El Movimiento Humanista creado por Silo recorrió el mundo. Inauguró en provincia de Santa Fe uno de sus parques de reflexión y estudio. Fue un hombre que tradujo sus ideas en hechos, desafió a la dictadura, fundó un partido político, predicó una filosofía de vida y hasta organizó una marcha mundial por la paz y la no violencia que sumó a millones de manifestantes. Sus seguidores dicen que…
El Movimiento Humanista que creó Silo, recorrió el mundo. Poco antes de morir, inauguró en la provincia de Santa Fe uno de sus parques de reflexión y estudio. Fue un hombre que tradujo sus ideas en hechos, desafió a la dictadura, fundó un partido político, predicó una filosofía de vida diferente y hasta organizó una marcha mundial por la paz que sumó a millones de manifestantes. Sus seguidores dicen que era un hombre diferente al resto; en cambio él aseguraba que estaba lejos de ser un profeta
Por Carina Toso
Semanario Cruz del Sur,
Rosario, Argentina, 25 Abril 2012
Con las manos en los bolsillos y parado sobre una piedra, estaba decidido a dar el primer paso. Recién entrada la tarde del 4 de mayo de 1969 en Punta de Vacas, Mario Luis Rodríguez Cobos, a quien ya todos conocían como Silo, comenzaba a escribir la historia del Movimiento Humanista o Siloísmo. Guía espiritual, gurú, predicador y visionario. Esos son algunos de los calificativos que le asignaron.
“Si has venido empujado por los calumniadores y los hipócritas a escuchar a este hombre a fin de que lo que escuchas te sirva luego como argumento en contra de él has equivocado el camino porque este hombre no está aquí para pedirte nada, ni para usarte, porque no te necesita”, dijo en lo que hoy es conocida como la arenga histórica, frente a un auditorio de unas 200 personas que con los años se transformarían en millones en todo el mundo.
Ese lugar, ubicado al pie de la cordillera, en Mendoza, es hoy el Parque Punta de Vacas que fue teniendo sus réplicas en distintas provincias argentinas y algunos países. Una de ellas está a casi 40 kilómetros de Rosario, en la localidad de Lucio V. López, un pueblito a orillas del río Carcarañá de unos 400 habitantes. Se trata de la única sede del movimiento en la provincia y que fue inaugurada por el propio Silo.
Desde ese espacio se transmite su mensaje cuyas bases tienen que ver con ubicar al ser humano como valor y preocupación central, afirmar la
igualdad de todas las personas y trabajar por la igualdad de los derechos, reconocer la diversidad personal y cultural, auspiciar toda tendencia al desarrollo del conocimiento por encima de las limitaciones impuestas al pensamiento por prejuicios aceptados como verdades absolutas o inmutables, afirmar la libertad de ideas y creencias, y repudiar no solamente las formas de la violencia física sino todas las otras formas de violencia económica, racial, sexual, religiosa, moral y psicológica.
Gustavo Saveedra, miembro de la comisión del Parque Carcarañá e integrante del movimiento desde 1982, fue uno de los primeros que llegó para ayudar con las obras y la construcción en ese terreno amplio y verde que poco a poco fue tomando la misma forma del resto de los parques ya que todos tienen las mismas construcciones y estilo. Hay parques en Buenos Aires, Neuquén, Córdoba, Chaco y Mendoza. La idea era encontrar un lugar cerca de Rosario pero alejado del ruido.
“Los parques de estudio y reflexión son lugares de encuentro y radiación de la nueva espiritualidad que rechaza toda forma de violencia y discriminación y que apela a la dimensión sagrada de la mente. Esto último tiene que ver con profundizar en uno mismo y buscar espacios internos que estén conectados con lo sagrado”, explicó Saavedra.
En el predio hay una sala circular, cuyo interior simboliza el acceso a la experiencia interna profunda a través de un espacio semiesférico vacío de íconos, símbolos o imágenes. “Es un lugar abierto a todos; quien quiera puede venir para meditar, pensar y conectarse con uno mismo, no hace falta participar del movimiento para poder pasar un rato en el parque”, aclaró Gustavo.
Otras de las construcciones son el Monolito que tiene estampada “la época actual, fija la coordenada del tiempo en que se fundó este lugar y permite la alineación del espacio”, la Estela o Muro de Reconocimiento, donde están grabados los nombres de todos quienes contribuyeron a la construcción del parque, la Fuente de Agua que representa alegóricamente la energía por la fusión de los principios femenino y masculino, el Portal que marca el límite entre la externalidad del mundo y la interioridad del ser humano, un centro de trabajo y un centro de estudio.
