
¿Por qué cuesta tanto desconectar?
Una videollamada nos conecta con otra ciudad en segundos. Un mail laboral puede llegar mientras estamos cenando. Y una notificación de grupo nos despierta antes que el despertador. ¿Esto es normal? ¿Debemos acostumbrarnos a vivir así? ¿Qué efectos nos provoca?
Conectividad constante: ¿comodidad o carga invisible?
La tecnología nos facilita la vida, sí. Pero también nos mantiene en una especie de estado de “alerta permanente”. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud, la exposición constante a estímulos digitales puede aumentar los niveles de ansiedad, afectar el sueño y generar una sensación de agotamiento mental que no siempre sabemos de dónde viene.
Además, la línea entre el tiempo laboral y personal se desdibuja. ¿Cuántas veces respondiste un mail de trabajo fuera de horario? ¿Cuántas veces sentiste que si no contestás rápido un mensaje, estás fallando?

El mito de la disponibilidad total
Estar siempre conectados genera la falsa idea de que siempre debemos estar disponibles. Pero no estar disponibles no significa desinterés, ni falta de compromiso. Significa respeto por los propios tiempos, por la atención plena, por el descanso, por el derecho a desconectarse sin culpa.
En muchos casos, la presión de responder de inmediato es autoimpuesta. Se mezcla con el miedo a perderse algo (el famoso FOMO, “fear of missing out”) o a no estar “a la altura” de lo que otros esperan.
¿Cómo empezar a poner límites?
No se trata de apagar el celular e irse a vivir al campo. Se trata de tomar decisiones pequeñas, sostenidas y realistas. Algunas ideas:
- Horarios de descanso digital: elegir al menos una franja del día sin pantallas (por ejemplo, la primera hora al despertar o la última antes de dormir).
- Respuestas diferidas: no todo requiere una respuesta inmediata. Aprender a priorizar.
- Notificaciones inteligentes: silenciar grupos o apps que no aportan valor real.
- Espacios sin celular: como las comidas o las reuniones cara a cara.
- Comunicar límites: con respeto, decir “te respondo mañana” también es saludable.
¿Por qué cuesta tanto desconectar? | Vida y Salud.
Nota original: vidaysalud.com