Tras 10 años al frente del PCCh, Xi Jinping, de 69 años, volvió a presentarse ante los periodistas como máximo dirigente del Partido y prometió dirigir el país hacia la revitalización nacional a través de una vía china de modernización.
«Debemos tener en cuenta la naturaleza y el propósito del PCCh, así como nuestra propia misión y responsabilidad, y trabajar con diligencia en el cumplimiento de nuestro deber, para demostrar que somos dignos de la gran confianza del Partido y de nuestro pueblo», afirmó Xi el domingo, mientras conducía a sus colegas al encuentro con la prensa, recién llegado de una sesión plenaria del Partido que lo eligió secretario general del Comité Central del PCCh.
BEIJING, 25 Octubre 2022. Noticias Xinhua
En 2012, después de que fuera elegido como secretario general del Comité Central del PCCh, Xi manifestó que él y sus compañeros conducirían al PCCh a esforzarse por la revitalización nacional, buscar una vida mejor para el pueblo y abordar los problemas dentro del Partido.
China, bajo su liderazgo durante la última década, ha asistido a cambios históricos, duplicando su economía hasta alcanzar 114 billones de yuanes (16 billones de dólares), erradicando la pobreza absoluta y materializando la prosperidad moderada de los 1.400 millones de habitantes del país.
También fue una década de severos desafíos. La pandemia de COVID-19, la guerra comercial de Estados Unidos y la presión a la baja de la economía plantearon amenazas para el desarrollo de China y probaron la fuerza de Xi y del Partido que encabeza.
Tras lograr transformaciones históricas e iniciar una «nueva era» para el socialismo con peculiaridades chinas, Xi es considerado el timonel capaz de orientar al país para superar las dificultades y buscar su plena modernización.
Stephen Perry, presidente del 48 Group Club de Reino Unido, aseguró que todo lo que ha visto en el presidente Xi le indica que su motivación es el pueblo de China, lo que resulta muy importante para el desarrollo del país en su fase actual.
Robert Kuhn, académico estadounidense y autor del libro «Cómo piensan los líderes chinos (How China’s Leaders Think)», apuntó que Xi tiene un entendimiento objetivo y exhaustivo de la situación actual de China, así como un pensamiento detallado y racional sobre su futuro.
HIJO DE LA MESETA DE LOESS
Xi Jinping nació en junio de 1953 en una familia revolucionaria. Su padre, Xi Zhongxun, fue un líder venerado del PCCh. Al describirlo como «alguien que se dedicó incondicionalmente al pueblo chino», Xi afirmó que obtuvo una gran inspiración de su padre y se comprometió a seguir sus pasos.
Con apenas 15 años de edad, como un «jóven educado», Xi partió de Beijing rumbo a la aldea Liangjiahe en la parte árida de la provincia noroccidental de Shaanxi, llevando con él una pequeña bolsa de costura, que tenía inscrita los caracteres chinos «corazón de mamá» bordados por su madre, Qi Xin.
Xi pasaría siete años en el campo, trabajando y viviendo junto a los campesinos. Se calificó a sí mismo como un campesino al recordar sus años en Liangjiahe. Estaba separado de su familia, dormía en viviendas tipo cueva, sufría de picaduras de pulgas y trabajaba duramente como los aldeanos para atender los cultivos, rebañar ovejas, llevar el abono y transportar el carbón.
Allí se unió al PCCh y luego se convirtió en jefe del Partido de Liangjiahe, dando inicio a su carrera política. Xi recordó que su deseo más sincero en aquel entonces era que los aldeanos «tuvieran carne en sus platos y la tuvieran con frecuencia». Los condujo a cavar pozos, construir diques, hacer terrazas en las colinas y establecer el primer pozo de generación de metano de la provincia.
Esta experiencia significó mucho para Xi y a menudo se ha referido a ella, incluso después de convertirse en el máximo líder del país. Durante una visita de Estado a Costa Rica en 2013, visitó la casa de una familia campesina y habló de su experiencia en el campo.
«Muy difícilmente, un presidente se refiere con tanta emoción, con tanto orgullo, de ser campesino. Algunos presidentes obvian esa parte. Él no, él lo rescata», destacó Alberto Zamora, cuya familia posee la plantación de café que visitó Xi.
Xi manifestó que obtuvo su entendimiento de qué significaba la palabra «pueblo» a través de su experiencia en Liangjiahe y reforzó su determinación para servir a la gente, a lo cual se ha adherido durante toda su carrera política.
A finales de la década de los años 70, después de graduarse de la Universidad Tsinghua, Xi trabajó como secretario del ministro de Defensa. En 1982, se ofreció a trabajar en el nivel de base y se trasladó a Zhengding, un distrito empobrecido en la provincia norteña de Hebei. Su esposa, Peng Liyuan, recordó después que muchos de los compañeros de clase de Xi fueron al extranjero y él pudo haber hecho lo mismo. Pero Xi se quedó y seleccionó un camino más duro: convertirse en un servidor del pueblo.
En sus tres años en Zhengding, donde se desempeñó como jefe adjunto del Partido y luego jefe del Partido, Xi montó bicicletas en todas las comunas y equipos de producción del distrito para examinar el trabajo. A veces llegaba cuando los aldeanos estaban cultivando sus campos y se incorporaba a las labores agrícolas.
Luego pasó más de 17 años en la provincia de Fujian y casi cinco años en la de Zhejiang. Desempeñó múltiples papeles en ambas provincias costeras, incluyendo vicealcalde, jefe del Partido de prefectura, gobernador provincial y jefe de Partido provincial. En 2007, trabajó en Shanghai como jefe del Partido antes de ascender al Comité Permanente del Buró Político del Comité Central del PCCh.
Xi mantuvo vínculos estrechos con el pueblo dondequiera que trabajó, incluso después de ser promovido a los máximos puestos del Partido. Xi ha convertido en una tradición visitar casas de personas comunes en vísperas de cada Fiesta de la Primavera. Su experiencia durante los años tempranos de hambre y trabajo duro en los campos puede ayudar a explicar por qué Xi observa la cocina, el baño y el sótano en las casas de las personas. También mantuvo la costumbre de intercambiar la correspondencia con la gente. Entre las personas que han recibido misivas de Xi se cuentan campesinos, empresarios, alumnos, miembros de grupos artísticos de pastizales y soldados que salvaguardan las fronteras.
