Todas las categorías ocupacionales expulsaron mano de obra. Se buscó refugio en el cuentapropismo. El desempleo en el aglomerado Gran Rosario medido en mayo pasado registró el récord de la serie histórica con un 24,3%, lo que significa un aumento de 4,1 puntos respecto al mismo mes del año anterior, y una suba de 1,5 punto en relación a la medición anterior de octubre de 2001. En tanto, la subocupación es del 16,9%, es decir 2,4 puntos más que en mayo del año pasado. Las cifras globales marcan que un 41,2% de la población económicamente activa -que agrupa a quienes tienen trabajo o lo buscan activamente- padece problemas de empleo.
De esta forma, las cifras oficiales de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) difundidas ayer por el titular del Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (Indec), Juan Carlos Del Bello, confirman los pronósticos previos y muestran cómo en el Gran Rosario el desempleo batió todas las marcas históricas. El 24,3% de desempleo local supera al 21,5% nacional, y sólo es menor que los indicadores registrados en Catamarca, Córdoba, Tucumán y Mar del Plata.
Los subocupados -aquellos que trabajan menos de 35 horas semanales- suman el 16,9% de la población económicamente activa. De este grupo, el 9,6% es «demandante», es decir que buscan activamente aumentar sus horas trabajadas, mientras que el 7,3% restante es «no demandante».
Es interesante observar lo que los analistas llaman el «efecto desaliento». Si se toma a los subocupados «no demandantes» se nota un aumento respecto a mayo del año pasado, mientras que los «demandantes» registraron una suba de apenas 0,2 puntos. El aumento de la subocupación marca una pérdida de la calidad del empleo, en la cual abundan las reducciones horarias de numerosas empresas en crisis. Pero a su vez estas personas no salen en su mayoría a buscar compensar el retroceso laboral a sabiendas de las serias dificultades para conseguir más trabajo.
La pérdida neta de puestos de trabajo se puede observar en la tasa de empleo -que es la relación entre la población ocupada y la población total- que se ubicó en el 31,3%, la cifra más baja de la serie histórica de los últimos siete años. Al mismo tiempo, la tasa de actividad -que mide la relación entre la población económicamente activa y la población total- bajó al 41,3%, 1,5 punto porcentual menos que en mayo de 2001.
Los ocupados
Los datos básicos de la EPH para el Gran Rosario dan cuenta que del total de ocupados, el 64,1% es obrero o empleado, 29,3% es trabajador cuentapropista, 4,7% es patrón o empleador, y el 1,9% es trabajador sin salario. Todas las categorías ocupacionales perdieron peso en favor del cuentapropismo, hacia donde se dirigieron tanto obreros como ex empleadores.
Otro aspecto de la precarización del empleo es la pérdida del poder adquisitivo de los salarios. Por esta razón, el 26,1% de los ocupados busca otro empleo, de los cuales la amplia mayoría lo hace porque el dinero no le alcanza.
Los desocupados
Del total de la población desocupada, los jóvenes de 20 a 29 años conforman el grupo más importante con el 28,8%; seguido por los adultos de 30 a 39 años, 22,4%, y los de 50 a 59 años, 16,8%. Entre los desocupados, el 57,9% son «no jefes de hogar» y el 42,1% son «jefes de familia».
Por otra parte, el 74,5% de la población desocupada hace más de tres meses que está en esa situación, lo cual marca la incapacidad de la economía para generar empleo en lo que va del año. Más bien se dio todo lo contrario ya que el 89% de la población desocupada del aglomerado declara haber tenido una ocupación anterior mientras que sólo el 11% nunca estuvo ocupada. Del total de desocupados con ocupación anterior, el 47,2% tenía una ocupación temporaria, mientras que el 52,8% se desempeñaba en una ocupación permanente.
La población desocupada proviene principalmente de las siguientes ramas de actividad: 26,1% comercio, reparaciones, hoteles, restaurantes; 19,6% otros servicios; 14,7% construcción; y 12,6% industria manufacturera.
A la hora de evaluar por qué no encuentran trabajo, los desocupados señalan en un 28,6% que se debe a la falta de trabajo en general, el 14,6% por la falta de vinculaciones para conseguir empleo y el 7,2% por la exigencia laboral requerida.
La principal causa de pérdida de empleo para el total de desocupados con ocupación anterior es el despido o cierre de sus fuentes de trabajo, 46,1%; la falta de trabajo cuentapropista, 20,8%; seguida por la finalización de trabajo temporario, 20,1%.
El porcentaje de hogares con algún miembro desocupado, ya sea jefe de hogar o no, alcanza el 25,8%, mientras que en la onda mayo de 2001 la cifra era de 22,5%.
La situación en la capital provincial
En el aglomerado Santa Fe, el desempleo alcanzó el récord del 23,4%, lo que marca un incremento de 6,9 puntos respecto a la medición del mismo mes del año pasado, y 3,1 puntos contra la onda octubre de 2001 de la EPH.
La subocupación en la capital provincial llegó al 21% -cuatro veces más que el 5,2% que se registraba en mayo de 2001-, repartidos en 16,8 % de subocupados «demandantes» y 4,2% de «no demandantes».
De esta forma, el 44,4% de la población económicamente activa de la ciudad de Santa Fe padece problemas de empleo, superando incluso a la cifra del Gran Rosario. La tasa de empleo es de apenas el 28,6%, otro mínimo histórico.