones y el final llegara como debe ser. Con «gastadas» de una tribuna a otra, como había sido la mayor parte del partido. Se sabe que entre auriazules y rojos no hay buena onda, que la rivalidad existe por amistades cruzadas con Racing y Newell’s. Lo bueno sería que se las ingeniaran de otra forma para que no se llegara a la violencia que nadie quiere ni merece.
Los casi 9.000 hinchas canallas que llegaron a Avellaneda vinieron con otro objetivo, el de seguir a su Central querido, a alentarlo como siempre y no a verse en medio de la nefasta violencia.
Santoro dijo que seguiría gustoso
El entrenador interino de Independiente, Miguel Angel Santoro, dijo que continuaría «gustoso en el cargo en caso que me lo pida el futuro presidente del club y que el plantel acepte contento y feliz la decisión». El sucesor de César Luis Menotti, quien se presentó ayer con un triunfo nada menos que ante el ex puntero Central, agregó: «Estoy contento porque el equipo respondió y todos nos debíamos un triunfo así», señaló el ex arquero del club.
Los pibes golearon
El equipo de Galloni venció 3 a 0 a Independiente
Irace marcó uno de los goles de la reserva. |
La reserva de Central tuvo una tarde redonda en Avellaneda. De movida se mostró como el equipo con las mayores aspiraciones y con la mejor condición técnica para manejar el trámite. Rápidamente se distinguió a Lorenzetti como el hombre más activo de la cancha. De hecho, el volante participó en las tres jugadas más importantes de los canallas.
Por los pies de Lorenzetti pasó la primera maniobra de gol a los 7 minutos, sólo que un rebote providencial en la línea hizo que Vizcarra terminara la jugada.
A los 12′, otra vez Lorenzetti en acción fue víctima de foul. Pero Irace fue el que se encargó con un tiro libre de poner el 2 a 0.
En el segundo tiempo, Central siguió manejando las cosas con comodidad. Otra vez Lorenzetti, a los 76′, se escapó del off side, y se la sirvió a Vizcarra para que rematara el partido.
El árbitro del partido fue Juan Méndez y esta es la síntesis.
Independiente 0:Mielnichuck; Pereyra, Botaro, Salinas (46′ Morello) y Ludueña; Lorefice, Jair Rodríguez, Orteman y Romero (60′ Carboni); Sosa y Torres. Director técnico: Outes-Ingrao.
Central 3:Alvarez; Espinoza, Grabowski (46′ Cappella), Imperiale y C. Villagra; Aguirre, Echagüe, Lorenzetti e Irace (70′ Moya); Vizcarra (80′ De Porras) y D. Villagra. Director técnico: Hugo Galloni.
Goles: 7′ y 76′ Vizcarra (RC) y 12′ Irace (RC).
Fuente: diario La Capital – Fotos: Gustavo de los Ríos