En 2013, Xi inició una campaña de «alivio focalizado de la pobreza» y elaboró planes para su implementación. En total, más de 255.000 equipos de trabajo y más de tres millones de cuadros fueron enviados al campo para ayudar a los aldeanos a erradicar la pobreza casa por casa. Unos 100 millones de personas han salido de la pobreza extrema en la última década.
Estar junto al pueblo contra viento y marea ha fortalecido su convicción: luchar por la felicidad del pueblo y la revitalización de la nación. En la última década, Xi lanzó cinco campañas de educación en el Partido para recordar a los miembros del PCCh su aspiración original y la misión fundacional del Partido.
Xi está muy familiarizado con la difícil situación de la nación después de las Guerras del Opio, ocasionadas por los colonizadores occidentales en el siglo XIX. En 2018, visitó las ruinas de una fortaleza de cañones en la isla Liugong en la provincia oriental de Shandong. Hace más de un siglo, la isla presenció la derrota aplastante de la primera marina moderna de China en la Primera Guerra Sino-Japonesa. Xi se detuvo para reflexionar en las ruinas y, en el museo sobre la guerra, leyó en voz alta un poema patriótico que deplora la invasión extranjera de aquel entonces.
Como el primer jefe del PCCh nacido tras la fundación de la República Popular China en 1949, Xi compartió el orgullo sobre una serie de éxitos que mostraron que «el pueblo chino se ha levantado»: la victoria en la Guerra de Resistencia contra la Agresión de Estados Unidos y Ayuda a Corea, el establecimiento de un sistema industrial relativamente completo, y la fabricación de bombas nucleares y satélites, entre otros. Elogió estos logros. «Solo el socialismo puede salvar a China; solo el socialismo puede desarrollar a China», dijo.
Tras el inicio de la reforma y apertura, Xi tuvo gran pasión por esta causa y se dedicó a ella. Desde las regiones del interior relativamente pobres hasta la próspera costa oriental del país, Xi tomó la delantera en el fortalecimiento del comercio exterior y la inversión, así como en el desarrollo común de las empresas tanto públicas como privadas. Como líder máximo del Partido, Xi convocó una importante reunión de empresas privadas. Indicó que las empresas privadas y los empresarios privados son «nuestro propio pueblo». También manifestó que el sector privado de China no se puede debilitar, sino que se debe reforzar.
Xi es reconocido por sus compañeros, a nivel local y central, como un buen planificador a largo plazo.
En 2020, su planificación estratégica se manifestó en la elaboración del XIV Plan Quinquenal y los objetivos a largo plazo para el año 2035 del país. Con el fin de elaborar un buen plan, Xi presidió reuniones para escuchar los puntos de vista y opiniones de los expertos, hombres de negocios, científicos, cuadros de base, entre otros. Dio instrucciones para llevar a cabo la recopilación en línea de sugerencias. Los usuarios chinos de internet ofrecieron más de un millón de comentarios.
En la última década, la riqueza del pueblo chino aumentó establemente. En 2021, el ingreso disponible per cápita de los chinos alcanzó 35.128 yuanes, un incremento de casi un 80 por ciento respecto a 2012. La tasa de la brecha entre el ingreso urbano y rural se redujo a 2,5:1.
En palabras de Xi, todo lo que ha hecho es fundamentalmente para la mejora de la vida del pueblo. Una vez redactó en sus memorias, «Tenemos que amar al pueblo como amamos a nuestros padres, trabajar por su bienestar y permitirle vivir una vida mejor.» Después de convertirse en el secretario general, afirmó que «la aspiración del pueblo por una mejor vida es por lo que lucharemos».
En un encuentro con la prensa el domingo pasado, tras la primera sesión plenaria del XX Comité Central del PCCh, Xi afirmó que el pueblo «siempre nos cubrirá las espaldas y nos dará confianza» y el Partido siempre capeará el temporal con el pueblo y se mantendrá en contacto directo con él.
El Partido y el Gobierno tienen buenas calificaciones. Una encuesta de la Universidad Harvard muestra que la satisfacción de los ciudadanos chinos con el Gobierno se ha incrementado en todos los ámbitos, con las autoridades centrales recibiendo el nivel más alto de aprobación de un 93 por ciento. Una encuesta de Edelman también muestra que la confianza entre los ciudadanos chinos en su Gobierno alcanzó en 2021 un récord de un 91 por ciento, el nivel más alto en todo el mundo.
POR UNA CHINA FUERTE
Xi heredó la misión de lograr la modernidad de China que habían soñado y por la que habían luchado generaciones del pueblo chino.
En 2020, se detuvo ante una exposición en un museo de la provincia de Guangdong que mostraba un gran plan diseñado por Sun Yat-sen para modernizar China hace un siglo. Sun lideró con éxito la Revolución de 1911 para acabar con la última dinastía imperial de China y fundar una república, la cual, sin embargo, no duró. El gran plan no se materializó. «Solo nosotros los comunistas chinos podemos hacer que el (plan) suceda», dijo Xi ante la exhibición.
Según Xi, todos los esfuerzos de la nación liderados por el Partido durante el siglo han sido para convertir a China en un gran país moderno y hacer realidad el sueño chino de la revitalización nacional.
Hace diez años, cuando Xi ascendió al máximo puesto del Partido, China ya era la segunda economía más grande y el principal fabricante del mundo. Pero la economía enfrentaba una creciente presión a la baja y era inminente la necesidad de transformar la estructura económica. También era necesario resolver otros temas difíciles, como la corrupción, la contaminación y la brecha de ingresos entre los ricos y los pobres, todo lo cual planteaba graves desafíos para el Partido.
Todos los ojos estaban puestos en Xi. El pueblo esperaba que él trajera cambios reales. Y los cambios debían comenzar desde el propio Partido. Xi dijo que «se necesita un buen herrero para forjar un buen acero», y pidió la autorreforma del Partido y un autogobierno «pleno y riguroso». Desató la mayor campaña anticorrupción en la historia del Partido. Xi aseguró: «Debemos hacer las cosas que deben hacerse… Si permitimos que unos pocos cientos de funcionarios corruptos se escapen, decepcionaremos a los 1.300 (la población de ese entonces) millones de chinos «.
Entre los funcionarios corruptos removidos durante la última década se incluyen «tigres» como Zhou Yongkang, Bo Xilai, Guo Boxiong, Xu Caihou, Sun Zhengcai y Ling Jihua, así como varios altos funcionarios de departamentos del Gobierno central, empresas estatales y provincias. También hay numerosos cuadros en posiciones mucho más bajas en la jerarquía del Gobierno.
