Un joven de 25 años, a quien a los tres meses le diagnosticaron fibrosis quística y una probabilidad de vida de apenas 10 años, debutó con la selección australiana de rugby.
El diagnóstico precoz de la fibrosis quística (FQ) ha ayudado a Nathan Charles, un buen jugador australiano, pero su caso no deja de ser otro milagro deportivo. Es una enfermedad genética, crónica y degenerativa que afecta sobre todo a los pulmones y el aparato digestivo, entre otros órganos. Habitualmente los afectados sufren problemas respiratorios y necesitan cuidados permanentes, controles médicos periódicos y mucha dedicación por parte de la familia.
"Parece que Nathan ha desafiado la ciencia y la lógica", sentencia el seleccionador de los Wallabies, Ewen McKenzie. haciendo alusión al hecho de que el joven practica deporte en forma profesional.
Charles debutó el sábado en Melbourne ganando a Francia por 6-0, la puntuación más baja de la historia entre ambas selecciones, un marcador que contrastó con la exuberante victoria de la semana anterior en Brisbane (50-23), indicó el diario deportivo As.
Nathan es un fornido primera línea que mide 1,83 m y pesa 104 kilos. "Para mí ser jugador de rugby es una forma de mantener buena salud. Juego desde los cinco años y no tenemos que pensar que la enfermedad sea una barrera", afirmó Charles en la prensa australiana.
FG_AUTHORS: La Capital – Ovación