Ana Luisa, Gabriel Parnisari, SILO, Gustavo Saavedra, Gabriel Gomez. 24 Mayo 2009
El gurú de la montaña
Silo o Mario Luis Rodríguez Cobos nació en Mendoza el 6 de enero de 1938 y murió el 16 de septiembre de 2010. Fue el tercer hijo de una familia de clase media; su padre era enólogo y su madre maestra de música. Estudió Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad de Cuyo, pero un par de años después de comenzada sus carreras dejó de lado los libros para recorrer Sudamérica. Argentina, Chile, Perú y Colombia fueron sus destinos.
A mediados de los 60 comenzó a andar el camino que seguiría el resto de su vida. La idea que le rondaba en su cabeza era que no había cambio social si no se comenzaba por el cambio interno.
Así, junto a otros jóvenes con los que compartía esto comenzaron a reunirse
y a trabajar sobre ese concepto. Muchos no vieron con buenos ojos sus actividades pero él siguió adelante.
Ya con una idea formada y que creía que debía transmitir fue directo a pedir una autorización al gobierno nacional de turno, el del dictador Juan Carlos Onganía, para poder hacer un acto público en Buenos Aires, cosa que estaba prohibida por ese entonces. La respuesta que tuvo fue: “Si quiere, háblele a las piedras”. Eso lo llevó directo a las montañas que lo vieron crecer. Y allí, a pesar de las amenazas de Gendarmería de que iban a terminar “todos presos”, dio el primer paso con aquella arenga histórica en Punta de Vacas.
Una propuesta diferente
Eran tiempos difíciles en el país y todo el movimiento estaba bajo la lupa militar. Hubo detenciones en diferentes ciudades donde realizaban sus reuniones como Mar del Plata y Córdoba. A Silo lo detuvieron durante tres días en el penal de Villa Devoto, después de dar una charla. Fue el propio José López Rega, ministro de Bienestar Social por ese entonces, quien catalogó al movimiento como una organización prohibida durante el gobierno de Isabel Perón.
Las ideas de Silo ya habían cruzado la cordillera hacia Chile y la misma suerte corrieron sus seguidores con Augusto Pinochet. Muchos debieron exiliarse y eso hizo que el movimiento comenzara a expandirse por América latina, Europa y Asia.
“Fue una propuesta diferente a las que había en ese momento. Con el exilio de algunos miembros se comienza un recorrido por Europa y Asia; los que se fueron no se quedaron de brazos cruzados. Del 80 para adelante tiene un crecimiento muy importante en el mundo y se empieza a organizar. Los diferentes grupos estaban en contacto pero no del todo organizado. Arranca ahí una difusión más masiva del humanismo y la Comunidad para el Desarrollo Humano que fue el organismo desde donde se trabajaba”, contó Saavedra.
Al mismo tiempo que se amplificaba el Humanismo, comenzaron a surgir versiones que lo calificaban como secta y se comenzaron a levantar banderas en su contra. “Ese es un problema de la Iglesia, desde ahí se fomentó que era una secta. Ellos tienen su negocio y nosotros se lo arruinamos. Hay cosas que no se le pueden discutir y por eso pone dicho rótulo. Fuera de esa institución se habla desde el prejuicio o el desconocimiento. Hay cosas puntuales que Silo dice y a la Iglesia le molesta. Decir que Dios es algo no seguro molesta. Entre los que participan hay creyentes y no creyentes. Esto tiene que ver más con lo existencial que con las creencias”, afirmó Saavedra.
El ala política del movimiento
Ya entrados los 80 el mensaje de Silo y sus convicciones habían llegado a la India, África y Filipinas. Y con la recuperación de la democracia en Argentina surge un nuevo espacio: el Partido Humanista, que fue fundado el 8 de marzo de 1984. Por aquel tiempo las propuestas resultaban “shockeantes”, según sus miembros, como la eliminación del servicio militar obligatorio y el no pago de la deuda externa entre otras. “Proponía cosas que recién se pusieron en práctica mucho tiempo después. Se hizo una campaña desde la comunidad para que el servicio militar fuera optativo, que se efectiviza en el gobierno de (Carlos) Menem y por la muerte de (Omar) Carrasco”, aseguró Gustavo.