A principios de 2022, Xi declaró que se había logrado una victoria abrumadora en la lucha contra la corrupción, y esto se ha consolidado en todos los ámbitos. Pero advirtió a los cuadros del Partido que deben ser sobrios y conscientes de que la campaña anticorrupción nunca terminará.
Xi quiere asegurarse de que los más de 96 millones de miembros del PCCh y las 4,9 millones de organizaciones de nivel primario mantengan su pureza y fortaleza. Considera que el liderazgo general del Partido es la clave para convertir a China en un gran país socialista moderno. El Partido debe «ser la fuerte columna vertebral en la que el pueblo chino pueda apoyarse en todo momento», dijo.
En repetidas ocasiones, Xi ha llamado a los cuadros del Partido a aprender del colapso de la Unión Soviética y ha reiterado la importancia de tener convicciones firmes en el comunismo y fortalecer la disciplina del Partido. Xi dirigió la formulación de la revolucionaria decisión de ocho puntos sobre la mejora de la conducta laboral. Ordenó a los principales funcionarios que informaran periódicamente sobre sus asuntos personales y familiares, como el estado civil, las finanzas personales y la participación comercial. Entre 2015 y 2021, el Partido reguló la participación empresarial de los cónyuges, los hijos y los cónyuges de los hijos de más de 4.700 funcionarios.
Xi encabezó los esfuerzos para promulgar y revisar una serie de reglamentos del Partido, mejorar el mecanismo para realizar inspecciones disciplinarias y establecer la Comisión Nacional de Supervisión, que pone bajo escrutinio a todos los que ocupan cargos públicos.
Los observadores señalan que Xi ha jugado un papel clave en la remodelación del PCCh. Liu Jingbei, profesor de la Academia de Liderazgo Ejecutivo de China en Pudong, dijo que Xi fortaleció aún más la unidad en el pensamiento, la orientación política y la acción de los miembros del Partido. Asimismo, revirtió la tendencia de que la dirección del Partido se estaba debilitando y marginando en algunos lugares y departamentos.
Xi pidió a la ciudadanía que respete y aprenda de los héroes. Se promulgó una ley nacional sobre el respeto a los héroes. Se estableció un sólido sistema de concesión de premios y distinciones. Xi también presentó un conjunto de valores socialistas centrales, cuya esencia, según él, es el patriotismo.
Xi ha fomentado el concepto «democracia popular de proceso entero», pidiendo mayores esfuerzos para desarrollar la democracia socialista. Dijo que la democracia es un instrumento para abordar los problemas que preocupan al pueblo. Si el pueblo solo se despierta en el momento de la elección, pero después entra en hibernación, entonces este tipo de democracia es una mera formalidad.
La gobernanza basada en la ley en todos los campos que impulsa Xi es considerada una profunda revolución en la gobernanza. El Estado de derecho para el país, el Gobierno y la sociedad debe estar integralmente establecido para 2035, según Xi. Es el primer presidente chino en jurar lealtad ante la Constitución del país. Xi ratificó que la Constitución goza de un estatus legal, una autoridad y una fuerza supremos.
En la última década, la legislatura nacional de China adoptó 70 leyes y revisó otras 238. Muchas de las legislaciones son innovadoras, incluyendo el Código Civil, adoptado en 2020, y la Ley de Inversión Extranjera, adoptada en 2019, que es la ley básica que rige la Inversión Extranjera Directa (IED) en el país y promueve la liberalización y facilitación de alto nivel de la inversión extranjera.
Estos esfuerzos han ayudado a crear condiciones más favorables para el desarrollo. Xi planteó la noción de «nueva normalidad» económica. Apuntó que la reforma de China ha entrado en aguas profundas.
Xi preside personalmente una serie de comisiones centrales para fortalecer el liderazgo del Partido sobre el trabajo económico, así como la reforma y apertura. Dirigió los esfuerzos para racionalizar el Gobierno y reducir los impuestos y las tarifas para las empresas.
Desde la tercera sesión plenaria del XVIII Comité Central del PCCh en 2013, más de 2.000 planes de reforma han sido implementados, abarcando casi todos los aspectos de las empresas económicas, políticas, culturales y sociales, así como la vida cotidiana de las personas.
Xi ha presentado una nueva concepción que promueve un desarrollo innovador, coordinado, verde, abierto e inclusivo para todos. Peter Koenig, ex economista sénior del Banco Mundial, dijo que la nueva concepción del desarrollo es probablemente el núcleo de lo que se ha denominado «Xiconomics». «Esto es muy típico y creo que describe bien lo que está sucediendo ahora en la economía china», afirmó.
Xi Jinping visita un taller de la Corporación de Robot y Automatización Siasun en Shenyang, en la provincia nororiental china de Liaoning, el 17 de agosto de 2022. (Xinhua/Ju Peng)
Xi acude con frecuencia a empresas, fábricas, tiendas y puestos para tomar el pulso a la actividad económica. En una visita al taller de un fabricante de automóviles, se subió a un sedán fabricado en China para tener una experiencia de primera mano. Si China quiere pasar de ser un gran país fabricante de automóviles a uno fuerte, necesita desarrollar automóviles de nueva energía, dijo, y pidió que el sector de vehículos eléctricos fuera un nuevo punto de crecimiento.
Pero no fueron solo las grandes empresas las que llamaron la atención de Xi. También discutió con aldeanos la venta de su jamón y licor, entró en talleres comunitarios, visitó plataformas de transmisión en vivo y se hizo presente en puestos de comida al borde de la carretera.
Bajo su liderazgo, China ha consolidado su posición como la segunda economía más grande del mundo. En la última década, la participación del PIB de China en la economía global creció del 11,3 al 18,5 por ciento. En promedio, la economía china contribuyó con más del 30 por ciento del crecimiento económico mundial en los últimos años. Fue la primera gran economía en registrar crecimiento después de que la pandemia de COVID-19 causara estragos en todo el mundo.
En 2021, el comercio exterior de China superó los seis billones de dólares. Su comercio con Estados Unidos creció casi un 30 por ciento y ascendió a 755.600 millones de dólares. Según una encuesta de 2022, realizada por la Cámara de Comercio de Estados Unidos en China, el 66 por ciento de los encuestados dijo que sus empresas planean aumentar la inversión en China este año. China se mantiene entre los tres principales destinos de inversión global para alrededor del 60 por ciento de las empresas miembros.
