Los argentinos prefieren comprar dólares o migrar dinero del país, antes que aprovechar el atractivo precio que tienen los activos locales.
por Salvador Di Stefano
Asesor Financiero de Empresas
salvadordistefano.com.ar
El riesgo país por las nubes. La Inversión extranjera directa dijo presente en octubre. Las acciones energéticas son mejor resguardo de valor que un bono. La locura manda, la oportunidad es ahora o nunca.
Los argentinos están huyendo del país, soldado que huye sirve para otra guerra dice el refrán popular, y la salida de fondos se potencia todos los meses. El riesgo país llego a los 710 puntos, y denota que los argentinos no desean conservar en su poder los bonos soberanos.
El 18 de octubre de 2017 el riesgo país alcanzaba el nivel más bajo de la administración de Mauricio Macri llegando a los 342 puntos, el nivel máximo lo alcanzo el 30 de agosto pasado cuando toco los 776 puntos. Claramente, en el último año el gobierno pulverizo la confianza de los inversores.
Es tan grande la desconfianza, que las acciones están subiendo en el mercado, y los bonos bajando. Esto implica que los inversores les creen más a los empresarios que al gobierno. Esta diferencia es más marcada, cuando comparamos empresas energéticas versus la evolución del riesgo país.
Un bono como el Bonar 2024, vale en el mercado U$S 95, el bono te devolverá en los próximos 6 años U$S 100 y te pagará una tasa del 8,75% anual. El bono tiene una tasa de retorno del 11,5% anual. Que luce elevadísima para un título de esta característica.
Para que lo veas en forma más fácil, invertís U$S 95, y en los pagos que realiza hasta el año 2024 recuperas U$S 126,26, esto implica una tasa del 33,0% anual en 5 años y medio.
El negocio es muy bueno, pero hay muchos inversores que venden el título ante el temor de que Argentina no pueda pagar la deuda, que en las próximas elecciones gane el Kirchnerismo o bien una crisis internacional profundice nuestra recesión.
Los inversores prefieren comprar dólares o billetes, o migrar sus inversiones al exterior. La formación de activos externos es informada por el Banco Central, en los primeros 10 meses del año 2017 sumaba U$S 17.484 millones, en los primeros 10 meses del año 2018 suma la friolera de U$S 25.959 millones, es un aumento del 48,5% anual.
Es cierto que, en este mar de pálidas, en el mes de octubre pasado vimos la mayor entrada de capitales bajo el concepto de Inversión Extranjera Directa, y sumo U$S 539 millones. No sabemos si es dinero que llego para financiar a empresas radicadas en el país, ante la fuerte suba de la tasa local, o es el inicio de un ingreso de capitales para inversión estratégica. En los últimos 12 meses ingresaron por este concepto U$S 2.427 millones.
En el exterior, el temor a una suba de tasas se hace cada vez más evidente, la Reserva Federal subirá la tasa de corto plazo en el mes de diciembre, y pasaría del 2,25% al 2,5% anual. Todavía no preocupa, pero si la suba continua durante todo 2019 podría llegar al 3,5% anual, y esto si impactaría en el mundo emergente.
La Argentina se ve afectada por una fuerte baja en los precios de las materias primas que comercializa con el mundo. La soja que llego a valer U$S 660, hoy apenas cotiza a U$S 320 la tonelada en Chicago. Con todas las retenciones que le impuso el gobierno, el precio de la soja para la próxima cosecha se ubica en apenas U$S 240 la tonelada. La dolarización de los insumos, la suba de fletes y la presión tributaria local dejan al productor sin margen de rentabilidad en muchas zonas del país.
Comenzamos a soñar con Vaca Muerta, todo parece indicar que nos guiara en el futuro inmediato, sin embargo, el precio del petróleo bajo de los U$S 87 a U$S 60 el barril. A pesar de la baja, las petroleras no bajan el precio de los combustibles.
En este contexto de malas noticias, el FMI aprobó el desembolso del segundo tramo de U$S 7.600 millones. Las reservas del Banco Central se ubican en los U$S 51.438 millones. La tasa de plazo fijo está bajando a niveles del 44% anual, y podría seguir descendiendo si el Banco Central baja más la tasa de las letras que hoy se ubica en el 61,25% anual, y podrían perforar el 60% a partir de diciembre.
En este contexto, el dólar parece controlado. Es tan grande la recesión, y elevado el premio que te pagan por tener pesos colocados a tasa de interés, que el dólar parecería que no tendrá un desenlace alcista. Sin embargo, en la medida que nos acerquemos a las elecciones presidenciales, el inversor argentino preferiría quedarse en moneda dura, la dolarización de carteras se aceleraría, y el tipo de cambio tendrá un recorrido alcista.
Conclusión
El mercado se siente defraudado del gobierno, en los últimos 12 meses la tasa de riesgo país alcanzo nuevos máximos, la fuga de dólares continúa, y las acciones defienden sus precios mejor que los bonos.
Los precios de las materias primas que exportamos no son atractivos, aunque en el año 2019 las cantidades producidas se incrementaran. El PBI puede crecer por que se producen más cantidades, pero no confundir gordura con hinchazón, los agentes económicos no ganarán más dinero, el derrame te lo debo para otro año.
Los aumentos paritarios por venir van a copiar a la inflación, serán del 45% anual. El gobierno a partir de octubre volvió a incrementar los subsidios energéticos. Se congelo la emisión monetaria, pero los precios demoraran en desacelerarse. La recesión económica sigue, los comercios sienten el impacto, y desde mediados de agosto, hay menos actividad económica en la calle.
Se necesita recuperar la confianza perdida. Hace un año atrás, este mismo gobierno parecía que se quedaba hasta el año 2027. Hoy la imagen negativa del presidente es tan alta que está evaluando si será candidato. Ni tan lejos que te hieles, ni tan cerca que te quemes. No me parece que estemos peor que en el año 2015, tampoco vemos que la economía se recupere en el mes de febrero.
Antes de huir, mensuraría si los precios de los activos en Argentina no merecen darle una oportunidad. Creo que hay mucho para ganar en el país, pero la locura manda. Las oportunidades perdidas luego se lamentan, pensar bien si este no es el mejor momento de comprar propiedades, acciones o bonos con alta rentabilidad. Es ahora o nunca, argentina siempre sale de las crisis.