Al partido lo definen como de izquierda pero con una visión humanista, remarcando la no violencia y la igualdad de oportunidades. Sus aspiraciones son de “una democracia real donde nada esté por encima del ser humano y ningún ser humano esté por encima de otro”. Actualmente el PH está alineado con el Frente para la Victoria, decisión que se tomó tras consultar con todos sus afiliados en el país. “Los humanistas veníamos coincidiendo en muchos puntos con el proyecto nacional y popular que se venía realizando en la gestión de Cristina Fernández de Kirchner y, antes, en el gobierno de Néstor Kirchner tales como las políticas sociales de amparo a los más desprotegidos, la recuperación de los derechos humanos económicos, políticos y sociales desconocidos en períodos anteriores”, explicó Bernarda Zalisñak, su referente a nivel nacional.
“A pesar de los avatares y dificultades que nos han tocado afrontar en distintos momentos de la historia, el Partido Humanista está vivo y haciendo su aporte en distintos campos de nuestra sociedad”, afirmó Zalisñak y agregó: “Santa Fe es uno de los distritos que, gracias al esfuerzo conjunto de militantes de todo el país, ha conservado su personería jurídica y se encuentra trabajando en ciudades importantes como Santa Fe capital, Rosario y Rafaela”.
Para la referente del PH, la intención de Silo de generar una rama política dentro del movimiento tuvo que ver con dar una respuesta a la crisis generalizada “en un mundo globalizado y violento, desde y para el ser humano. Si bien la política no es la única respuesta y por ello también existen otros organismos humanistas, se adopta para orientar el proceso revolucionario esta forma institucional como herramienta no violenta para producir las transformaciones sociales que deben acompañar a la transformación personal de los individuos”.
El movimiento tuvo además otros organismos que fueron surgiendo con los años como el Centro de la Cultura en España, Mundo sin Guerra con el que se organizó la Marcha Mundial por la Paz y el Centro de Estudio Humanista y el Partido Verde Ecologista, entre otros.
Desde la derecha: Boris Koval, Silo, Gorbachov. Encuentro en Moscú en 1993, junto a miembros del
Movimiento Humanista y Científicos de la Academia de Ciencias de Rusia.
Izquierda: Tercero atrás el santafesino Hugo Novotny, actual invesigador del Parque Carcarañá
Las ansias de Silo por llevar a todos los rincones de este mundo y de utilizar todas las puertas posibles lo llevaron también, tras la caída del Muro de Berlín y con la perestroika, a viajar a Moscú e intentar presentarle el nuevo Humanismo a Mijail Gorbachov para renovar la Unión Soviética. Para esto, envió primero a un santafesino, Hugo Nototny, quien en un año aprendió a hablar ruso para realizar un viaje previo y comenzar a forjar relaciones en Moscú.
En su primer intento, Silo no tuvo suerte (aparentemetn
e) pero años después Gorbachov comparó sus ideas con las de Silo en su libro Humanismo y Nuevo Pensamiento.
Silo y la trascendencia
En el 2002, Silo publica El Mensaje, un libro que tiene tres partes y que hoy es una guía para quienes son seguidores del gurú de los Andes. Una de ellas es La Mirada Interna, otra La Experiencia y la última El Camino. Se trata de reflexiones y sugerencias sobre la vida personal, interpersonal y social. Sus propuestas configuran un estilo de vida y en el que propone: “Trata a los demás como quieras que te traten”. Con esto, muchos interpretan que fue un primer paso a delegar su liderazgo. Tras su muerte su lugar no fue reemplazado y el movimiento quedó libre de toda jerarquía.
“Si todo termina con la muerte no hay sentido en la vida. A menos que se encuentren otras posibilidades. La trascendencia más allá de la muerte es una posibilidad que la gente razonable debería explorar”, decía Silo.
“Era un tipo diferente, recuerdo la primera vez que lo vi. Lo conocí en el 82. Desde la potencia de sus palabras hasta la forma de estar parado era diferente al resto. Era muy gracioso, no era alguien solemne.
La imagen que uno tiene de un guía espiritual no es la de Silo”, recordó Gustavo.
El 2 de enero de 2010 hizo su última aparición pública en Punta de Vacas. Padecía una severa insuficiencia renal pero rechazó los tratamientos de diálisis o un trasplante. Murió en septiembre de ese año, en su casa, rodeado de su familia.
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Transcripción de nota por Gabriel Gomez
www.ParqueCarcarana.org