Haciendo hincapié en un enfoque del desarrollo centrado en las personas, Xi implementó una serie de políticas que brindan beneficios tangibles al pueblo. China ha establecido el sistema de seguridad social más grande del mundo, con 1.040 millones de personas cubiertas por un seguro básico de vejez y el 95 por ciento de la población por un seguro médico básico. El gasto fiscal en educación representó más del cuatro por ciento del PIB durante diez años seguidos. China también introdujo la política de los tres hijos y puso en marcha medidas para reducir la carga de tareas y tutorías después de la escuela para los estudiantes.
Xi ha puesto la prosperidad común en la agenda. Dijo que este es el requisito esencial del socialismo. El impulso de la prosperidad común llevado adelante por Xi tiene como objetivo reducir la brecha entre ricos y pobres, abordar la disparidad regional e industrial y mejorar tanto la vida material como ético-cultural de las personas, logrando así un desarrollo equilibrado y la igualdad social. Zhejiang, donde Xi se desempeñó anteriormente como jefe provincial del Partido, está designada como zona piloto para promover la prosperidad común. Las declaraciones sobre la «materialización gradual de la prosperidad común de todo el pueblo» fueron consagradas en los Estatutos del Partido en el recién concluido XX Congreso Nacional del PCCh.
En la última década, China ha sido testigo de mejoras holísticas e históricas en la protección del medio ambiente. Xi declaró en una reunión virtual de la ONU que China se esforzaría por alcanzar un máximo de emisiones de dióxido de carbono antes de 2030 y lograr la neutralidad de carbono antes de 2060. Dio instrucciones para imponer una prohibición de pesca de diez años en el río Yangtse. Cada afluente en China ahora también tiene un jefe de río, a cargo de su protección ecológica. Especies en peligro de extinción como los pandas, los antílopes tibetanos y los leopardos de las nieves han regresado luego de estar al borde de la extinción gracias a la mejora de los esfuerzos de conservación.
Durante algún tiempo, la contaminación del aire fue realmente mala en Beijing. Xi afirmó una vez que lo primero que hacía por la mañana era verificar la calidad del aire de Beijing. Dirigió a la nación a participar en una lucha sin precedentes contra la contaminación, en particular la contaminación del aire, el agua y el suelo. Años de esfuerzos tenaces dieron sus frutos. La calidad del aire ha mejorado significativamente en Beijing, como en otras partes del país. Un informe del Instituto de Política Energética de la Universidad de Chicago señaló que la densidad de partículas dañinas en el aire en China cayó un 40 por ciento entre 2013 y 2020. Si se mantiene, esto agregaría alrededor de dos años a la esperanza de vida promedio de los ciudadanos chinos, de acuerdo con el informe.
Xi coloca la innovación en ciencia y tecnología en el centro del desarrollo nacional general y emitió un llamado para construir una mayor fuerza científica y tecnológica.
Presidió sesiones de estudio grupales de la dirección del Partido e invitó a expertos a informarle a él y a sus colegas sobre inteligencia artificial, macrodatos, tecnología cuántica, cadenas de bloques, etc. Visitó sitios de lanzamiento de satélites, laboratorios de chips y talleres de trenes de alta velocidad para informarse acerca de los últimos desarrollos de ciencia y tecnología. «No se puede pedir, comprar o rogar por tecnologías centrales en campos clave a otros países. Deben mantenerse firmemente en nuestras propias manos», recalcó Xi.
La clasificación de China en el Índice de Innovación Global, publicado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, ha subido del puesto 34 en 2012 al puesto 11 en 2022. Entre 2012 y 2021, el gasto en investigación y desarrollo de China aumentó de un billón de yuanes a 2,8 billones de yuanes. Ahora ocupa el segundo lugar en el mundo.
Xi Jinping aborda el portaaviones Shandong y revisa a la guardia de honor en un puerto naval en Sanya, en la provincia sureña china de Hainan, el 17 de diciembre de 2019. (Xinhua/Li Gang)
Xi tiene estrechos vínculos con el ejército y conoce bien sus operaciones. Inició la trascendental reforma militar, con el fin de transformar el Ejército Popular de Liberación (EPL) en unas fuerzas armadas de clase mundial.
Xi reiteró el principio de que el Partido manda sobre las armas. Varios oficiales militares de alto rango fueron castigados por violar la disciplina del Partido y las leyes. Xi mejoró el sistema del presidente de la Comisión Militar Central (CMC) asumiendo la responsabilidad general. Se ha establecido una nueva estructura militar con la CMC ejerciendo el liderazgo general, los comandos de teatro responsables de las operaciones militares y los servicios centrados en el desarrollo de capacidades.
El EPL fue dirigido a centrarse en fortalecer su capacidad de combate. También ha mejorado los sistemas de comando y la capacidad para operaciones conjuntas, trabajando arduamente para abordar los «males en tiempos de paz».
Como máximo comandante, Xi pasó revista cinco veces a las fuerzas armadas en grandes desfiles, dos de los cuales se organizaron en el mar. Durante la última década, China presentó dos portaaviones de fabricación propia. Se encargó el avión de combate furtivo de quinta generación, J-20. El país también tomó la delantera en la investigación de armas hipersónicas. El ejército chino hoy tiene la determinación y la capacidad para salvaguardar la soberanía, la unificación y la integridad territorial de China, prestar apoyo estratégico a la revitalización nacional y hacer mayores contribuciones a la paz y el desarrollo mundiales, de acuerdo con Xi.
Los medios de comunicación describen a Xi como el líder que está haciendo fuerte a China. Señalan que ha dado solución a un gran número de problemas que llevaban mucho tiempo sin resolverse y ha conseguido muchos logros de gran importancia para el futuro. Las contribuciones de Xi son innovadoras y únicas, y ejercen una influencia global, apuntan.
En octubre de 2017, el pensamiento de Xi Jinping sobre el socialismo con peculiaridades chinas de la nueva era se estableció oficialmente como un principio rector en el XIX Congreso Nacional del PCCh. Este pensamiento fue consagrado en los Estatutos del PCCh y la Constitución de China.
David Ferguson, quien editó la traducción al inglés de cuatro volúmenes del texto «Xi Jinping: La gobernanza de China», apuntó que el alivio de la pobreza, la Franja y la Ruta y la limpieza ambiental encajan en el pensamiento de Xi y encajan en el nivel de base donde las ideas se convierten en acción, impulsando cambios históricos durante la última década.
