VIDEO | Según el ex presidente de facto, "la Iglesia ofreció sus buenos oficios" para que el gobierno militar informara de la muerte de sus hijos a familias que no lo hicieran público, de modo que cesaran la búsqueda.
Según el ex presidente de facto, "la Iglesia ofreció sus buenos oficios" para que el gobierno militar informara de la muerte de sus hijos a familias que no lo hicieran público, de modo que cesaran la búsqueda.
El ex dictador Jorge Rafael Videla reveló en una entrevista periodística la complicidad de la Iglesia católica con el régimen militar que gobernó la Argentina entre 1976 y 1983 y los crímenes de lesa humanidad que perpetró.
Videla afirmó que el ex nuncio apostólico Pío Laghi, el ex presidente de la Iglesia Católica de la Argentina Raúl Primatesta y otros obispos de la Conferencia Episcopal asesoraron a su gobierno sobre la forma de manejar la situación de las personas detenidas-desaparecidas, informa hoy el diario “Página/12”.
La Iglesia “ofreció sus buenos oficios” para que el gobierno de facto informara de la muerte de sus hijos a familias que no lo hicieran público, de modo que cesaran la búsqueda, declaró el ex dictador a la revista “El Sur” de la provincia de Córdoba, citada por el matutino porteño.
“La desaparición de personas fue una cosa lamentable en esta guerra. Hasta el día de hoy la seguimos discutiendo. En mi vida lo he hablado con muchas personas, con Primatesta, muchas veces. Con la Conferencia Episcopal Argentina, no a pleno, sino con algunos obispos. Con ellos hemos tenido muchas charlas. Con el nuncio apostólico Pío Laghi”, sostuvo Videla.
“Se lo planteó como una situación muy dolorosa y nos asesoraron sobre la forma de manejarla. En algunos casos, la Iglesia ofreció sus buenos oficios, y frente a familiares que se tenía la certeza de que no harían un uso político de la información, se les dijo que no busquen más a su hijo porque estaba muerto”, aseguró.
El objetivo era evitar “la repregunta, que es un derecho que todas las familias tienen” acerca de qué pasó con sus seres queridos y dónde fueron enterrados. “Eso lo comprendió bien la Iglesia y también asumió los riesgos”, afirmó el ex dictador.
Las declaraciones de Videla sostienen que la Iglesia católica tenía conocimiento directo de los crímenes de lesa humanidad perpetrados por la dictadura y señalan “un involucramiento episcopal activo para que esa información no trascendiera tampoco por comentarios de los familiares de las víctimas, de cuyo silencio la Iglesia era garante”, sostiene “Página/12”.
La entrevista fue publicada esta semana, pero había sido realizada en 2010 mientras Videla estuvo detenido en la localidad de Bouwer, mientras era juzgado por los crímenes de lesa humanidad cometidos en la cárcel de Córdoba conocida como UP1. En ese juicio, Videla fue condenado a prisión perpetua por los asesinatos de 31 prisioneros dentro de la cárcel o mediante fraguados intentos de rescate en ocasión de traslados.
El ex dictador justificó en esa entrevista los crímenes cometidos por el régimen de facto en los “decretos de aniquilación” que habían sido firmados por el presidente interino Italo Luder que constituyeron “una licencia para matar concedida por un gobierno democrático”. Afirmó sin embargo que las torturas, el robo de bebés y los saqueos a las víctimas fueron producto del “poder y la libertad de acción otorgados al Ejército”.
“Es inevitable que muchos utilicen esas libertades en beneficio propio”, sostuvo el ex dictador. Primatesta había hecho referencia a las desapariciones producidas durante la Pascua de 1978, en un diálogo con Videla reflejado en una minuta escrita por tres arzobispos cuyo contenido fue confirmado hace poco tiempo por la Conferencia Episcopal a la Justicia argentina.
Videla respondió en ese momento que “sería lo más obvio decir que éstos ya están muertos, se trataría de pasar una línea divisoria y éstos han desaparecido y no están. Pero aunque eso parezca lo más claro sin embargo da pie a una serie de preguntas sobre dónde están sepultados: ¿en una fosa común? En ese caso, ¿quién los puso en esa fosa? Una serie de preguntas que la autoridad del gobierno no puede responder sinceramente por las consecuencias sobre personas”. Unas 30.000 personas desaparecieron durante la última dictadura militar en Argentina, según estimaciones de las organizaciones de derechos humanos.
Videla, de 86 años, estuvo a cargo de la Junta Militar que derrocó el 24 de marzo de 1976 a María Estela Martínez de Perón y ejerció la presidencia de facto hasta 1981. Fue juzgado y condenado a prisión perpetua en el histórico Juicio a las Juntas Militares realizado tras el regreso de la democracia en 1983. Luego fue beneficiado por los indultos decretados por el ex presidente Carlos Menem (1989-1999), pero tras la inconstitucionalidad de este perdón dictada por la Corte Suprema de Justicia, Videla volvió a ser juzgado y condenado a reclusión perpetua en diversas causas en su contra por los crímenes de lesa humanidad perpetrados durante su régimen.
El último fallo se conoció semanas atrás, cuando fue condenado a 50 años de prisión por el delito de secuestro y sustracción de identidad a menores de edad durante su gobierno de facto, en el marco de un plan sistemático para el robo de bebés.
(DPA / La Capital)