Papa Francisco les entregó un documento a los 34 obispos sudamericanos durante sus reuniones, quienes hoy dejaron su renuncia a disponibilidad del sumo pontífice
El viernes 18 de mayo se dio a conocer la presentación de renuncia solicitada por 34 obispos chilenos que sostuvieron reuniones con el papa Francisco desde el martes 15 hasta el jueves 17 de mayo en el Vaticano.
Al mismo tiempo, trascendió un documento que el sumo pontífice les habría entregado a sus visitantes al momento de su llegada: «Creer que solo la remoción de las personas, sin más, generaría la salud del cuerpo es una gran falacia. No hay duda que ayudaría y es necesario hacerlo, pero repito, no alcanza, ya que este pensamiento nos dispersaría de la responsabilidad y la participación que nos corresponde dentro del cuerpo eclesial», expresa el texto presentado por T13.
Los encuentros en la Santa Sede surgieron a partir de la polémica generada por históricos casos de abusos sexuales que giran en torno a la Iglesia chilena. Puntualmente, los delitos del sacerdote Fernando Karadima, cometidos entre 1980 y 1995, siguen causando tensión en la sociedad del Cono Sur porque varios miembros del clero están señalados como presuntos encubridores de la pedofilia, principalmente el obispo de la ciudad de Osorno, Juan Barros. Cuando Francisco visitó Chile en enero, recibió duras críticas por no condenar estos actos.
En el reciente escrito, el máximo referente de la Iglesia católica expresó que «las dolorosas situaciones acontecidas son indicadores de que algo en el cuerpo eclesial está mal». Asimismo, opinó que «confesar el pecado es necesario, buscar remediarlo es urgente y conocer las raíces del mismo es sabiduría para el presente-futuro».
Además, se refirió concretamente a los casos de pedofilia en Chile, asegurando que «su pecado se volvió el centro de atención». En ese aspecto, resalta: «La dolorosa y vergonzosa constatación de abusos sexuales a menores, de abusos de poder y de conciencia por parte de ministros de la Iglesia, así como la forma en que estas situaciones han sido abordadas, deja en evidencia este ‘cambio de centro eclesial'». Por otro lado, hizo hincapié en que es necesario investigar las raíces estructurales que permitieron cometer estos delitos.
Francisco siente «vergüenza»
El excardenal Bergoglio también expuso algunos resultados de un informe elaborado por enviados especiales a Chile, quienes evidenciaron que varios religiosos «expulsados por su inmoralidad» habrían sido acogidos por otras diócesis: «Se les habrían confiado cargos diocesanos o parroquiales que implican un contacto cotidiano y directo con menores de edad», alerta el argentino.
Asimismo, criticó los procedimientos de la Iglesia chilena para tratar estos delicados asuntos: «No en pocos casos las denuncias han sido calificadas muy superficialmente como inverosímiles, lo que eran graves indicios de un efectivo delito».
Para finalizar, aseguró sentir «vergüenza por las presiones ejercidas sobre aquellos que debían llevar adelante la instrucción de los procesos penales o incluso la destrucción de documentos comprometedores por parte de encargados de archivos eclesiásticos».
Por lo pronto, resta saber si el líder de la Iglesia católica aceptará las renuncias de todos los obispos con los cuales sostuvo las últimas reuniones.