En 2016, la posición central de Xi en el Comité Central del Partido y en todo el Partido se estableció en la sexta sesión plenaria del XVIII Comité Central del PCCh.
«Para mí, esto significa responsabilidad», afirmó Xi, comprometiéndose a dedicar todo su tiempo y energía al trabajo para poder estar a la altura de la confianza que el Partido y el pueblo depositan en él.
En 2021, la tercera resolución histórica del Partido dice que la posición central de Xi y el papel rector del pensamiento de Xi son de importancia decisiva para impulsar el proceso histórico de revitalización nacional.
Una resolución adoptada en el XX Congreso Nacional del PCCh sostiene que el establecimiento de la posición central de Xi y el papel orientador del pensamiento de Xi han permitido al Partido resolver con éxito los agudos problemas y desafíos que socavan su gobernabilidad a largo plazo, la seguridad y estabilidad del país y el bienestar del pueblo, eliminar los graves peligros ocultos en el Partido, el país y el ejército y, en última instancia, situar el rejuvenecimiento de la nación china en un curso histórico irreversible.
Los teóricos coinciden en que Xi ha proporcionado respuestas a las preguntas de China, del mundo, del pueblo y de los tiempos. Además, ha elaborado el plan para el desarrollo de China, y su pensamiento se considera un nuevo avance en la adaptación del marxismo al contexto chino y a las necesidades de la época.
Volker Tschapke, presidente honorario de la Sociedad Prusiana en Alemania, refirió que el pensamiento de Xi es «fascinante». Xi está conduciendo a China hacia la modernidad, algo que es muy diferente del modelo occidental, dijo Tschapke, y agregó que la gente algún día se dará cuenta de que el camino de China llevará a la humanidad a un futuro mejor.
UN HOMBRE FUERTE CON UN CORAZÓN TIERNO
Xi cuenta con un sólido historial como gestor de crisis. Curtido en la batalla durante años de lidiar con situaciones difíciles, tiene la experiencia, el coraje y la tenacidad necesarios para superar las pruebas y desafíos que enfrenta China en la actualidad.
Durante su trabajo en las regiones costeras de Fujian, Zhejiang y Shanghai, Xi dirigió los esfuerzos locales de respuesta ante multiples tifones de gran intensidad. En esos momentos, pasó casi todas las noches supervisando la evacuación a fin de minimizar las bajas y pérdidas.
Durante su mandato como vicepresidente de China, Xi supervisó los preparativos para los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Beijing 2008, que se llevaron a cabo bajo una tremenda presión en un año eclipsado por el devastador terremoto de Wenchuan y los disturbios en Lhasa. Sin embargo, los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 son recordados como uno de los mejores Juegos Olímpicos de la historia. Cerca de 14 años más tarde, bajo el liderazgo de Xi, a pesar de la epidemia de COVID-19 y el llamado «boicot diplomático» de algunos países occidentales, China ofreció al mundo una Olimpiada de Invierno simplificada, segura y maravillosa.
Xi considera que China enfrenta más desafíos e incertidumbres en la nueva era. «Debemos prepararnos para una gran lucha con muchas nuevas características históricas». Al supervisar la redacción del informe al XVIII Congreso Nacional del PCCh, Xi solicitó que esta declaración fuera incluida en el documento.
«Lograr la revitalización nacional no es una tarea fácil. Alcanzarla requerirá más que tocar tambores y gongs. La materialización de este gran sueño demanda una gran lucha. A medida que avancemos, las pruebas que enfrentaremos en el camino serán más complicadas, y debemos estar preparados para sortear olas inimaginables», advirtió Xi a los funcionarios.
En 2015, cuando Yemen se sumió en el caos, Xi ordenó a la Armada del EPL evacuar a cientos de ciudadanos chinos que habían quedado varados. Esto inspiró la «Operación del Mar Rojo», una exitosa película en taquilla que encendió el entusiasmo patriótico. También en 2015, Xi lideró una serie de esfuerzos de rescate para resolver la volatilidad del mercado de valores de China y evitar el riesgo sistémico.
Xi Jinping administra el juramento de cargo al jefe ejecutivo del sexto mandato del Gobierno de la Región Administrativa Especial de Hong Kong, John Lee, en el Centro de Convención y Exhibición de Hong Kong, en el sur de China, el 1 de julio de 2022. (Xinhua/Ju Peng)
En respuesta a la difícil situación en Hong Kong, Xi introdujo un paquete de medidas que incluía la implementación de la Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong y la mejora del sistema electoral de la Región Administrativa Especial de Hong Kong, con el fin de garantizar que el Gobierno central ejerza plena jurisdicción sobre Hong Kong y que la ciudad sea gobernada por patriotas. El orden en Hong Kong ha sido restaurado. Xi aseguró que no había razón alguna para cambiar una política tan buena como la de «un país con dos sistemas» y enfatizó en la importancia de adherirse a ella a largo plazo.
Xi se reunió con Ma Ying-jeou en Singapur en 2015, en la primera reunión de líderes de ambos lados del estrecho de Taiwan desde 1949. Después de que el Partido Progresista Democrático asumiera el cargo en Taiwan en 2016, las relaciones a través del Estrecho se deterioraron. Xi ha propuesto una serie de medidas, incluida la solución de «dos sistemas» a la cuestión de Taiwan, para «mantener la iniciativa y la capacidad de dirigir las relaciones a través del estrecho». Al respecto, afirmó: «Continuaremos luchando por la reunificación pacífica con la mayor sinceridad y nuestros mayores esfuerzos. Sin embargo, nunca prometeremos renunciar al uso de la fuerza. Nos reservamos la opción de tomar todas las medidas necesarias».
En agosto de 2022, haciendo caso omiso de la severa advertencia de China, la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, siguió adelante con su visita a Taiwan, causando una escalada de tensiones a través del estrecho de Taiwan. El EPL llevó a cabo ejercicios conjuntos de entrenamiento de combate de una escala sin precedentes alrededor de la isla, disuadiendo efectivamente a las fuerzas separatistas de la «independencia de Taiwan» y la interferencia extranjera. El principio de una sola China se ha convertido en un consenso internacional más predominante.
Xi a menudo se queda trabajando hasta tarde. Sin embargo, solo ha hablado públicamente sobre una ocasión en la que tuvo una noche de desvelo.
En vísperas del Año Nuevo Lunar de 2020, con la epidemia de COVID-19 nublando las festividades, Xi pasó una noche sin dormir. Al día siguiente, convocó una reunión de liderazgo del Partido para discutir la respuesta del Estado. Antes de la reunión, Xi tomó una decisión importante para fortalecer las restricciones al flujo de personas y los canales de salida en la provincia central de Hubei y en Wuhan, la ciudad capital.
El 10 de marzo de 2020, Xi llegó a Wuhan para inspeccionar la prevención y el control de la COVID-19 en la primera línea. En un hospital dedicado al tratamiento del nuevo coronavirus, habló con un paciente a través de un enlace de vídeo, expresándole ánimos.
Foto combinada muestra a Xi Jinping saludando a los residentes que están en cuarentena en casa en una comunidad de Wuhan, en la provincia central china de Hubei, el 10 de marzo de 2020. Xinhua/Xie Huanchi)
Xi comparó la respuesta de China a la epidemia de COVID-19 con la de una guerra. Bajo su mando, China lideró el mundo para controlar la COVID-19 y reiniciar el trabajo y la producción. Después de que el severo brote en Wuhan y Hubei fuera controlado, Xi lideró a China en la implementación de una política dinámica de cero COVID para mantener las tasas de infección y mortalidad a un nivel extremadamente bajo en China a causa de la enfermedad.
En vista de la enorme población de China, las consecuencias serían inimaginables si el país adoptara políticas de prevención y control como la «inmunidad del rebaño» o de no intervención, destacó Xi.
«Preferiríamos sufrir pérdidas temporales en el desarrollo económico que dañar la vida y la salud de las personas, particularmente de los ancianos y los niños. A juzgar por los efectos en todos los aspectos, nuestras medidas de respuesta a la COVID-19 son las más económicas y efectivas «, afirmó.
El manejo de las relaciones entre China y Estados Unidos ha sido una de las prioridades de Xi en la última década. Cuando Estados Unidos lanzó su guerra comercial contra China, Xi diseñó una estrategia basada en que China no quería una guerra comercial, pero no tenía miedo a una y, de ser necesario, la combatiría.
En sus reuniones con el entonces presidente estadounidense, Donald Trump, y el actual presidente del país norteamericano, Joe Biden, Xi ha destacado que China y Estados Unidos no deberían caer en la llamada trampa de los conflictos y las confrontaciones, y que la cooperación es la mejor opción para ambos países. Xi manifestó que los dos países deberían mantener el respecto mutuo, la coexistencia pacífica y la cooperación de ganar-ganar. También instó a Estados Unidos a respetar los intereses esenciales de China y actuar con prudencia.
Xi dijo que, enfrentada a la supresión externa, China debe «comprometerse a hacer bien sus propios asuntos». Bajo su liderazgo, el país ha impulsado constantemente la reforma y apertura, ha tomado contramedidas recíprocas y ha promovido el multilateralismo y la globalización económica en el ámbito internacional.
Durante su visita a Italia en 2019, cuando se le preguntó acerca de sus sentimientos como presidente de China, Xi dijo al entonces presidente de la Cámara de Representantes italiana, Roberto Fico, que gobernar un país tan grande requería un fuerte sentido de responsabilidad y trabajo duro.
«Estoy dispuesto a ser abnegado y dedicarme al desarrollo de China», afirmó Xi. «No decepcionaré al pueblo».
Además de ser un hombre fuerte que enfrenta desafíos y crisis, Xi también tiene un lado tierno. Escribió una carta de respuesta al pueblo estadounidense, incluyendo los jóvenes estudiantes. En la misiva, plasmó su esperanza de que los estudiantes se convirtieran en jóvenes embajadores de la amistad entre los pueblos de China y Estados Unidos.
Xi está abierto a diversas opiniones e incluso críticas. Durante su mandato como jefe del Partido a nivel de distrito, recibió una carta de un joven que criticó la labor de la localidad en el impulso de la producción de bienes comerciales. En lugar de ofenderse por las críticas, vio el talento del joven y decidió enviar a representantes a entrevistarlo para encontrarle un trabajo potencial. Como máximo líder del Partido, Xi también ha hecho hincapié en que las críticas y las objeciones están permitidas en las discusiones dentro del Partido y en el proceso de toma de decisiones.
A Xi le gusta entablar amistad con intelectuales, escritores y artistas. Cuando era funcionario de un distrito en Hebei, disfrutó de muchas conversaciones inspiradoras con el escritor Jia Dashan. A veces, ambos se reunían en el despacho de Xi y hablaban hasta bien entrada la noche, descubriendo luego que habían quedado confinados en el recinto. Xi ha descrito a los intelectuales como «valiosos activos del país», ha intercambiado cartas con profesores y artistas y ha interactuado con intelectuales durante sus visitas a las universidades.
Xi es un fanático de los deportes. Le gustan el fútbol, el hockey sobre hielo, el boxeo y la natación. A menudo se toma tiempo para nadar en su apretada agenda. Usa los deportes para aprender cómo lidiar con los desafíos. «Las competiciones deportivas, especialmente los partidos de fútbol, son fascinantes debido a su impredecibilidad», destacó Xi. Al igual que los atletas se enfocan en la cooperación durante los grandes partidos de fútbol, debemos centrarnos más en la cooperación que en las habilidades individuales, dijo una vez Xi a cuadros encargados del trabajo económico.
Xi Jinping pronuncia un importante discurso en una reunión conmemorativa con motivo del 50° aniversario de la recuperación del escaño legítimo de la República Popular China en la ONU, en Beijing, el 25 de octubre de 2021. (Xinhua/Li Xueren)
ESFORZÁNDOSE POR UN MUNDO MEJOR
De joven, Xi ya estaba fascinado por la rica diversidad del mundo. En la zona rural de Shaanxi, devoraba los clásicos literarios del mundo, como Fausto y las obras de William Shakespeare. Leyó El Capital tres veces; sus reflexiones sobre la obra llenaron 18 cuadernos. «El marxismo, aunque es amplio y profundo, puede resumirse en una frase: la búsqueda de la emancipación de la humanidad», observó más tarde.
Sus primeras reflexiones sobre el mundo y la humanidad han contribuido a «una comunidad de destino de la humanidad», una visión que Xi planteó en 2013.
«La humanidad, al vivir en la misma aldea global en la misma era donde se encuentran la historia y la realidad, ha surgido cada vez más como una comunidad de destino común en la que cada uno tiene en sí mismo un poco de los demás», señaló.
Xi aprecia la diversidad de la civilización humana. «No habrá civilización humana sin diversidad», aseguró.
El PCCh tiene en cuenta el futuro de la humanidad, y debe contribuir al progreso humano y la armonía mundial, añadió.
En 1979, Xi viajó a los países nórdicos como parte de la delegación de un viceprimer ministro. En Noruega, quedó impresionado por el sistema de bienestar social.
En 1985, Xi, entonces un funcionario de nivel de distrito, viajó como parte de una delegación china a Estados Unidos en una visita de investigación agrícola. Se alojó en una casa de familia en el área rural de Iowa, durmiendo en la habitación del hijo de su familia anfitriona, quien en ese momento estaba en la universidad. La habitación estaba decorada con novedades como figuras de acción de «Star Trek».
Al recordar este viaje a Estados Unidos hace casi tres décadas, Xi dijo que los pueblos chino y estadounidense tienen muchas cosas en común y pueden convertirse en buenos amigos y socios para una cooperación de beneficio mutuo.
Xi ha visitado Estados Unidos en ocho ocasiones. Fue el primer líder chino que presenció un partido de la NBA en un estadio estadounidense. Cuando visitó Cuba, hizo una visita especial al rompeolas en Cojímar donde Hemingway escribió «El viejo y el mar», y pasó por el bar que el autor frecuentaba para pedir un mojito. Dijo que quería sentir por sí mismo lo que estaba en la mente del escritor estadounidense y cómo era el lugar cuando escribió esos relatos.
Xi y el presidente ruso, Vladimir Putin, han sostenido alrededor de 40 reuniones desde 2013, trazando el rumbo de los lazos bilaterales. China y Rusia han forjado una asociación estratégica integral de coordinación para una nueva era. El comercio bilateral ha aumentado de 88.100 millones de dólares en 2012 a 146.800 millones de dólares en 2021. Ambos países han cooperado en importantes proyectos energéticos, como la ruta oriental del gasoducto China-Rusia. También han puesto en marcha la colaboración en áreas fronterizas como la Estación Internacional de Investigación Lunar.
Xi aboga por la creación de un nuevo modelo de relaciones entre grandes países. Superando las nociones obsoletas de confrontación y alianza, China ha estado construyendo una red de asociaciones globales. «Uno no puede vivir en el siglo XXI con el pensamiento anticuado de la época de la Guerra Fría y del juego de suma cero», manifestó Xi.
China tiene más vecinos que cualquier otro país del mundo, y Xi ha visitado casi todas estas naciones cercanas. Ha resaltado los principios de amabilidad, sinceridad, beneficio mutuo e inclusión para forjar la amistad con los vecinos de China. Pide aumentar la cooperación de ganancia compartida para garantizar que el desarrollo chino aporte aún mayores beneficios a sus vecinos.
Xi aprecia las amistades de China con otros países en vías de desarrollo. En reuniones con líderes africanos ha anunciado una serie de iniciativas de cooperación pragmática. Xi ha urgido a los países del grupo BRICS y a otras economías emergentes a buscar la apertura y la innovación. Se ha creado en Xiamen, en la provincia de Fujian, el Centro de Innovación de la Asociación BRICS para la Nueva Revolución Industrial.
Xi Jinping pronuncia un discurso de apertura en la plenaria inaugural de la reunión anual 2017 del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, el 17 de enero de 2017. (Xinhua/Lan Hongguang)
La visión de construir una comunidad de destino de la humanidad, que propone crear un mundo abierto, inclusivo, limpio y hermoso que disfrute de paz duradera, seguridad universal y prosperidad común, fue consagrada en los Estatutos del Partido y la Constitución del país, así como incorporada en importantes documentos de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales o mecanismos multilaterales.
La visión de Xi de construir una comunidad de destino de la humanidad es «el único futuro para la humanidad en este planeta», señaló Peter Thomson, presidente de la 71ª Sesión de la Asamblea General de la ONU.
A Xi le gusta utilizar analogías para ilustrar la relación entre China y el mundo. Afirmó que China es un «león pacífico, amable y civilizado», y un «grandote», pero no «Mefistófeles». «Todos los países son bienvenidos a bordo del tren rápido del desarrollo de China».
Según Xi, China ha sido siempre un constructor de la paz mundial. «Solo cuando todos apreciamos y defendemos la paz y nunca olvidamos las dolorosas lecciones de la guerra, puede haber esperanza de paz», dijo. China, un activo participante e importante contribuyente a las operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU, es el país que más tropas aporta entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la misma.
Tras el estallido de la crisis en Ucrania, Xi conversó con los líderes de los países pertinentes a la mayor brevedad posible a través de llamadas telefónicas para promover la paz. También promovió activamente la solución de puntos regionales candentes como el conflicto palestino-israelí y la situación en la península de Corea.
Desde la pandemia de COVID-19, Xi ha llevado a cabo una intensa «diplomacia en la nube». En 2021, realizó más de 100 actividades diplomáticas mediante teléfono, carta o enlace de vídeo. Asistió a reuniones virtuales antipandémicas, como la Cumbre Extraordinaria de Líderes del G20 y la 73ª Asamblea Mundial de la Salud. Siguiendo la instrucción de Xi, China ha enviado suministros antivirus a más de 150 países, y sus vacunas de producción nacional -un bien público global, como prometió Xi- llegaron a muchos lugares alrededor del mundo.
Un bien público global aún mayor es la Iniciativa de la Franja y la Ruta propuesta por Xi. Cerca de tres cuartas partes de los países del mundo han firmado documentos de cooperación con China para construir conjuntamente la Franja y la Ruta, la cual se ha convertido en una plataforma de cooperación internacional ampliamente acogida en el mundo de hoy día.
Xi es considerado una figura clave para impulsar ciertas iniciativas y medidas en aras de hacer frente a los problemas mundiales, incluido el cambio climático.
«Si no hubiera sido por la iniciativa del presidente Xi Jinping, no tendríamos el Acuerdo de París. Ni siquiera ahora», reconoció Ban Ki-moon, ex secretario general de la ONU.
Xi subrayó que China tiene la capacidad y la responsabilidad de desempeñar un papel más importante en los asuntos mundiales.
Defendiendo los valores humanos compartidos de la paz, desarrollo, equidad, justicia, democracia y libertad, Xi propuso la Iniciativa de Desarrollo Global y la Iniciativa de Seguridad Global. Las dos iniciativas piden una mayor cooperación en áreas como la reducción de la pobreza, el cambio climático, la seguridad alimentaria y el desarrollo ecológico, y han recibido respuestas positivas de más de 100 países.
China tiene una magnífica oportunidad de asumir el liderazgo en cuanto a la creación de un futuro compartido, afirmó el sociólogo británico Martin Albrow. «No se trata de un liderazgo en un sentido militar. Es un liderazgo en un sentido moral y de valores».
Arif Alvi, presidente de Pakistán, dijo estar de acuerdo con los mensajes que transmite Xi, que el mundo necesita una mejor cooperación y entendimiento y más paz.
Xi Jinping visita un parque dedicado a Zhu Xi, un reconocido filósofo chino del siglo XII, en Nanping, en la provincia de Fujian, el 22 de marzo de 2021. (Xinhua/Ju Peng)
NUEVO MODELO DE CIVILIZACIÓN
«Nuestra comprensión del tiempo se mide en siglos o milenios», afirmó Xi.
Xi extrae fuerza de la historia y de la excelente cultura tradicional china para gobernar el país y dirigirlo hacia la modernización.
«La historia no debe entorpecer la memoria, sino que debe inspirar el sentido común», refirió Xi, citando al escritor alemán Gotthold Ephraim Lessing.
Como un ávido lector de libros de historia desde temprana edad, Xi aconsejó a los funcionarios que tengan una «perspectiva histórica» al pensar y tomar decisiones.
Xi elogió la excelente cultura tradicional china como «la raíz y el alma» de la nación china.
En vísperas del XX Congreso Nacional del PCCh, al escribir en un prólogo para la Biblioteca de la Revitalización, un libro temático sobre la revitalización de China, Xi enfatizó una vez más en la importancia de documentar los registros históricos.
Xi ha subrayado la confianza que se debe tener en cuatro esferas: el camino, la teoría, el sistema y la cultura del socialismo con peculiaridades chinas. De las cuatro, la confianza hacia la propia cultura es una forma de autoconfianza más amplia, más profunda y más fundamental, apuntó.
Xi ha visitado numerosos sitios culturales en la última década y ha resaltado que, sin la civilización china de 5.000 años, no habría peculiaridades chinas, y sin éstas últimas, no habría tal éxito en el camino del socialismo con peculiaridades chinas.
Xi aboga por intercambios e interacciones entre las diversas civilizaciones y refuta el «conflicto de civilizaciones», destacando la necesidad de llevar adelante los valores compartidos de la humanidad con que cuenta la civilización china. «El respecto mutuo, la solidaridad y la coexistencia armoniosa constituyen la ruta correcta para el desarrollo de la civilización humana», subrayó.
«China no sólo es un estado nacional, sino también un estado altamente civilizado. Y si usted no entiende eso, no creo que usted entienda algo sobre China», afirmó el experto y comentarista político británico, Martin Jacques.
Xi está llevando a China a un camino chino único hacia la modernización, el cual, según los comentaristas, está creando un nuevo modelo para la civilización humana. Según Xi, la modernización china debe ofrecer cobertura a una gigantesca población, conducir a la prosperidad común, generar progreso en lo material, cultural y étnico, promover la armonía entre la humanidad y el entorno natural, y ayudar a embarcarse en un camino de desarrollo pacífico. La modernización china no sólo tiene peculiaridades comunes de las civilizaciones de otros países, sino también tiene peculiaridades chinas basadas en sus propias condiciones nacionales.
Xi Jinping pronuncia un importante discurso en una ceremonia celebrada con motivo del 100° aniversario de la fundación del PCCh en Beijing, el 1 de julio de 2021. (Xinhua/Ju Peng)
En la búsqueda de una modernización socialista bajo el liderazgo del PCCh, Xi dijo: «No debemos ni volver sobre nuestros pasos a la rigidez y el aislamiento del pasado ni tampoco tomar el camino equivocado de cambiar nuestra naturaleza y abandonar nuestro sistema».
«Debemos apoyarnos en nuestros propios esfuerzos para promover el desarrollo nacional y garantizar que el futuro del desarrollo y el progreso de China estén firmemente en nuestras propias manos», dijo.
Para el 2035, China habrá logrado básicamente su modernización. Será la primera vez en la historia de la humanidad que una población entera de más de 1.000 millones de personas logre la modernización en su conjunto. Los enormes éxitos que China habrá obtenido en el proceso de la modernización representarán la contribución más grande por parte del PCCh a la causa del progreso humano.
Para entonces, el producto interior bruto per cápita de China alcanzará el de los países moderadamente desarrollados y el tamaño de la población de ingresos medios del país asiático se ampliará considerablemente. China será un líder global en el ámbito de la innovación y sus emisiones de dióxido de carbono descenderán de forma constante tras llegar al nivel máximo. El sistema de ferrocarriles de alta velocidad de China, ya el más grande del mundo, casi duplicará la longitud total que tiene en la actualidad.
Los progresos de China en la modernización no sólo son una fuente de orgullo para los chinos, sino que también aportan una opción para otros países que deseen acelerar su desarrollo y, al mismo tiempo, preservar su independencia.
Humphrey Moshi, director del Centro para Estudios Chinos de la Universidad de Dar es Salaam, en Tanzania, expresó que la historia sobre el desarrollo de China ha demostrado que la pobreza y el atraso pueden superarse y, por la vía correcta, los países africanos también pueden lograr la prosperidad y el desarrollo.
La historia sobre el éxito de China, el cual ha obtenido adaptando los principios básicos del marxismo a las condiciones específicas y a la cultura tradicional excelente del país, también es una historia de revitalización del socialismo. Más de 500 años después de su nacimiento, el socialismo ha sobrevivido, ha logrado su prosperidad a pesar de los reveses y las voces de oposición, y ha sido revitalizado por el Partido Comunista de China en la nueva era.
Un nuevo viaje ha comenzado. Xi llevará a China a lograr la revitalización de la nación china, tomando un camino único hacia la modernización, y a continuar luchando por un futuro compartido para la humanidad.
Al reunirse con la prensa el domingo, Xi dijo que la modernización china es una gran y ardua causa. Lo gigantesco de la tarea es lo que la hace grande e infinitamente gloriosa.
«El viaje que tenemos por delante es largo y arduo, pero con pasos decididos, llegaremos a nuestro destino», dijo Xi.